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Los padres del acusado de asesinar a una bebé dicen que con 9 años oía voces

Los padres del acusado de asesinar a una bebé dicen que con 9 años oía voces

Varios testigos declaran que el acusado de asesinar a la pequeña Alicia, cuya madre residía en Burgos, se creía un «mesías»

Jueves, 6 de septiembre 2018, 16:54

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Los progenitores del acusado de asesinar a una bebé en Vitoria a la que lanzó por una ventana han asegurado hoy que su hijo decía con 9 años que oía voces y que meses antes del trágico suceso les habló del «fin del mundo» y de que una «fuerza diabólica» le perseguía.

Los padres del procesado han declarado hoy en el juicio con jurado que arrancó el martes en la Audiencia de Álava por el asesinato en la madrugada del 25 de enero de 2016 de la bebé Alicia, de 17 meses, a la que, según ha reconocido lanzó por la ventana, y por el intento de homicidio de la madre de la pequeña, Gabriela, residente en Burgos, y que entonces tenía 18 años.

Durante la jornada de ayer, el acusado, un profesor de música natural de Sevilla que tenía 30 años en el momento de los hechos, argumentó que actuó «enajenado» porque vio en la pequeña la «semilla del mal» y él, como «trabajador de luz» que era, debía proteger a la humanidad frente a la oscuridad. Gabriela sin embargo achacó su acción a que ella se negó a mantener relaciones sexuales con él.

Hoy los progenitores de Daniel han explicado que ya con 9 años dijo en varias ocasiones que oía voces y que durante la adolescencia, dado su carácter introvertido y algunos episodios de acoso en el colegio, le plantearon la posibilidad de acudir a un psicólogo pero se negó. Han afirmado que no recibió tratamiento psiquiátrico a pesar de que le recomendaron en varias ocasiones más que acudiera a un especialista.

La última vez en diciembre de 2015, tan solo un mes antes de que se produjera el asesinato de Alicia y después de que el acusado hablara en diversas conversaciones con sus progenitores, una expareja, y varios amigos de fuerzas oscuras y de que se sentía como una «especie de mesías», de «salvador», tal y como ha quedado hoy de relieve.

Así, el padre ha asegurado que en septiembre de 2015 Daniel le relató por teléfono que había dos mundos, la luz y la oscuridad, y que él se consideraba enviado de esa luz y que escuchaba voces. «Era un puro delirio», ha descrito. Conversaciones de ese tipo se repitieron en octubre y diciembre. «¿Qué podíamos hacer?, ¿ponerle una camisa de fuerza y llevarlo obligado a un psiquiátrico?», se ha preguntado el padre. Ambos han reconocido que se vieron superados y que no supieron gestionar la «enfermedad» de su hijo.

También una expareja del acusado que ha testificado hoy ha descrito un episodio «raro». Se produjo unos 4 o 5 meses antes del asesinato de Alicia, una noche después de que ambos hubieran bebido varias copas y consumido marihuana. «Se volvió loco, se le metió el diablo», «empezó a arrastrarse por el suelo, a gritar», como si quisiera sacar algo de la boca, ha descrito la joven, quien también ha dicho que el acusado tenía un «problema con el sexo», que «no se saciaba» y que le gustaba sentir el dominio sobre la mujer en las relaciones de pareja.

De hecho esta joven, que ha indicado que mantuvo una relación de unos seis meses con él en 2015, ha asegurado que decidió terminar la misma cuando vio en el ordenador imágenes y vídeos del acusado manteniendo relaciones sexuales con distintas mujeres.

A pesar de todo ello, esta expareja ha afirmado que Daniel era un «chico normal», que la trataba «muy bien» y que le encantaba su trabajo como profesor de música y «adoraba» a los niños.

Cambio de comportamiento

El tribunal también ha escuchado el testimonio de una amiga del acusado que ha explicado que un año y medio antes de la muerte de Alicia constató un cambio es su comportamiento. Además ha dicho que cuando fumaba marihuana le cambiaba el «chip», se «emparanoiaba». La chica, que conoce a Daniel desde 2005 y que fue compañera de estudios musicales, ha añadido que en Navidad de 2015, cuando el acusado fue a Sevilla, le habló también de que tenía una misión en el mundo, que era una especie de «salvador», de «mesías» frente a las fuerzas oscuras. Ha asegurado que para ella Daniel es un «enfermo mental» y que a día de hoy le sigue diciendo las mismas cosas.

En la vista ha testificado también la madre de Gabriela, quien entre lágrimas ha dicho que desde el suceso está en tratamiento psiquiátrico, y varios vecinos de Daniel en Vitoria, que escucharon los gritos de socorro de Gabriela, al acusado con medio cuerpo fuera del balcón mirador y a la pequeña Alicia ya en el suelo de la calle.

Mañana está previsto que continúe el juicio con la declaración de los ertzainas que han intervenido en este caso, el primero en Euskadi en el que las acusaciones piden la prisión permanente revisable para el procesado.

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