Avanzan las expropiaciones del tramo Piérnigas-Pancorbo de la línea de alta velocidad Burgos- Vitoria
La empresa pública contrató en julio las obras del tramo anterior, de Pancorbo a Ameyugo, con un presupuesto de 390,89 millones
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) Alta Velocidad avanza en el proceso de expropiación de los terrenos necesarios para la construcción del tramo Piérnigas-Pancorbo de la línea Línea de Alta Velocidad de Burgos a Vitoria. Este viernes, 31 de octubre, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publica la relación de propiedades que serán ocupadas por este proyecto e inicia el proceso de información pública de 15 días hábiles.
En concreto, este tramo se desarrolla a lo largo de los municipios de Piérnigas, Los Barrios de Bureba, Aguilar de Bureba, Vileña, La Vid de Bureba, Berzosa de Bureba, Fuentebureba, Cubo de Bureba, Santa María Ribarredonda, Villanueva de Teba y Pancorbo. Además, es el previo, desde Burgos, al de Pancorbo-Ameyugo (8,4 kilómetros), que se adjudicó en julio por 390,89 millones a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Ferrovial, FCC y Convensa.
Igualmente, a principios de octubre, Adif Alta Velocidad inició también el proceso de información pública y expropiación de los terrenos para el tramo comprendido entre la Variante Ferroviaria de Burgos y Valle de las Navas, el más próximo a la capital burgalesa.
La línea Burgos-Vitoria (96,6 kilómetros) supone el despliegue de una nueva línea de vía doble y ancho estándar, y un baipás en vía única en Miranda de Ebro, que posibilitará tanto la parada de trenes en esta localidad como la circulación sin parada por el exterior del municipio. El trazado se desarrolla en siete tramos.
Además del tramo intermedio que ya adjudicado entre Pancorbo y Ameyugo, el resto son: Variante ferroviaria de Burgos-Valle de las Navas, Valle de las Navas-Piérnigas, Piérnigas-Pancorbo, Ameyugo-Manzanos e integración en Miranda de Ebro, Manzanos-La Puebla de Arganzón, y La Puebla de Arganzón-Iruña de Oca.
El corredor Burgos-Vitoria conectará el País Vasco a la red de alta velocidad, la mayor de Europa (4.000 kilómetros), y mejorará su comunicación y tiempos de viaje con el centro y el resto del país, reforzando la cohesión y vertebración territorial. Además, constituye un destacado avance en el desarrollo del Corredor Atlántico.
La nueva línea da continuidad a la Línea de Alta Velocidad Madrid-Valladolid-Burgos, no sólo hasta el País Vasco, donde enlazará con la red de alta velocidad que actualmente se construye entre las tres capitales vascas, también a la frontera francesa.