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Beatriz Varona en Burgos, provincia de la que es y donde reside mientras trabaja en el Observatorio Atronómico de Cantabria. AYTHAMI PÉREZ
Personajes burgaleses

Beatriz Varona, la astrónoma burgalesa que aspira a ser astronauta

Esta burgalesa de 33 años es astrónoma y astrofísica pero, además, es una de las más de 22.000 personas que se ha presentado a las pruebas de la Agencia Espacial Europea. La competencia es alta pero esta graduada en Física con máster en Astronomía y Astrofísica competirá hasta el final con la pasión, el talento y la divulgación como banderas

Domingo, 11 de julio 2021, 09:38

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Hace años, en un pueblo burgalés de Las Merindades, Santa Gadea de Alfoz, una niña observaba con un telescopio pequeño, pero aún así más grande que ella, el cielo nocturno. Podía tirarse así toda la noche. Con libros de constelaciones y su telescopio explicaba a sus amigos y sus padres lo que ahí afuera existía, lo que nos rodeaba.

Unos años más tarde, con 15 o 16 años, Beatriz Varona se apuntó a la Asociación Astronómica de Burgos: Astroburgos, con los que sigue realizando actividades y viajes. Poco después, cuando tuvo que orientar su futuro, no dudó, estudió Física y el máster en Astronomía y Astrofísica. Ahora, con 33 años, trabaja en el Observatorio Astronómico de Cantabria y es una de los 1.300 españoles y de los más de 22.000 europeos que ha enviado su solicitud para ser astronauta de la Agencia Espacial Europea. La agencia ha abierto este 2021 la convocatoria, algo que no hacía desde 2008.

Mucha vocación, pocos referentes

La vocación por el cielo y el espacio forman parte de la idiosincrasia de Beatriz. De pequeña decía que sería astrónoma o astronauta. Cuando era un poco más mayor ya tenía claro lo que era la astrofísica y sabía que su vida estaría vinculada a ello. Lo sabía aunque los factores externos no la apoyasen. Si ahora ya está más extendido pero no generalizado, hace 25 años las niñas que querían ser científicas crecían sin referentes femeninos. No es que las mujeres no estuviesen, pero eran menos y no se las tenía en cuenta.

Precisamente 'Contact', película de Robert Zemeckis del año 1997, es uno de los filmes que más le impactó a Beatriz, «la protagonista era una mujer astrónoma. No estaba acostumbrada a ver eso y no era la realidad. Las mujeres hemos hecho ciencia desde siempre pero la cultura nos acostumbra a pensar que eso lo hacen los hombres».

Ciencia, mujeres, cine

La película 'Contact' se basa en un libro de Carl Sagan y Ann Druyan. Estos, a su vez, se basaron en la astrónoma Jill Tarter para el personaje de la doctora Eleanor Arroway, la protagonista interpretada por Jodie Foster. Lo revelador de 'Contact' es que exhibía de forma realista el trabajo de una científica inteligente, tenaz y decidida y cómo sus esfuerzos eran menospreciados por sus compañeros hombres. Científicos, políticos e, incluso, religiosos ridiculizan a Ellie Arroway en el filme.

La situación mejora pero tiene que seguir avanzando: «el papel de las mujeres en la ciencia evoluciona pero se sigue apreciando desigualdad. Quizá seamos un 30 por ciento de mujeres frente a un 70 de hombres. Poco a poco se motiva más a la mujer a estudiar carreras científicas, pero desde pequeñas se nos ha venido orientando hacia las carreras científicas de cuidados o las letras. El campo de la ingeniería es donde más desigualdad veo».

Si no tienes referentes, si no encuentras lo que buscas, créalos tú misma debió pensar Beatriz. Y ahí está ella, con pasión, engrosando ese 30 por ciento. Para ser lo que la astronauta italiana Samantha Cristoforetti es para ella, una referente. La única mujer astronauta actualmente en la Agencia Espacial Europea. Beatriz cuenta con varios factores a su favor: pasión, determinación, talento y una familia que la apoyó. Ahora es ella la que anima a las jóvenes a las que da clases particulares.

Mirando al cielo

«Siempre me llamó lo de ser astronauta. Si me pudiese permitir un viaje espacial solo para ver la crurvatura de la Tierra desde ahí arriba, lo pago. La gente me lo planteaba, pero miraba los requisitos de la agencia con más recursos, la NASA, y te piden la nacionalidad estadounidense. Miré en la Agencia Espacial Europea y vi que no sacaban convocatoria desde hacía mucho, pensaba que se me pasaría la edad». Cuando a primeros de 2021 salió la convocatoria muchos conocidos se la remitieron. Vio que cumplía los requisitos y se apuntó.

¿Por qué salir a explorar fuera cuando hay tanto de nuestro planeta que desconocemos? Beatriz lo tiene claro: «el ser humano siempre ha sido un ser curioso». Esa curiosidad nos lleva a preguntarnos qué hay más allá, «siempre hemos observado el cielo y nos hemos hecho preguntas. Pero además de la curiosidad está la necesidad», añade. «La Tierra tiene los días contados, no solo a nivel climático. Aunque no nos carguemos nosotros el planeta este no siempre va a estar aquí. Si pasa algo en la Tierra necesitamos una vía de escape, otro recurso».

El efecto perspectiva

Pocos humanos han experimentado la sensación de ver la Tierra desde afuera y los que lo han hecho nos dejaron el término: efecto perspectiva. Un cambio en la consciencia que se percibía en muchos astronautas que pudieron mirar desde el espacio hacia nuestro planeta. Una visión en la que comprenden que no existen fronteras en nuestro planeta, lo que existe es una interconexión profunda entre todos los seres vivos, creando así el sentido de responsabilidad colectiva hacia el cuidado del planeta. Como señalaba Carl Sagan, todo y todos hemos vivido ahí, en ese punto, «en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol».

El 14 de febrero de 1990 la sonda espacial Voyager 1, a una distancia de 6.050 millones de kilómetros de la Tierra estaba de viaje de exploración del universo. Se dio la vuelta y con su mejor cámara tomó una serie de fotografías. Una colección con un nombre muy revelador, 'Retrato de familia'. 60 cuadros individuales que nos daban una imagen del Sistema Solar, ahí la Tierra es un punto azul pálido en medio del cosmos.

Unidad y divulgación

No basta con que los astronautas y científicos tengan ese compromiso con la ciencia, con conocer, con proteger. La divulgación es fundamental y así lo defiende Beatriz. «Me gusta desde que era pequeña y es clave en nuestro trabajo». En sus labores en el Observatorio Astronómico de Cantabria realiza mucha divulgación pero, además, cuenta con un canal de YouTube, The Triz Bang Theory, desde donde no se cansa de divulgar.

En el Observatorio Astronómico de Cantabria realiza también labores de investigación y observación. Ahora se están dedicando a hacer seguimiento y tomar datos de asteroides. Pero la divulgación es fundamental. Los viernes y fines de semana abren el observatorio al público con visitas para observar el cielo nocturno o el Sol al atardecer y amanecer. Entre semana también tienen visitas guiadas para grupos, colegios o campamentos. «Tenemos los turnos llenos», asegura. Algo que le llena de ilusión. Se le quedan cortas las palabras al intentar explicar lo que se produce dentro de ella cuando ve la curiosidad en los grupos a los que enseña.

«La divulgación es importante porque transmite a la población y la conciencia sobre la importancia de la ciencia. Solo así, con presión e interés de todos, lograremos que se invierta en ciencia lo que esta merece. Nos lo ha demostrado esta pandemia y no podemos olvidarlo». Beatriz reclama más puestos en ciencia, más inversión. «La ciencia no puede evitar que volvamos a enfrentarnos a una pandemia, pero puede mejorar la respuesta que hemos dado. No estábamos preparados para afrontar algo así», explica. «Al final, en España no se invierte en ciencia lo que corresponde y limita nuestro trabajo», lamenta.

Un largo periodo

El número de astronautas de la Agencia Espacial Europea va variando pero suele estar entre cinco o seis. Se ha abierto una convocatoria para unas seis plazas y hay más de 22.000 candidatos. «Soy consciente de mis probabilidades, pero no me desanima y lo intentaré hasta el final», reconoce. Hay que señalar que, habitualmente, en las convocatorias para astronauta de la Agencia Espacial Europea los límites de edad están entre los 27 y los 37 años, en esta convocatoria se ha ascendido la edad hasta los 50.

De entre esas 22.000 personas un 25 por ciento son mujeres, algo que Beatriz señala con optimismo porque en anteriores convocatorias el porcentaje estaba sobre el 15 por ciento.

Ahora tiene que superar seis fases, cada una de ellas es eliminatoria a su vez. Esta selección con pruebas de personalidad, psicológicas, psicotécnicos, idiomas, evaluación grupal e individual se alargará durante un año y medio. Pero antes de enfrentarse a su primera misión como astronauta, los seleccionados deberán pasar por una formación de dos años y medio.

Curiosidades

La investigación del espacio nos ayuda a conocer lo que puede pasar en nuestro planeta. Algunas curiosidades que nos desvela Beatriz es que el Sol tiene unos cinco mil millones de años y está en la mitad de su vida. Dentro de otros cinco mil millones de años, un poco antes, empezará a crecer y se convertirá en una gigante roja que se tragará Mercurio, Venus y ocupará la mitad de nuestro cielo. Seguramente siga creciendo y se trage a la Tierra. «Si no nos cargamos el planeta antes, la Tierra podrá ser habitada hasta dentro de unos 2.500 o 3.000 millones de años. Cuando el Sol empiece a crecer ya no habrá vida en la Tierra, aunque sería inhabitable, haría mucho calor», señala esta astrónoma.

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