El nuncio revela que el arzobispo de Burgos hablará con cada una de las monjas cismáticas

El nuncio del Vaticano en España, el arzobispo filipino Bernardito Auza, impartió durante la tarde del martes 28 de mayo una charla en Logroño sobre la Agenda 2030, un documento en cuyas negociaciones participó como observador de la Santa Sede ante la ONU.

Quince minutos antes de su conferencia, organizada por La Bitácora XXI, monseñor Auza atendió a los medios de comunicación. Preguntado por las controvertidas palabras del Papa Francisco sobre el «mariconeo» en los seminarios –por las que ya se ha disculpado–, el nuncio eludió dar una respuesta y pidió tiempo para «analizar las declaraciones en su contexto».

Sí que habló, sin embargo, de otro asunto que ha ocupado los titulares de la prensa española en las últimas semanas: la decisión de las clarisas de Belorado de abandonar la Iglesia Católica y colocarse bajo el auspicio del falso obispo Pablo de Rojas, excomulgado por la Santa Sede.

Auza reveló que el pasado lunes por la noche, recién llegado de Roma, había acudido a la Nunciatura el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, que traía consigo el nombramiento de comisario pontificio. De esta manera, Iceta puede actuar en nombre de la Santa Sede en los tres monasterios implicados.

Además, la madre abadesa de las clarisas de Belorado, que defiende que no hay intereses económicos detrás de su salida de la iglesia, concluye este miércoles 29 de mayo su mandato.

«El arzobispo tiene ahora que hablar con cada una de las hermanas para ver lo que piensan y por qué han actuado así. Estamos en vías de solución», señaló Auza.

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