Monasterio de Orduña, ubicado en la carretera de Vitoria de la localidad vizcaína, en el círculo, el obispo Rodrigo Henrique Ribeiro da Silva. J.C.R.

Verano en un 'resort' de clausura en Orduña y el regreso de un falso obispo: los movimientos de las monjas cismáticas de Belorado

Las exmonjas muestran en varios vídeos el resort que han preparado en Orduña para pasar sus vacaciones y presumen de un convento moderno que nada tiene que ver con los postulados de la clausura

Miércoles, 6 de agosto 2025, 07:39

El autocalificado obispo sedevacantista Rodrigo Henrique Ribeiro Da Silva ha regresado al convento de las monjas cismáticas, esta vez a Orduña, la residencia de verano que han establecido las exreligiosas para las cinco mayores y las cuidadoras de las garantes del convento de Belorado. En un brevísimo comunicado, las bretoneras aseguran que Da Silva ha regresado para «administrarles los sacramentos y la misa diaria».

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Da Silva ha explicado en un vídeo, en una entrevista mantenida con el jefe de Prensa, Francisco Canals, el rechazo de los sedevacantistas al concilio Vaticano II, «fuente de renovación y adaptación de la Iglesia al mundo moderno».

Asegura que hay muchos obispos en la línea conservadora tradicional, ajena al Vaticano II, sin embargo, solo unos pocos conservadores tradicionalistas no aceptaron la reforma y estos cambios y continúan con los sacramentos y la misa en el rito de ordenación antiguo que Pablo VI cambió.

La llegada de Da Silva

Da Silva llegaba hace ahora un año a Belorado para establecer en la provincia de Burgos un seminario para sus adeptos, sedevacantistas. La idea era comprar una finca entre Olmillos de Sasamón y Villandiego y establecer ahí su seminario.

Pedían una «generosa colaboración para la compra de una propiedad en Burgos, España, que albergará el Seminario San José», se explica en la campaña. Este proyecto estaría bajo la dirección, según continúa explicando, de «S. Exa. Revda. Obispo Rodrigo da Silva como rector, contará con un cuerpo docente formado por diversos sacerdotes, entre ellos los padres Casas Silva y Matían Chimentón». El objetivo del seminario es formar tradicionalmente a futuros sacerdotes para la Iglesia.

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También llegó para asistir espiritualmente a las ocho supervivientes del cisma iniciado el 8 de mayo de 2024. Solo unas semanas antes, el falso obispo, Rojas, y su ayudante, el cura coctelero, Francisco José Ceacero, fueron expulsados de manera abrupta por las encastilladas en el monasterio beliforano.

La idea de Ribeiro da Silva era crear una rueda de varios sacerdotes que abrazan la postura del sedevacantismo para que se turnaran en confesar a las exclarisas y celebrar el resto de los sacramentos en el convento de La Bretonera. En esos momentos el brasileño contactó con varios hermanos de su fe intentando organizar esa rueda desde Belorado.

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Ribeiro da Silva se marchaba en el mes de febrero a Brasil, supuestamente para conquistar mercado a su pseudoreligión. Al brasileño se le acababa el permiso para estar en España y dejaba al valenciano Rafael Cloquell, otro supuesto prelado, al frente de la reducida comunidad. La portavocía oficial del convento aseguraba que «este sacerdote es el encargado de administrar los sacramentos para las monjas clarisas de Belorado». Una particular transferencia de poderes entre supuestos obispos sedevavcantistas.

Marzo fue el punto de inflexión para las cismáticas de Belorado. Tres de ellas, encabezadas por Susana Mateo, emprendían una aventura gastronómica y empresarial en la localidad asturiana de Arriondas, donde abrieron un restaurante.

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En la comunidad de Belorado, formada por las cinco religiosas mayores, quedaban otras cinco cismáticas encabezadas por Laura García de Viedma. A partir de ese mes se desataron varios escándalos financieros con la venta del oro del convento de por medio.

¿Convento vacío?

La sentencia condenatoria, dictada la semana pasada por la jueza de Briviesca, en la que se ordenaba el desahucio de las ocho exmonjas cismáticas, ha revolucionado la vida de esa comunidad. Tanto es así que han abandonado Belorado y se han establecido en Orduña, nadie sabe si de manera definitiva o provisional, este verano. En sus redes sociales, las religiosas han hecho alarde de las comodidades que tiene el convento de Orduña, muy lejos de la austeridad franciscana de la orden.

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La cuestión es que una vez que se han ido de Belorado, el monasterio ha quedado vacío o con una o dos exreligiosas viviendo en él. ¿Se trata de un abandono de la ocupación? El tiempo pondrá a cada uno en su lugar.

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