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El presidente ruso Vladimir Putin. Reuters
Putin celebra en Crimea el quinto aniversario de la anexión

Putin celebra en Crimea el quinto aniversario de la anexión

El mandatario utiliza este hito para tratar de catapultar su popularidad, algo mermada en los últimos meses a causa del empeoramiento del nivel de vida de los rusos

Rafael M. Mañueco

Moscú

Lunes, 18 de marzo 2019, 13:49

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Ante la indignación de las autoridades ucranianas, el presidente Vladímir Putin visita de nuevo Crimea, territorio que Kiev sigue considerando suyo. Lo hace para celebrar el quinto aniversario de la anexión de la península, que se cumple hoy día 18, participar en los festejos e inaugurar dos centrales térmicas y una subestación.

Putin, que asistió también el año pasado a la apertura del inmenso puente que une Crimea con la Rusia continental, sigue utilizando la anexión de la península para tratar de catapultar su popularidad, algo mermada en los últimos meses a causa del empeoramiento del nivel de vida de los rusos.

El máximo dirigente ruso intenta también demostrar que, tras su incorporación a Rusia, las cosas en Crimea van mucho mejor que cuando estuvo bajo la tutela de Ucrania. A juicio del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, la situación ahora es mucho mejor «la gente lo puede comprobar de primera mano, ya que las cosas hablan por sí mismas».

Putin inaugura hoy en Sebastopol el segundo bloque de la central térmica de Balaklávskaya y por videoconferencia presenciará también la entrada en servicio de estación térmica de Tavrícheskaya, en las inmediaciones de Simferópol, y de una subestación. Tras romper lazos con Ucrania, el problema del suministro energético no está todavía solucionado del todo como tampoco el aprovisionamiento de agua. Al presidente ruso se le espera también en «Malájov Kurgán», el complejo conmemorativo en recuerdo de las distintas batallas habidas allí a lo largo de la historia, las más recientes durante la II Guerra Mundial o Gran Guerra Patria, como prefieren llamarla en Rusia.

La culminación de la revuelta del Maidán en Kiev, el 21 de febrero de 2014, que puso en fuga al entonces presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, tuvo como continuación el despliegue de tropas rusas en Crimea. Los uniformes de los militares rusos fueron desprovistos de insignias identificativas. En presencia de esta fuerza de apoyo, los rebeldes prorrusos se adueñaron del Parlamento local y convocaron un referéndum para la incorporación a Rusia.

La consulta se celebró el 16 de marzo de 2014. Según Bruselas, Washington y Kiev, la consulta se llevó a cabo sin garantías democráticas, pero Moscú y las autoridades prorrusas de Crimea proclamaron que su resultado fue aplastantemente mayoritario a favor de que el enclave volviera a pertenecer a Rusia. Según sus datos, los partidarios de la anexión superaron el 95%.

Pero lo cierto es que en estos cinco años, a juzgar por lo que relatan los líderes de los tártaros de Crimea, la península ha sufrido una ola de represión sin precedentes contra los detractores de la nueva situación. El enclave está completamente tomado por el Ejército ruso y policías enviados desde todos los confines del país, pero ello no ha evitado más corrupción. Los precios además se han incrementado considerablemente.

La Alta Representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Federica Mogherini, sostiene en un comunicado que «desde la anexión ilegal por parte de la Federación Rusa, la situación de los Derechos Humanos se ha deteriorado significativamente. Los residentes en la península afrontan restricciones sistémicas a sus libertad fundamentales: expresión, religión o creencia, asociación y manifestación pacífica«.

Mogherini ha denunciado también el hecho de que el puente sobre el estrecho de Kerch se haya construido sin la autorización de Kiev. A su juicio, el puente y el control desmesurado de Rusia sobre el tráfico marítimo en Kerch «supone una violación de la soberanía y la integridad territorial del Ucrania». «La UE espera que Rusia garantice el tráfico libre de todos los barcos por el estrecho de Kerch y desde el mar de Azov», se señala en la nota y se recuerda que el ataque que sufrieron el pasado 25 de noviembre junto al estrecho de Kerch tres embarcaciones de la Marina ucraniana fue «injustificado», por lo que sus tripulantes, encarcelados actualmente en Rusia, «deben ser liberados sin dilación».

La semana pasada, EEUU, la UE, Australia y Canadá, ampliaron las sanciones contra Rusia por lo sucedido en el estrecho de Kerch con los marinos ucranianos. Además, la Cámara de Representantes estadounidense aprobó el pasado martes un proyecto de ley que cierra completamente el paso a la posibilidad de que la anexión de Crimea pueda ser reconocida.

La UE y la OTAN denuncian la militarización rusa en Crimea

La UE y la OTAN han denunciado este lunes la creciente militarización rusa en Crimea cinco años después de su anexión «ilegal» del territorio ucraniano, que no reconocerán, y han cerrado filas de nuevo con Kiev en apoyo a su «soberanía e integridad territorial».

«La creciente militarización de Crimea y Sebastopol durante este periodo ha tenido un impacto negativo en la situación de seguridad en toda la región del mar Negro», ha avisado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en un acto en el arranque de la reunión de los ministros de Exteriores de la UE para conmemorar el quinto aniversario de la anexión «ilegal» de Rusia.

Mogherini también ha denunciado que «el aumento peligroso de las tensiones en el estrecho de Kerch en noviembre fue otra consecuencia de la anexión ilegal» de Crimea y ha considerado que las sanciones que aprobaron el viernes «en paralelo» la UE, Estados Unidos y Canadá contra los responsables del incidente contra los marinos ucranianos demuestra su «unidad continuada y una resultada fuerte a este injustificable uso de la fuerza por Rusia».

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