«La patronal de Burgos es un poco miedica, se puede invertir más»
Pablo Dionisio Fraile, reelegido secretario provincial de UGT en Burgos ·
Fraile renueva su cargo al frente del sindicato en la provincia, con compromiso, asegurando que las reivindicaciones laborales no tienen que frenarse por la pandemia
Ni la pandemia de la covid-19, que está siendo una experiencia muy dura y difícil de manejar, le ha quitado las ganas a Pablo Dionisio Fraile, que acaba de ser elegido secretario provincial de UGT Burgos. Se renueva en un cargo al que llegó en diciembre de 2016, pero que llevaba ejerciendo desde meses antes, de manera provisional, tras la salida de Roberto Gómez en 2015. Y su máxima preocupación es garantizar que la salida de la crisis sanitaria que azota ahora a la provincia no suponga ver mermados los derechos ni las condiciones laborales de los trabajadores.
Fraile recuerda que, entre las grandes lecciones que nos está dando la pandemia, es que los trabajos más esenciales suelen ser los peor valorados y los que tienen peores condiciones. Y eso hay que cambiarlo. Como también la situación de precariedad del mercado laboral burgalés, en general, y en particular en el caso de las mujeres. El nuevo secretario provincial de UGT Burgos reconoce que la patronal se ha comportado bien en esta pandemia, pero indica que sigue siendo demasiado conservadora, y apuesta por invertir más para mejorar la posición económica de la provincia.
-Ha sido reelegido secretario general de UGT en Burgos, renueva cargo, ¿cómo se siente?
-Comprometido. Estamos viviendo desgraciadamente una situación sanitaria que está poniendo a prueba no solo a la organización, sino también a las personas. Ha sido un final de mandato realmente duro el año 2020. Y por responsabilidad y, sobre todo, por los 24.000 parados de Burgos, y las más de 1.000 personas en ERTE, tenemos que seguir trabajando. Estamos viviendo una situación crítica y tenemos que seguir luchando por los trabajadores y las trabajadoras de la provincia, que tienen que mejorar sus condiciones laborales.
-¿Lo tenía claro lo de presentarse a la reelección? ¿Dudó en algún momento?
-Se ha pasado muy mal durante el 2020. No hemos cerrado ningún día durante la pandemia. Tuvimos que cerrar la comarca de Miranda al principio... Han sido situaciones muy frustrantes y dolorosas, sobre todo cuando algún compañero se ha contagiado. Se ha ido superando con trabajo, gratitud, compromiso, de nuestros trabajadores y trabajadoras, porque era una situación muy grave para el conjunto de la ciudadanía. Aquí hemos estado para tratar de ayudar lo máximo posible.
«Si algo hemos aprendido durante la pandemia es que hay situaciones límite y sectores muy importantes que no están valorados»
-Llega en un momento muy complicado, con una crisis económica que amenaza con agravarse. ¿Cuál debe ser, a su juicio, la tarea y posición de los sindicatos en este contexto?
-Sobre todo, estar al lado de los trabajadores y las trabajadoras que lo están pasando mal. Si algo hemos aprendido durante la pandemia es que hay situaciones límite y sectores muy importantes que no están valorados. El compromiso que han tenido las personas para luchar contra la pandemia no se ve recompensado en los salarios. Hay muchas cosas que hacer.
-¿Es el momento de hacer reivindicaciones en las empresas? ¿De exigir mejoras salariales y laborales?
-Es el momento. No podemos dejar de reivindicar y tenemos que ir reconociendo que se puede mejorar mucho. En Burgos tenemos casi 24.000 parados, es muy duro. Y las mujeres están muy perjudicadas, tenemos casi 13.000 paradas, y las oportunidades que tienen no son las mismas que para los hombres. En la industria hay un porcentaje pequeño de mujeres y Burgos es una provincia eminentemente industria. A las mujeres les queda el sector servicios y el sector público, y siempre son los menos valorados y los peor pagados.
-Mantener el empleo ha sido la prioridad estos meses, de ahí las negociaciones para ampliar los ERTE, pero ¿a cualquier precio?
-Son absolutamente necesarios porque, sino, nos iríamos a cifras del paro inasumibles. Y no solo mantenerlos. En muchos casos habría que complementarlos porque hay personas que no llegan con lo que se les está dando. Creo que hay que extender los ERTE hasta que esa inmunidad de rebaño se consolide, porque ahora hay muchas dificultades y muchas personas que lo están pasando mal. Actualmente, el acuerdo de los ERTE está hasta el 31 de mayo pero necesitamos extenderlo.
-¿Cómo se están comportando las empresas en Burgos?
-Han estado comprometidas en la lucha contra la pandemia. Somos el 26% de la industria de Castilla y León y, afortunadamente, la industria ha funcionado. No así el sector servicios, que lo está pasando mal. Comercio, hostelería, cuidados... Nos hemos dado cuenta de que, los servicios esenciales, son los peor pagados y los que está en las peores condiciones. Hay que meterle mano a esta situación y la pandemia nos debe de servir de lección.
-¿Temen despidos masivos en los próximos meses? ¿Cierres? (sobre todo en pequeñas y medianas empresas, en negocios?
-La extensión de los ERTE está precisamente para que no se conviertan en expedientes de extinción de empleo. Pero, puede suceder sobre cuando cuando las ayudas no han llegado a tiempo. Ese es el problema. Las ayudas tienen que ser en tiempo real porque, sino, las empresas no aguantan. El comportamiento general de las empresas ha sido bueno, con mucha preocupación y con inversiones por parte de los servicios de prevención de riesgos laborales.
«Hay que extender los ERTE hasta que esa inmunidad de rebaño se consolide»
-FAE hablaba hace unos días de que se necesitarán dos años para volver a la situación de 2019. Se recuperará la economía pero ¿cómo quedarán los trabajadores? ¿Corremos el riesgo de tener peores condiciones laborales y salariales?
-Puedo estar de acuerdo en la duración de la recuperación. Y sí tenemos temor a que se pierdan derechos porque cuando hay tanto desempleo, tanta precariedad, instintivamente se aprovechan de las necesidades de las personas. Tenemos que conseguir que la negociación colectiva garantice las condiciones de los trabajadores y que no se quede nadie fuera del sistema.
-¿Con qué fortalezas está afrontado esta crisis Burgos?
-Tenemos bastantes fortalezas. Un nudo empresarial muy potente y muchas posibilidades de hacer de Burgos una ciudad turística de interior importantísima. Desgraciadamente no hemos podido aprovechar el boom del VIII Centenario de la Catedral, que hubiera sido un buen vagón de enganche, pero creo que tenemos muchas fortalezas y una gente extraordinaria. La responsabilidad de los burgaleses y burgalesas, salvo casos extremos, ha estado a la altura de la situación.
-¿Y sus debilidades?
-También tenemos debilidades. Un mercado laboral precario, en el que las mujeres tienen menos posibilidades. En Burgos hay mucho contratos de corta duración, y eso lo tenemos que fortalecer. Y la patronal de esta provincia es un poco miedica. Se puede invertir más. Estamos en una situación geográfica de las mejores de España y hay que invertir más por Burgos y para Burgos.
-En Burgos se mantiene el diálogo social, que se ha roto en Castilla y León. ¿Hay riesgo de ruptura a medio plazo?
-El comportamiento de la Junta estos últimos años ha sido absolutamente inasumible por los sindicatos. Creo que tiene que dar una vuelta al diálogo social, que ha sido un estandarte de Castilla y León. Ha funcionado perfectamente y en los próximos años lo tendremos que reactivar y funcionará.
-En Burgos, de momento, tranquilos
-En Burgos, tranquilos. El trabajo realizado tanto en Diputación como en Ayuntamiento está funcionando, tenemos acuerdo en vigor, y lo bueno es que ambas administraciones están absolutamente comprometidos con el diálogo social.
-¿Qué le echa en cara a la Junta en la gestión de la pandemia?
-Hay bastante cositas, pero no se pueden recoger todas. El rechazo que tiene el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, hacia el diálogo social es incomprensible. Tiene que haber un comportamiento a futuro que llegue a las personas. Es ineludible.
-Le preguntaba por el Gobierno autonómico porque, durante estos meses, se han planteado numerosas restricciones que no siempre han caído bien. Incluso se ha hablado de que han sido especialmente perjudiciales y discriminatorias con la provincias
-Las medidas no han sido nada livianas. Han sido duras y, sino, que se lo pregunten a los sectores más perjudicados. Lo importante es qué va a pasar a partir de ahora, cómo se van a hacer las cosas, cómo va a llegar el dinero de Europa, cómo se va a repartir, cómo se va a vacunar a los burgaleses... En definitiva, cómo se va a plantear el futuro tras la pandemia.
«El mensaje es claro: me comprometo a trabajar, trabajar y trabajar»
-Y al Gobierno central, ¿le tenemos que echar algo en cara?
-Con el paso del tiempo te das cuenta de que una pandemia de estas dimensiones es algo muy difícil de llevar. No teníamos ninguna experiencia, no estábamos preparados... se va aprendiendo, se va caminando hacia el futuro. Ahora lo que hace falta es que las vacunas lleguen para todos.
-¿Qué objetivos se marca para el nuevo periodo de 4 años? (al margen de la pandemia)
-Llevamos unos años que, desgraciadamente, nos ha tocado sufrir. Hemos sufrido la crisis de 2008 a 2012. Yo personalmente he sufrido el incendio de mi empresa (Campofrío, en 2014). Ahora nos ha pillado la covid-19. Lo que no marcamos para el futuro es mejorar las condiciones de los trabajadores y trabajadoras de esta provincia.
-La pasada semana se celebró el 8 de Marzo, ¿cómo está la mujer en los sindicatos?
-La pandemia no ha ayudado. Seguimos siendo un país en el que la mujer lleva el peso de la familia y, habitualmente, cuando se pone a trabajar es más comprometida que el hombre. Hemos mejorado en pequeñas dosis. Afortunadamente tenemos dos mujeres al frente de la secretaría comarcal de Aranda y Miranda; nuestras compañeras cada vez son más profesionales, se comprometen igual que nosotros y la mujer, en el papel de los sindicatos es importantísima.
-¿Se arrepiente de algo que hiciera o no hiciera estos últimos cuatro años?
-No sabría decirte. Naturalmente que he cometido errores y siempre intento corregirlos. Arrepentirme de algo en concreto, no. Ser consciente de que tenemos que mejorar en determinados aspectos dentro de la organización del sindicato, por supuesto. El mensaje es claro: yo me comprometo a trabajar, trabajar y trabajar.
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