Las monjas benedictinas de un pueblo de Burgos se trasladarán a Oviedo
La falta de nuevas vocaciones lleva a las comunidades monásticas de San Salvador de Palacios de Benaver, de la Ascensión de Zamora y de San Pelayo de Oviedo a unificarse en la capital asturiana
La comunidad de monjas benedictinas del monasterio de San Salvador de la localidad burgalesa de Palacios de Benaver abandonarán en los próximos meses su actual residencia para trasladarse al monasterio de San Pelayo de Oviedo.
El traslado, en el que también participará la comunidad de La Ascensión de Zamora, es la consecuencia directa de la falta de vocaciones, que en las últimas décadas ha reducido de manera paulatina el número de monjas en el monasterio de clausura. Actualmente son once las religiosas que viven en el monasterio burgalés, varias de ellas de avanzada edad.
Esa circunstancia, que también afecta a las comunidades de Zamora y Oviedo, llevó tiempo atrás a iniciar un «proceso de discernimiento conjunto» que ha derivado en la decisión de unificar en el monasterio ovetense a las tres comunidades, pertenecientes a la Congregación Monástica de Santa Hildegarda.
En este sentido, eso sí, las once religiosas apuntan que el traslado no será inmediato, «ya que este paso es muy complejo e implica atender con cuidado muchos aspectos humanos, comunitarios y materiales», tanto de las propias religiosas como del entorno de las mismas.
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En todo caso, insisten en que la decisión se toma para «cuidar con atención y responsabilidad a cada hermana en su etapa vital, y al mismo tiempo cuidar el carisma benedictino que hemos recibido como don para la Iglesia y el mundo».
«Lejos de ser simplemente un cierre o una pérdida, esta unión es para nosotras una oportunidad de vida, de comunión y de esperanza, desde la fidelidad al Evangelio y al espíritu de San Benito», señalan en un comunicado.
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