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Sede de la Comisión Europea, en Bruselas. Reuters
La UE ve «avances positivos» y «puntos problemáticos» en la propuesta de Johnson

La UE ve «avances positivos» y «puntos problemáticos» en la propuesta de Johnson

La Comisión Europea insiste en que incumple los objetivos de la salvaguarda de Irlanda y apremia a Londres a «seguir trabajando»

Salvador arroyo

Burselas

Miércoles, 2 de octubre 2019, 22:27

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«Avances positivos», pero también «puntos problemáticos». Una de cal y otra de arena. Lo esperado. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, comprimía con ambos mensajes la primera evaluación de la propuesta para el 'brexit' que este miércoles por la tarde lanzaba oficialmente el 10 de Downing Street con destino a Bruselas.

A través de un comunicado que el luxemburgués hizo público después de mantener una conversación telefónica con Boris Johnson, la UE fijaba una posición inicial de cautela. El plan requiere un estudio más profundo y una negociación con las capitales, que, al igual que el Parlamento Europeo, fueron informadas en las últimas horas del contenido directamente por el negociador jefe comunitario, Michel Barnier.

El tono de la respuesta es medido, pero el trasfondo viene a confirmar lo que se barruntaba desde el lunes, cuando llegaban las primeras filtraciones de lo que el 'premier' británico dio en llamar «la última» oferta para evitar un divorcio traumático el próximo día 31.

Las derivadas

Por partes. Lo «positivo» tiene dos derivadas. La primera, puramente práctica. Por fin Bruselas dispone de una base negro sobre blanco para poder trabajar. Además, la propuesta no chirría en lo que se refiere «a la alineación de regulación completa de todos los bienes y el control de las mercancías que entran en Irlanda del Norte desde el resto de Gran Bretaña». En definitiva, la permanencia en el mercado único de la provincia de Ulster se lee como un primer paso en la dirección correcta.

Pero a partir de ahí llega lo problemático: la gobernanza. La solución que propone 'BoJo' (como se conoce a Boris Johnson) y que se aplicaría a partir de 2021, llega con un periodo de caducidad que la UE siempre ha rechazado y, por si fuera poco, queda supeditada a lo que decida la Asamblea de Irlanda del Norte. Esto es, transcurridos cuatro años, ésta podría levantar el pulgar y mantener al territorio alineado con las normas de la UE o bajarlo y desatar el caos. Y por ahí Bruselas no va a pasar.

«El delicado equilibrio establecido por el Acuerdo de Viernes Santo debe ser preservado», se remarca desde Bruselas. Pero la propuesta de Londres no lo garantiza de ningún modo. La República de Irlanda ya ha dicho que la rechaza y es previsible que prevalezca el cierre de filas con Dublín del resto de capitales.

La propia Angela Merkel, que también conversó con el líder conservador británico y con Juncker también este miércoles por la tarde, se comprometía a «examinar de cerca» el plan de Downing Street. Pero ya alentaba la unidad del resto de socios. «Es importante para nosotros mantenernos juntos como un bloque de Veintisiete. Confiamos plenamente en Michel Barnier».

En la comunicación oficial del Ejecutivo comunitario se hace referencia a un tercer asunto que inquieta y que debería «abordarse en las conversaciones de los próximos días» tanto a nivel técnico como político: «las normas aduaneras». Porque con la propuesta de Londres se requerirían controles obligatorios en las inmediaciones de de la frontera (mediante el uso de tecnologías punteras) y nuevas cargas impositivas.

Larga lista de 'peros'

Una larga lista de 'peros' que el presidente de la Comisión Europea cerraba con un mensaje que solo por el simple hecho de repetirse ya es prueba de que seguimos en tinieblas. Juncker «hizo hincapié (a 'BoJo') en que hay que tener una solución legalmente operativa que cumpla con todos los objetivos» de ese 'backstop' o red de seguridad que viene siendo el principal escollo en el embrollo del 'brexit'.

El luxemburgués, no obstante, le recordó estos tres objetivos: evitar una frontera dura en la isla, preservar la cooperación Norte-Sur y la economía de toda la isla, «y la protección del mercado único de la UE y el lugar de Irlanda en ella». En definitiva, que los requisitos continúan sin cumplirse a dos semanas de que se celebre la cumbre de jefes de Estado y de gobierno que ha de dilucidar cómo salir del túnel del 'brexit'. Lo dicho, tinieblas.

La Eurocámara expresa reservas

«La primera evaluación de casi todos los miembros no fue en absoluto positiva», aseguró el referente de la Eurocámara para el 'brexit', el eurodiputado liberal Guy Verhofstadt. El ex primer ministro belga dio a entender que la última propuesta británica no es un intento serio de llegar a un acuerdo, sino un esfuerzo para echar la culpa a Bruselas de un eventual fracaso, a escasas semanas de la salida de Reino Unido fuera de la UE, consensuada o forzosa, que Boris Johnson quiere para el próximo día 31.

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