
La Policía Local de Miranda de Ebro regresa a la calle
Tras tres años en conflicto, la Policía Local y el Ayuntamiento de la ciudad sellan un pacto que garantiza una cobertura mínima de cinco agentes por turno
Por fin llegó el acuerdo. Tres años después de que San Juan del Monte detonara un conflicto abierto entre la Policía Local de Miranda de Ebro y el Ayuntamiento, en la mañana de este viernes, 16 de marzo, los agentes rubricaban un pacto con la Administración que pone fin, al menos de forma parcial, a un enfrentamiento arrastrado desde 2022.
El documento, suscrito por los sindicatos y el concejal de Seguridad Ciudadana, Pablo Gómez, garantiza una cobertura mínima de cinco agentes por turno, que podría ampliarse hasta siete en fechas señaladas; eso sí, bajo la fórmula de las horas extra. Así lo confirmaban fuentes policiales a este medio, reconociendo que «es un primer paso muy positivo tanto para la ciudadanía como para nosotros, porque garantiza la seguridad en la calle y también nuestros descansos».
La firma de un acuerdo en construcción
La firma no llegaba por sorpresa. Venía gestándose desde agosto, pero hubo que esperar a la primavera para ver los frutos de unas negociaciones enquistadas durante años. Finalmente, el pacto era ratificado en la mañana de este viernes tras someterse a votación durante las últimas semanas en una urna cerrada en la Comisaría.
El acuerdo fue votado por 35 de los 36 agentes disponibles y el resultado fue claro: veintidós votos a favor, trece en contra y una abstención por incomparecencia. Unas cifras que retratan a una plantilla que asume el pacto como un paso necesario, pero no como una solución plena. De hecho, muchos de los que votaron en contra lo hicieron por desconfianza hacia la actual jefatura.
«Si lo interpreta la persona que está ahora, lo va a reventar todo otra vez», comentaban fuentes policiales durante la jornada. Y es que Mario Pinedo, jefe de la Policía Local, es señalado como el verdadero «epicentro» del conflicto, y no solo por diferencias organizativas: existen dos protocolos antiacoso solicitados formalmente contra él, si bien es cierto que el pasado mes de febrero quedaban sobreseídas dos denuncias contra la jefatura, una de ellas interpuesta por un agente del servicio mirandés.
Un final que es, en realidad, un principio
Asperezas al margen, Gómez califica el pacto como «un buen acuerdo para Miranda». A partir de este mismo fin de semana, la Policía regresará a las calles de la mano de dos patrullas estables que podrán ser reforzadas con una extra en ocasiones especiales. Sin duda, es más de lo que había hasta ahora, pero también implica el esfuerzo añadido de una plantilla que sigue incompleta.
Porque Miranda no cuenta aún con todos sus policías. De los once nuevos que están en formación, solo dos se han incorporado. Como pronto tomarán posesión del cargo en septiembre y, mientras tanto, el cuerpo continuará operando con «escasos recursos humanos y materiales».
Pese al avance, las fuentes consultadas insisten en que los problemas estructurales persisten. «Seguimos sin uniformidad, con muchos vehículos en mal estado y un escalafón de mando completamente desestructurado», relatan. No obstante, también reconocen que el edil se ha comprometido a convocar una nueva reunión en unos diez días para tratar específicamente las carencias materiales y organizativas reclamadas en reiteradas ocasiones.
«Nos congratulamos de que se haya firmado esto, pero hay que seguir poniendo piedras en el castillo», inciden. Mientras tanto, Miranda recupera cierta normalidad en su dispositivo policial diario. A la espera de que este acuerdo sea el inicio de una reconstrucción más profunda y duradera, parece que la ciudad volverá a acoger patrullas en sus calles.
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