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Manuel Valls. Efe
Valls pide una alianza constitucionalista para ser el candidato en Barcelona

Valls pide una alianza constitucionalista para ser el candidato en Barcelona

El exprimer ministro francés no quiere contar solo con el apoyo de Ciudadanos porque busca una campaña frentista identitaria

Domingo, 29 de abril 2018

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Manuel Valls será candidato a la Alcaldía de Barcelona si cuenta con el respaldo de «una plataforma abierta» de fuerzas no independentistas. El exprimer ministro francés tomará una decisión antes del verano sobre la oferta que recibió de Ciudadanos para ser su cabeza de cartel, pero ayer aclaró que solo aceptará la invitación si se articula una alianza electoral constitucionalista que vaya más allá del partido que lidera Albert Rivera. Un planteamiento difícil de llevar a la práctica.

Aunque dijo que «aún es demasiado pronto» para hablar de acuerdo de Ciudadanos, PSC y PP, de sus palabras se infiere que ese es su pensamiento. También busca el respaldo de organizaciones como Sociedad Civil Catalana y otras plataformas no secesionistas. La idea de Valls, según detalló en Catalunya Radio, es liderar un proyecto en las elecciones municipales de mayo del próximo año que «no sea de un solo partido». Porque, explicó, no ha dejado un partido en Francia, el socialista, «para entrar a otro partido» en España, Ciudadanos.

El exprimer ministro galo señaló que para dar el salto a la política española, para lo que debería renunciar a su escaño en la Asamblea francesa, tiene que ver antes «si las condiciones son posibles» para alcanzar la Alcaldía de Barcelona. Para hacerse una composición de lugar, está en contacto «con mucha gente de la sociedad civil, con empresarios, con intelectuales, con gente de Barcelona».

Pero Rivera, cuando confirmó hace dos semanas la oferta a Valls, en ningún momento habló de candidaturas unitarias ni de alianzas preelectorales. Una fórmula que además nunca se ha puesto en práctica entre los grandes partidos ni en Barcelona ni en España. El precedente que podría invocarse es el de las elecciones autonómicas en el País Vasco en 2001, cuando el PP con Jaime Mayor Oreja y los socialistas con Nicolás Redondo formaron un frente común frente al proyecto soberanista del nacionalista Juan José Ibarretxe, pero cada uno se presentó al frente de las listas de su partido.

El exprimer ministro francés plantea el modelo de la plataforma frentista porque si se presenta quiere una campaña identitaria no municipalista, terreno este último en el que es un neófito absoluto. Valls desearía un bloque constitucionalista enfrentado a un bloque independentista, una reedición de las elecciones catalanas del 21 de diciembre, pero en un terreno más favorable para los no secesionistas.

En los comicios de diciembre pasado, entre Ciudadanos, PSC y PP sumaron el 43,5% de los votos en la capital catalana, mientras que JxCat y Esquerra se quedaron en el 40,5%. Catalunya en Comú Podem obtuvo el 9%, unos votos que serían la clave, así como el 5% que sumó la CUP.

Resistencia socialista

El planteamiento de Valls tiene que recibir primero el beneplácito de Ciudadanos, y después del PSC y del PP. Los socialistas no vieron siquiera con buenos ojos el fichaje de su excompañero por Ciudadanos -su portavoz en el consistorio, Jaume Collboni, advirtió que Barcelona «no puede ser un premio para carreras políticas fracasadas»-, por lo que la alianza constitucionalista queda muy lejos de sus planes. Los populares callaron ante la oferta de Rivera a Valls, pero es probable que sean reticentes a arriesgarse al abrazo del oso de una formación liberal en alza.

Sin la complicidad del PSC y el PP, el exprimer ministro francés vería constreñido su proyecto a Ciudadanos y a la colaboración de las organizaciones cívicas antisoberanistas, escaso arsenal para hacerse con el Ayuntamiento de la capital catalana.

Las fuerzas independentistas, pasado el estupor inicial por la eventual candidatura de Valls, regalaron duros epítetos a la operación de Ciudadanos y el exprimer ministro. Pero, por lo que pueda ocurrir, también se han registrado movimientos para la formación de un frente común. El filósofo y residente en Nueva York Jordi Graupera, que alega tener el aval de Carles Puigdemont al que visitó en Bélgica, también aspira a encabezar un proyecto unitario secesionista y ha propuesto celebrar unas primarias abiertas en Barcelona para una lista municipal soberanista. Ya ha recogido casi 25.000 firmas de respaldo a su iniciativa.

Pero tanto JxCat como Esquerra parecen tener sus propios planes y candidatos. Los neoconvergentes tienen previsto celebrar primarias en mayo entre la exconsejera Neus Munté y Carles Agustí para elegir su candidato a la Alcaldía barcelonesa. Los republicanos ya han decidido que Albert Bosch sea su cabeza de cartel.

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