Las manadas de lobos pierden presencia en Burgos mientras aumentan en Castilla y León

La Junta de Castilla y León ha elaborado el censo actual del lobo que comprende a los años reproductores 2022 y 2023. Se ha elaborado simultáneamente en las nueve provincias de la comunidad, pero los incendios acaecidos en Zamora en 2022 han obligado a realizar muestreos adicionales en esta provincia.

Se han contabilizado 193 manadas con presencia en el total de Castilla y León con evidencia de reproducción en el 87% de estas manadas. En la provincia de Burgos se han detectado 18 manadas, lo que supone el 9,3% de las manadas de la comunidad.

Burgos es área de campeo de 18 manadas, de las que 12 tienen el centro de actividad en la provincia y las otras seis son manadas que campean por la provincia, pero tienen el centro de actividad en otros territorios fuera del burgalés. Es más, dos de las manadas con presencia en Burgos también se mueven por Cantabria, una más campea por Cantabria y también por el País Vasco, otra de estas manadas campea solo por el País Vasco y dos más se mueven igualmente por La Rioja.

Los agentes medio ambientales y los celadores del medio ambiente han sido los encargados de realizar el trabajo de campo para elaborar este censo con el apoyo en la compilación y análisis de la información de la Consultura Recursos Naturales. Estos agentes medio ambientales y celadores han recabado evidencias de reprodución en el 78% de las manadas con presencia en Burgos.

A nivel regional las manadas de lobo se han incrementado en comparación con la cifra de hace una década. En 2012-2013 se contabilizaban unas 178 manadas, un 8% menos que en la actualidad. En cambio, en la provincia de Burgos las manadas de lobos disminuyen en la última década y también en las dos últimas décadas.

En el censo 2000-2001 se contabilizaban 24 manadas y en el de 2012-2013 se observaron 21 manadas. Lo que supone que desde el año 2000 han caído un 25% las manadas y desde el 2012 han descendido un 14%.

En Castilla y León se han detectado 158 manadas al norte del río Duero, lo que supone un 4% de incremento. Al sur del río Duero se han registrado 35 manadas de lobos, lo que implica que hay un 30% más. Estos datos muestran un incremento continuado de lobos al sur del Duero y al este de la comunidad, lo que favorece la expansión de la especie hacia comunidades limítrofes.

Se observa también una estabilidad de la población en los núcleos con mayor densidad de manadas de la cordillera Cantábrica en León, en la Montaña Palentina y en las sierras de Sanabria. Además, se aprecia una recuperación del lobo en el sur del Duero del núcleo de Tierra de Pinares de las provincias de Valladolid y Segovia. También se percibe un incremento de densidad de manadas en la sierra de Guadarrama y sus alrededores.

Este censo muestra una expansión del lobo hacia el sistema Ibérico, con al menos cuatro manadas en las sierras de la Demanda y Urbión.

Por último, los incendios de 2022 en la sierra de la Culebra y sus estribaciones dejaron una pérdida de varias manadas históricas de lobos que están en recuperación.

El lobo y su caza han tenido siempre polémica en Castilla y León. La justicia europea declaró este mes de julio de 2024 contraria al Derecho comunitario la ley autonómica de caza del lobo de Castilla y León, que no se aplicaba desde 2021. Esta ley permitía la caza del lobo al norte del Duero, una norma que estuvo vigente entre 2019 y 2021. Esta norma solo se recuperaría en caso de que el lobo dejara de ser especie protegida.

Pero el Gobierno central mantiene al lobo como especie en estado de conservación desfavorable en toda España, por lo que Castilla y León no puede permitir su caza. La Junta de Castilla y León argumentó este verano que, en la práctica, no está permitida la caza del lobo en ningún territorio de la comunidad desde que se incluyó en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) el 21 de septiembre de 2021.

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