Cultura sobre ruedas en el Burgos rural
La provincia de Burgos cuenta con numerosos grupos de teatro itinerantes que llevan parte de la cultura a los pueblos más allá de los meses de verano. Espectáculos adaptados a las circunstancias que, muchas veces, hacen crecer el interés en los vecinos por las artes escénicas
De los problemas de la España vaciada y, por tanto, de los problemas de algunos puntos de la provincia de Burgos, se ha hablado mucho, sobre todo cuando se acercan unas elecciones, pero después de los comicios, incluso después del verano, los problemas de los pueblos siguen estando ahí. A veces son tan cotidianos como el simple hecho de entretenerse y formarse una identidad a través de la cultura.
En pequeños pueblos de la provincia de Burgos no suele haber un cine o un teatro. Sí puede haber una sala que se emplea para múltiples actividades: representaciones teatrales, proyección de películas, charlas, talleres, manualidades. Para socializar mediante la cultura y el arte, básicamente.
Quien hace posible que esta cultura, este arte, esta dinamización llegue a los pueblos son esos pequeños grupos de artistas que se suben a una furgoneta para llevar su disciplina artística a los rincones olvidados por otros. En el Burgos rural la cultura, más allá de internet, plataformas y libros, revistas y periódicos, llega también por carretera.

En Burgos hay muchos pequeños grupos de teatro y artes escénicas que hacen de la itinerancia su rutina: Arawake, Bambalúa Teatro, CÍA. Alicia Soto-Hojarasca, Colectivo Inesperado, la Compañía Kicirke, Estrella R. Artes Escénicas, Jean Philippe Kikolas, Las Pituister, Ronco Teatro son algunos de los grupos de artes escénicas de la provincia de Burgos. Muchos llevan sus espectáculos hasta los pueblos más allá de las actuaciones de los días festivos o veraniegos. En invierno la cultura también es vida y desarrollo rural.
Dar herramientas culturales
Ronco Teatro es una de estas compañías. Su director y uno de los actores, Andrés García, explica que hay pueblos que procuran mantener «esa vidilla del verano el resto del año. Dentro de los circuitos de teatro vamos a pueblos como Pradoluengo, que procura hacer una programación para fuera del verano, orientada al público del pueblo, los habitantes, para que tengan vida cultural durante todo el año. Es una forma de luchar desde la cultura contra la despoblación».

Pero desde Ronco Teatro también ofrecen otras herramientas a los vecinos de los pueblos para 'engancharlos' a la cultura, para que la iniciativa parta de ellos. Durante el verano, Ronco Teatro dirige varios espectáculos historicistas en diferentes pueblos. Son los habitantes, vecinos, descendientes y simpatizantes los que interpretan estas obras. En Quintanapalla dirige la representación de la boda real; en Espinosa de los Montes, la obra sobre los Monteros; en Olmillos de Sasamón, la fiesta celta sobre los turmogos. Este año, además, han empezado en Villarcayo a dirigir la representación sobre el momento en que la localidad recibió la capitalidad de Las Merindades.
«Esta es una forma de dar herramientas a los vecinos, que tengan interés por la cultura, socialicen y se dinamice el pueblo. Nosotros solemos empezar a trabajar en los pueblos a partir de Semana Santa, con lo que, a partir de ese momento, aunque sea los fines de semana, la gente ya se activa, se reúne, tiene una motivación cultural», explica García.
El teatro acaba siendo, así, un dinamizador de la zona. «No es que sea un movimiento telúrico tremendo el que provoca, pero sí está bien que haya una actividad», reflexiona Andrés García. En lo que va de año, Ronco Teatro ha representado funciones en Pinilla Trasmonte, Sasamón, Pradoluengo o Medina.
Mantener el arraigo y la identidad
Por su parte, Alfonso Matía, más conocido como Sito, es coordinador de Bambalúa Teatro. Cree también que es «indispensable mantener las tradiciones del folclore popular y la cultura es indispensable para mantener el arraigo y la identidad de nuestra comunidad». Por ello, en Bambalúa trabajan mucho con el lenguaje castellano porque hacen mucho teatro de oro y farsa medieval.

Con esta filosofía, esta trayectoria y este conocimiento de la situación, Sito evidencia que «es necesario mantener esta dinámica. Las instituciones tienen que darse cuenta. Ahora que hemos pasado este periodo complicado, hemos podido evidenciar que hay un público mayor que también necesita tener un ocio. No solo se trata de poner dos máquinas en el parque o hacer unos talleres. Hay que tener una dinámica constante. Hay mucho trabajo por hacer en este sentido. Se necesita un esfuerzo más, que tampoco supone un gran coste económico».
Algo distinto y especial
Bambalúa Teatro conoce bien la situación del sector en el medio rural. Una larga trayectoria les avala. Reconoce Sito que las representaciones en los pueblos no tienen nada que ver con el teatro al uso. «Aquí invades el espacio del pueblo. Son espectáculos más familiares, la gente se conoce, son más cercanos. El diseño de los espectáculos también cambia, por el tipo de escenario, porque muchos los hacemos en la calle», explica Sito.
Por ello, hasta los pueblos llevan los espectáculos híbridos, diseñados para representar tanto en interior como en exterior. La mayoría están dirigidos a un público familiar, que no es lo mismo que infantil. «Estos los pueden disfrutar desde un niño de siete años hasta una persona de 90. Es complicado lograr esto, pero también tenemos espectáculos puramente infantiles y otros creados para adultos», añade.
Bambalúa Teatro se mueve por toda España. Hacen representaciones en grandes ciudades y en pueblos. Pasan de un gran teatro a un granero, «obviamente el sitio está adecentado, limpio, pero nosotros nos adaptamos a los espacios de los pueblos. Sabemos las condiciones técnicas que tienen. No se puede exigir lo mismo que a un teatro», explica. «Asumimos esos pequeños riesgos para poder llevar el teatro y la cultura a los pueblos, que es lo que a nosotros nos interesa».
El invierno en la provincia de Burgos se hace difícil por el clima, a veces los viajes se complican, «pero cuando llegas a un pueblo en un periodo en el que hay poca actividad el público es agradecido», asegura.

Lo que surge en los pueblos
Andrés García, actor y director de Ronco Teatro, explica un fenómeno curioso que ha surgido en Espinosa de los Monteros gracias a estas herramientas que la compañía ha dado a los vecinos. Han logrado la iniciativa popular para organizarse, dinamizar el pueblo. Andrés García dirige la representación sobre los Monteros desde el año 2006. Aquella vez la representación fue promovida por el Ayuntamiento, pero reunidos después del verano, los vecinos decidieron hacer una asociación. «Quedaron tan contentos que decidieron crear esta asociación que es la que lo organiza actualmente, siempre con el apoyo del Ayuntamiento. Pero también organizan más cosas de teatro. Desde el 2007, paralelamente, empezamos a hacer un taller de teatro. Lo impartimos nosotros, Ronco Teatro, de octubre a junio todos los viernes», explica Andrés García.
Y así se crea la dinamización, ahí surge el impulso para la actividad. Al principio hacían algunas pequeñas representaciones, pero luego empezaron a hacer otro tipo de espectáculos hasta conformar el grupo llamado La Garguilla. Así, en Espinosa de los Monteros, también se han puesto en marcha rutas teatralizadas e, incluso, «ha venido gente de pueblos de la zona que se han incorporado al grupo», apunta García.
Igualmente, Andrés García también dirige al grupo de teatro Contrapunto de Melgar de Fernamental. «Con la pandemia se ha ralentizado y son un grupo amateur, pero es algo que también da mucha vida al pueblo», reconoce.
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