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El colegio San Miguel Arcángel de Escalada es uno de los que menos alumnos tienen en Burgos. GIT
La escuela rural pierde casi un 10% de alumnos en cinco años

La escuela rural pierde casi un 10% de alumnos en cinco años

A principios de curso se matricularon en los diferentes centros públicos rurales de la provincia 699 alumnos menos que en el curso 2014/2015 | La pérdida de estudiantes es aún más pronunciada en las primeras etapas

Domingo, 12 de enero 2020, 09:17

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La despoblación tiene muchos rostros. Pueblos abandonados, casas antaño vivas y hoy derruidas, rostros envejecidos viendo pasar las estaciones en soledad y sí, también escuelas vacías. Así lo demuestran los fríos datos, que ratifican lo que se viene observando día a día en los pueblos burgaleses: cada vez hay menos niños.

En apenas un lustro, el número de alumnos en los colegios rurales de la provincia se ha reducido en un 9,61%. El curso 2019/2020 comenzó el pasado mes de septiembre con 6.570 alumnos repartidos en 403 grupos de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional de los centros públicos ubicados en municipios de menos de 20.000 habitantes. Hace cinco años, en el curso 2014/2015, el número de alumnos ascendía a 7.269 en esos mismos centros. Es decir, que en apenas cinco años se han perdido 699 alumnos en el ámbito rural.

El dato es demoledor. Cierto es que la despoblación y el crecimiento vegetativo negativo son un problema generalizado en toda la provincia, pero las cifras demuestran que es incluso más pronunciado en el ámbito rural. En el caso de los centros públicos urbanos (Burgos, Aranda y Miranda), el descenso de alumnos matriculados durante estos cinco años es del 5,25%. Es decir, que la escuela rural pierde casi el doble de alumnos que la escuela urbana.

El único centro rural que escapa a esa dinámica general es el de Fuentes Blancas, y no es un centro rural al uso. No en vano, se trata de un colegio de Infantil y Primaria radicado en la capital provincial pero que da servicio a los municipios del alfoz, los únicos que también han visto incremetnada su población en los últimos años. En ese caso concreto, el centro ha ganado 30 alumnos en los últimos cinco años.

El CEIP Fuentes Blancas, que da servicio a los pueblos del Alfoz de la capital, es el único que ha incrementado sensiblemente el número de alumnos (30 más en cinco años)

En el lado contrario se sitúan colegios como los de Cerezo del Río Tirón, Escalada, Frías o Santibáñez-Zarzaguda, que tras la paulatina pérdida de estudiantes de los últimos años tienen todos ellos menos de 20 alumnos.

La situación, además, se prevé que vaya a peor en los próximos años. No en vano, la mayor caída de alumnos se registra en las etapas iniciales. Así, el retroceso en Infantil se cifra en 259 alumnos (un 18,3%), mientras que en Primaria se contabiliza en 285 alumnos (un 8,79%) y en el resto de tramos educativos en 155 estudiantes (un 5,92%). De esta forma, y si no hay un cambio de tendencia poblacional claro, la estadística de Primaria, Secundaria y Bachillerato se verá condicionada por el arrastre de Infantil durante los próximos cursos.

De momento, la situación ya ha obligado a replantear estructuras. Así, y a pesar de que en los últimos años no se ha registrado el cierre de ningún centro rural en la provincia de Burgos, lo cierto es que se han perdido 36 grupos.

Los colegios con menos alumnos

  • Virgen de la Antigua (Cerezo del Río Tirón): 6 alumnos.

  • San Miguel Arcángel (Escalada): 13 alumnos.

  • San Francisco (Frías): 14 alumnos.

  • Virgen de las Eras (Santibáñez-Zarzaguda): 15 alumnos.

  • Claudia Ciancas (Sasamón)): 22 alumnos.

  • Valle de Losa (Quincoces de Yuso): 25 alumnos.

  • Montes Obarenes (Pancorbo): 32 alumnos.

  • Valle de Tobalina (Quintana Martín-Galíndez): 32 alumnos.

  • Virgen de los Escuderos (Santa María del Campo): 32 alumnos.

Se trata, en todo caso, de una tendencia más pronunciada que la registrada en el ámbito urbano y que parece ser difícil de revertir. Así lo reconoce el propio director provincial de Educación, José Antonio Antón, quien asegura que se trata de una «realidad difícil». «Cada vez hay menos gente en los pueblos y no nacen niños». Y por ende, cada vez hay menos alumnos.

Sin embargo, el objetivo sigue siendo mantener a toda costa los centros educativos. Y no es barato. «Los recursos nunca son suficientes, eso está claro, pero la inversión de la Consejería de Educación es tremenda», explica Antón. Sólo en el mantenimiento de las 302 rutas de transporte escolar establecidas en Burgos, la Junta ha presupuestado 5,8 millones de euros este curso. A ese montante se le suman, en todo caso, los costes derivados de los servicios de comedor o las propias nóminas de los profesores. Unos profesores que, a juicio de Antón, a menudo son «héroes».

La ratio en el ámbito rural es de un profesor por cada 6,5 alumnos

No en vano, reconoce, a pesar de que la Dirección Provincial de Educación «responde» con inmediatez a las necesidades de personal gracias a una «buena» bolsa de trabajo, lo cierto es que en muchos casos es «difícil» encontrar docentes para cubrir las plazas en el ámbito rural, que está fuertemente condicionado a la interinidad. «La tasa de interinidad es muy alta», reconoce Antón al tiempo que insiste en que no se trata sólo de las condiciones laborales. «Es cierto que no tienen bonificaciones respecto a los profesores de una gran ciudad, pero tampoco hay interés por ir a pueblos pequeños», subraya.

Aún así, en la escuela rural hay 1.039,5 profesores (703,5 en Infantil y Primaria y 336 en Secundaria y Bachillerato). Se trata de una cifra muy significativa, tanto en el aspecto absoluto como en el relativo. No en vano, con ese volumen de profesores, los colegios rurales de Burgos mantienen una ratio de un profesor por cada 6,5 alumnos, totalmente inalcanzable en los colegios urbanos, cuya ratio se establece en 12,3 alumnos por profesor. «Los recursos que moviliza la Consejería permiten que la educación sea mucho más individualizada en el ámbito rural», destaca Antón.

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