Presentan mil alegaciones contra la instalación de un nuevo parque eólico en Las Merindades
Un grupo de personas de Las Merindades ha presentado en la Subdelegación del Gobierno 700 alegaciones que se suman a las 268 ya presentadas. Aseguran que la provincia de Burgos podría llegar a producir el doble que lo estipulado en el plan eólico
El debate energético en relación a los parques eólicos está de actualidad. Desde la comarca burgalesa de Las Merindades se ha desplazado hasta la Subdelegación del Gobierno en Burgos una delegación de esta comarca para presentar 700 alegaciones contra un nuevo parque eólico que se quiere instalar en la zona.
Numerosas han sido las iniciativas de la sociedad burgalesa que reivindican un cambio de producción energética hacia las renovables, pero de una manera razonable y efectiva, democratizando la producción. David José Díaz, miembro de la Plataforma en Defensa de Las Merindades, señala que en esta comarca burgalesa ya hay 18 proyectos de eólicos, «esto podría hacer crecer los aerogeneradores instalados hasta los 575 en una comarca de 26 municipios. Podríamos hablar de que estamos en una producción por encima del doble de la previsión del plan eólico para la provincia de Burgos que se realizó en 2020».
Junto a Díaz ha estado en la Subdelegación del Gobierno, Inmaculada Hierro, concejal de Medio Ambiente de Medina de Pomar. Este miércoles 6 de julio se han presentado 700 alegaciones de particulares al proyecto del parque eólico Pico de la Iglesia, que se quiere instalar en Medina de Pomar. Anteriormente ya se habían presentado otras 268. Las alegaciones proceden de particulares, pero también desde los ayuntamientos de la comarca.
Hierro y Díaz han incidido en que estas casi mil alegaciones son un ejemplo de la oposición vecinal a los proyectos de renovables que siguen proliferando en su comarca. El proyecto de este parque eólico se encuentra en fase definitiva. «Se han hecho alegaciones al estudio de impacto ambiental previo y ahora estas se presentan al definitivo», explica la concejala.
«Aberración»
Hierro ha calificado de aberración este proyecto, «en un principio iba a ser de 64 megavatios y en el estudio definitivo lo han cambiado a 84. Estas no son las formas de hacerlo. De hecho, la Junta de Castilla y León ha cambiado por un decreto de ley el suelo rústico a suelo de uso excepcional, por lo que se reduce el tiempo y los trámites», explica.
El parque eólico Pico de la Iglesia, por tanto, quiere instalarse con 14 aerogeneradores de 2020 metros de altura. Explican desde la Plataforma en Defensa de Las Merindades que, actualmente, en la provincia de Burgos solo hay un parque con aerogeneradores tan grandes instalados, el resto son de unos 80 metros. «Esto aumenta el ruido de la turbina. En España se instalan a un kilómetro de las casas cuando en otros países la legislación obliga a que estén más lejos», añaden.
«Un megaparque camuflado en dos»
La concejala de Medio Ambiente considera que «en Burgos ya hay suficientes molinos y proyectos». Explica que este proyecto del Pico de la Iglesia va enlazado con otro que se llama La Loma de Cuesta Quemada en Perex de Losa, a cinco kilómetros de Medina. «Es un megaproyecto eólico camuflado en dos. Ahora han presentado este y están con el estudio previo del de La Loma de Cuesta Quemada», asegura Hierro.
Si estas alegaciones no tienen ningún efecto, desde la Plataforma en Defensa de Las Merindades aseguran que seguirán actuando dentro de la legalidad. «Hay que buscar las faltas legales, desde luego el decreto por la urgencia debido a la guerra de Ucrania está facilitando la aceleración de la aprobación de los diferentes proyectos sin el estudio de impacto ambiental que era necesario», lamenta Díaz.
Impacto negativo
Hierro señala que la instalación de estos parques eólicos tiene un impacto ambiental en cuanto al ruido y también visualmente. «Las Merindades se promociona por el turismo de naturaleza. Esto va a afectar a toda la comarca porque con la altura de los aerogeneradores se verán desde el último rincón. Esto no se puede permitir», apunta la concejala de Medina.
Díaz también evidencia que estos parques eólicos no atraerán nuevos vecinos que lleguen para trabajar en ellos. «No exigen mucho mantenimiento, este con dos trabajadores estaría. Trabajos que normalmente tampoco se encuentran en estas localidades. Pueden traer dos personas al pueblo, pero está tirando por tierra el uso tradicional del suelo».
Explica este miembro de la plataforma que en la primera generación de eólicos se instalaban aerogeneradores de unos 80 metros de altura. «Ahora estamos hablando de 220 metros de altura. Esto va más allá del impacto visual. Cada molino necesita una hectárea de terreno y 7.000 metros cuadrados de hormigón».
La lucha de esta plataforma no es individual. Están en contacto con asociaciones y plataformas con intereses similares de provincias vecinas, pero también de toda España. Señalan que el problema no es comarcal ni siquiera provincial. Lamentan que el medio rural español esté absorbiendo la producción de energía mediante aerogeneradores para luego ser suministrado a centros de consumo que son urbanos. «Abogamos por un cambio de producción energética, pero de una manera razonable y efectiva. Hay que democratizar la producción», concluye Díaz.