Los 100 años de Nieves, la telefonista que fue el alma de un pueblo de Burgos
Con una vida marcada por su trabajo como telefonista, Nieves ha sido el vínculo esencial de su pueblo Moncalvillo durante décadas y celebra un siglo llena de carácter y recuerdos en la residencia de Salas de los Infantes
El pasado 5 de agosto no fue un día cualquiera en la residencia de mayores Río Arlanza de Salas de los Infantes. Allí, rodeada de flores, aplausos y recuerdos, Nieves sopló las velas de su 100 cumpleaños. Nacida en 1925 en Moncalvillo, un pequeño pueblo de Burgos al que siempre ha estado muy unida, su vida ha sido un ejemplo de carácter, ingenio y dedicación a su comunidad.
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Con solo 20 años, Nieves se marchó a Burgos en busca de nuevas oportunidades, pero pronto descubrió que su lugar estaba en su pueblo natal a donde regresó. A los 30 años comenzó su trabajo como telefonista de Moncalvillo, un puesto que la convirtió en el alma del pueblo. Desde su casa, con vistas a la plaza, conectaba llamadas, transmitía recados y era la primera en enterarse de todo lo que sucedía, sin que nada se le escapara. «No soy cotilla, pero como mi casa daba a la plaza… tenía que mirar por la ventana para verlo todo», solía decir entre risas.
Su trabajo fue fundamental en una época sin móviles ni cobertura, un puente indispensable entre familias y vecinos. Incluso hoy, en 2025, Moncalvillo sigue sin cobertura móvil, lo que hace que el recuerdo de su labor sea aún más valioso.
Espíritu incansable
Nieves se jubiló oficialmente a los 95 años, pero su espíritu incansable no conoció límites. En octubre de 2020 ingresó en una residencia de Salas de los Infantes, donde sigue mostrando su carácter fuerte y su humor afilado, siempre atenta a todo y dispuesta a compartir su opinión.
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Durante la celebración de su cumpleaños número 100, recibió una placa conmemorativa, flores y un diploma que reconocen no solo su longevidad, sino la huella imborrable que ha dejado en su pueblo y en quienes la rodean. Lo celebró junto a su familia, sus compañeros de residencia y los trabajadores de la misma. Fue en octubre de 2020 cuando llegó al que ahora es su hogar, la residencia Río Arlanza de Salas de los Infantes.
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«Cumplir 100 años no es solo cuestión de tiempo, es cuestión de huella. Y tú has dejado mucha», le dijeron durante el acto. Una frase que resume la vida de Nieves: una mujer que ha sido testigo y protagonista de la historia de su pueblo, y que sigue escribiendo la suya con la misma determinación que la llevó a trabajar casi hasta el final de su siglo de vida.
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