El BIC para los campos de petróleo de La Lora avanza en manos de Cultura
Se cumplen cuatro años desde que cesó la explotación petrolífera tras denegarse la prórroga de la concesión solicitada por la empresa | La declaración de Bien de Interés Cultural se completará con un proyecto cultural y turístico
El Ministerio de Cultura es el encargado, desde el pasado octubre, de estudiar la petición para declarar Bien de Interés Cultural los campos petrolíferos de La Lora. La iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Sargentes de la Lora, estaba en manos de la Junta de Castilla y León hasta que el pasado septiembre el Gobierno central comunicó que, dadas las características de la infraestructura, la declaración era de su competencia, así que ahora está siendo analizada por los técnicos gubernamentales.
Los técnicos de Patrimonio de la Junta visitaron la zona en agosto, explica el alcalde, Carlos Gallo, y le aseguraron que incoarían el expediente en un mes, más o menos. Así que cuando le llamaron para decirle que el proyecto pasaba ahora al Ministerio de Cultura «no me lo creía». En el momento en que la Junta comunicó a Cultura que iba a iniciar el expediente, los técnicos del Gobierno les indicaron que no tenían competencia para ello y que si se querían declarar BIC los campos de petróleo había que tramitar la petición a través de Cultura.
«Todo el trabajo de un año, el proyecto y la información recabada tuvimos que enviarla al Ministerio», comenta Gallo, y desde octubre mantienen un contacto muy estrecho con sus responsables. «Estamos esperanzados», insiste, pues se ve muy buena predisposición desde Cultura. «Creo que en tres meses, si todo va bien, verenos el campo de La lora declarado BIC», asevera con ilusón el alcalde, quien recuerda que solo el Ayuntamiento ha apostado por este proyecto así que «ya es hora de que se nos compese de alguna manera».
Y es que el cierre de los campos de petróleo, hace ahora cuatro años, ha sido uno de los golpes más duros que ha sufrido la zona en los últimos tiempos. El 30 de enero de 2017, el Gobierno central comunicaba que no se prorroga la concesión de explotación de los pozos petrolífero, que caducaba tras cincuenta años de vigencia. Eso sí, había un compromiso para sacar a concurso una nueva concesión puesto que había empresas interesadas y, además, los pozos se encuentran a medio explotar.
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Solo se ha extraído el 15% del petróleo existente, explica Carlos Gallo, y hay capacidad para sacar hasta un 20% más. De hecho, la concesionaria de la explotación, la Compañía Petrolífera de Sedano, había presentado un ambicioso proyecto para invertir 5 millones de euros y extraer 17 millones de barriles de crudo. «Los campos podrían haber seguido funcionando», afirma Gallo, pero nunca se sacó la nueva concesión. El proyecto no encajaba en las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez, que en 2018 comunicó a la empresa que debía comenzar a desmantelar el campo de petróleo.
La primera fase del plan de desmantelamiento ya se ha acometido y la segunda cuenta con los preceptivos informes de impacto ambiental, así que comenzará en breve. Por ese motivo, la única alternativa con la que cuenta Sargentes de la Lora para no perder el patrimonio que suponen los campos de petróleo es su declaración como Bien de Interés Cultural. Gallo recuerda que han sido los únicos campos petrolífero en tierra de toda la Península Ibérica y estuvieron cincuenta años produciendo.
Oportunidad de futuro
«Fue una industria pionera, que dio mucho trabajo y generó mucha ilusión« en la comarca, recuerda. Ahora, el BIC sería una oportunidad para recuperar parte de esa riqueza perdida a través del turismo y la hostelería. La declaración incluiría los característicos caballitos, el cargadero de petróleo y los contadores, y se busca completarla con un proyecto cultural y turístico de señalización y puesta en valor del más de medio centenar de pozos existentes.
La idea sería marcar con un hito y una placa cada uno de ellos, explica Gallo. Y en la placa incluir el número de pozo, sus coordenadas, el año de inicio de perforación, la altura y el año de cierre. También se está en contacto con la empresa para intentar obtener anécdotas de cada uno de los pozos. Por ejemplo, cuál es el que más ha producido o en cuál los accesos se vieron más condicionados por la nieve. Anécdotas hay, como cuando uno de los pozos se quemó y estuvo ardiendo casi tres meses.
El BIC completaría el proyecto impulsado, años atrás, de la Ruta del Petróleo, del que ya forman parte el Museo del Petróleo (único en España), el monolito del pozo número 1 Ayoluengo (el primero del que salió el oro negro) y el Jardín de Rocas Singulares. Se sigue trabajando en cada uno de ellos, «con mucha ilusión», afirma Gallo, que sigue intacta pese a lo duro que ha sido 2020. Aún así, en el museo se recibieron 2.400 visitas entre agosto y diciembre, una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta las restricciones impuestas por la covid-19.