Miranda tratará de reducir el impacto acústico en las fiestas de septiembre
Después de suspender los valores límite de ruido, el Ayuntamiento ha aprobado un paquete de medidas para paliar sus efectos durante los días señalados
Miranda sonará en fiestas. Así lo confirma el Consistorio mediante «la suspensión provisional de los valores límite de ruido en todas las calles del municipio en las que se celebran actos festivos». Una decisión que llega tras la sentencia firme que el pasado mes de junio estimó el recurso presentado por la asociación de Afectados por el Ruido de Miranda de Ebro.
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Desde la Administración se explica que esta medida se ampara en la Ley del ruido de Castilla y León, que faculta a los Ayuntamientos a autorizar excepciones en casos de actos de «especial proyección oficial, cultural, deportiva o religiosa», como pudieran ser las inminentes fiestas patronales en honor a la Virgen de Altamira. No obstante, el Consistorio también ha decidido aprobar un paquete de medidas para reducir el impacto acústico durante la próxima edición de fiestas, que se celebrará entre el 11 y el 14 de septiembre.
Las medidas paliativas
La suspensión de los límites de ruido no será total: el decreto introduce restricciones de horarios y uso de equipos de sonido con el fin de paliar, en palabras del propio Ayuntamiento, «las molestias que los actos festivos pudieran generar al vecindario».
En este contexto, entre las medidas más relevantes destacan algunas limitaciones en las barracas, que solo funcionarán desde las 17:30 horas y con un horario de cierre escalonado —a las 23:00 horas en días laborables y hasta las 2:00 de la madrugada en fines de semana y vísperas de festivo—. Además, en estos espacios se prohíbe la utilización simultánea de música y megafonía en una misma atracción y, en caso de utilizar generadores, deberán ser insonorizados.
En lo que a los conciertos respecta, no podrán rebasar las dos horas de duración, incluyendo las pruebas de sonido. Del mismo modo, las txoznas —uno de los servicios más polémicos— no podrán abrir más allá de las 3:00 de la madrugada durante los días 11, 12 y 13 de septiembre.
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El conflicto vecinal de fondo
La tensión entre fiesta y descanso no es nueva en Miranda de Ebro. Tal como recogió 'Burgosconecta' en febrero de 2024, los vecinos de la calle Cantabria llevan años reclamando un cambio de modelo festivo para acabar con lo que califican de «barra libre de decibelios». Entonces, colgaron pancartas en sus ventanas con lemas como «queremos disfrutar las fiestas, no padecerlas» y entregaron más de 1.100 firmas al Ayuntamiento para reclamar un recinto ferial alternativo.
A este respecto, el estudio acústico encargado por el Ayuntamiento a la empresa Auditec reconoce que los niveles de ruido generados por los conciertos «superan los 30 dBA en las fachadas cercanas», pero limitar los equipos a la potencia necesaria para cumplir la normativa supondría un volumen «demasiado bajo para la celebración de conciertos de estas características». Además, hace algunos meses surgió un contramovimiento vecinal que reivindicaba la celebración de las fiestas en el barrio. Es por todo esto por lo que, finalmente, el Ayuntamiento ha optado por suspender provisionalmente los valores límite de ruido.
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Queda por ver si estas restricciones se perciben como suficientes por los vecinos del barrio de Anduva, que acumulan más de seis años de protestas contra el ruido de las fiestas. Mientras tanto, Miranda se prepara para unas fiestas patronales que, este año, llegan acompañadas del eco de un conflicto que sigue sin resolverse del todo.
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