Dos edificios de Covarrubias galardonados en los XI Premios de Arquitectura de Castilla y León
También han sido premiadas otras tres obras en Burgos capital, en Villacienzo y en el monasterio de Rioseco de Manzanedo
La mejora de accesos y adecuación interior del Centro de Recepción de Visitantes, y la rehabilitación de una pequeña vivienda con un pequeño patio del casco histórico, firmadas por Javier Sánchez López, de la oficina Buho Arquitectos, han sido galardonadas en los XI Premios de Arquitectura de Castilla y León con una Mención en las categorías de Diseño de espacios interiores y de Restauración y Rehabilitación, respectivamente.
Son dos pequeñas obras con reducidos presupuestos que intentan destacar las posibilidades que ofrece el valioso patrimonio construído de Covarrubias, aprovechando lo existente pero con intervenciones contemporáneas, creando un interesante diálogo entre tradición y modernidad.
El premio a las dos obras de Covarrubias valoran el compromiso de la localidad burgalesa con su propio patrimonio, con intervenciones modestas pero adecuadas y adaptadas a las edificaciones existentes, resaltando que es mas importante recuperar lo construído que realizar nuevas edificaciones, y que con el apoyo de la administración local y regional esto es posible. Además se valora la ejecución de las obras por constructores de la provincia, y sobre todo locales, ya en el caso de la vivienda tanto el albañil como el herrero son habitantes de Covarrubias, y su conocimiento local de las estructuras de entramado de madera han posibilitado la creación de una obra singular. Estos galardones premian el conocimiento local y son una pequeña ayuda para visibilizar la España vaciada.
En la provincia de Burgos ha habido otras tres obras galardonadas: un edificio de 67 viviendas y espacios comunes en Burgos capital (finalista en la categoría de vivienda colectiva); un espacio de ocio en Villacienzo (finalista en la categoría de edificios de nueva planta), y la intervención en el monasterio de Rioseco de Manzanedo (finalista en la categoría de restauración y rehabilitación).
Antiguas escuelas
El Ayuntamiento de Covarrubias quería reformar las antiguas escuelas ubicadas en la entrada del pueblo para acondicionarlas como Centro de Recepción de Visitantes. Debido al exiguo presupuesto se optó por hacer una intervención de mínimos: se mantuvo la estructura, las fachadas y la cubierta, y se reformó únicamente el interior y los accesos. Para ello se eliminaron todas las particiones interiores y se recuperó el impresionante espacio basilical interior. Una sala vacía para poder realizar todo tipo de actividades vinculadas al turismo y la cultura.
La intervención desnudó interiormente la fachada principal, dejando el ladrillo al aire ara que respire, y se vistió la fachada opuesta con un panelado de tablero de virutas de madera y policarbonato traslúcido. Unas puertas permiten el acceso a las pequeñas salas que hay en la parte posterior.
Se estudió mucho la iluminación natural y artificial para que cada tipo de luz acompañase correctamente cada actividad: conciertos, exposiciones, charlas, catas de vino… Los ventanales orientados al sur se cierran con sencillas carpinterías de acero, que permiten obtener grandes vistas del pueblo y proporcionan un gran contraste de luces y sombras en el suelo de hormigón pulido. Las puertas y los panelados de policarbonato se retroiluminaron para obtener luz ambiental por la noche. Las lámparas colgadas proporcionaron la iluminación general.
Por último se marcó el acceso desde el aparcamiento exterior con un gran dintel realizado con chapones de acero reutilizados de una báscula agrícola cercana. Los mismos chapones sirven para construir la nueva escalera de acceso, que contrasta con la fachada.
Rehabilitación de una vivienda
En cuanto a la pequeña vivienda, ésta se encuentra en el centro histórico de la villa. Se ubica en una calle estrecha, dentro de una parcela estrecha, con un patio estrecho en un lateral, comunicado con la calle. La vivienda tan solo tenía un par de huecos de iluminación y resultaba muy oscura. La estricta normativa urbanística, al ser el pueblo un conjunto histórico, obligaba a mantener las alturas, el alero y la fachada.
Durante la obra se intentó conservar toda la estructura original de entramados de madera que fuera posible, ya que había ciertos elementos estructurales principales, vigas y pilares, que estaban en buen estado y que merecía la pena conservar. Por ello se introdujo una estructura metálica que se combinó con la existente de madera, de manera que los elementos sustituidos contrastasen con los mantenidos, como unos 'injertos estructurales' que se muestran sin pudor. El acero se convierte en protagonista en combinación con la madera, no solo en la estructura sino también en los revestimientos. La apertura de un paño en el entramado de la fachada lateral posibilita la entrada de luz en el centro de la vivienda, aprovechando la ubicación del pequeño patio, que en planta baja se transforma un amplio zaguán.