Un proyecto burgalés para recuperar cultivos desaparecidos de Demanda, Pinares y Arlanza
La Asociación Agrolara se ha propuesto la recuperación de documentos gráficos de épocas pasadas para preservar la memoria agrícola y ganadera de estas comarcas burgalesas
La Asociación Agrolara se ha propuesto la recuperación de documentos gráficos de épocas pasadas con el objetivo de preservar la memoria vinculada a la actividad agropecuaria de las comarcar burgalesas de Pinares, Demanda y Arlanza. Esta asociación, de corta trayectoria pero con actividad incansable, tiene como razón de ser el fomento de prácticas agroambientales sostenibles y la recuperación de sus tradiciones.
El proyecto necesita la colaboración ciudadana, por ello se ha hecho un llamamiento para que la gente de estas comarcas les proporcione fotografías antiguas relacionadas con la agricultura, ganadería, actividad forestal, horticultura, cría de animales de corral y actividades artesanales. A través de ellas y de otros registros se pretende obtener el conocimiento para continuar recuperando variedades agrícolas o razas autóctonas desaparecidas. La gente que las trabajaba muere, pasamos a cultivos más productivos pero menos sostenibles o a semillas más productivas.
«La forma de recuperar o fomentar las prácticas agrarias y medio ambientales sostenibles y tradicionales de estas comarcas es, primero, acercándonos a las fuentes que tenemos que no son otras que la gente», explica Javier Jiménez, presidente de Agrolara. Junto a él, al frente de este trabajo está Carmen Alonso.
Desde Agrolara son conscientes de que muchas actividades, razas, variedades de legumbres y hortalizas que nos acompañaron o nos acompañan en el medio rural corren peligro de desaparecer o ya lo han hecho. Confían en que, en el caso de las desaparecidas, se puedan recuperar.
Memoria gráfica contra el olvido agrario
A través del repertorio gráfico que pretenden obtener de la población lo que se busca es tener otro medio más de rastreo de estas cuestiones que están tratando de recuperar. Otras fuentes son los documentos escritos, registros, cuentos, refranes antiguos. «A través de estas fuentes y de la conformación de un registro gráfico es posible que podamos identificar y recuperar determinados animales, determinadas especies de plantas, legumbres y enriquecer así el patrimonio. Queremos generar un libro que recopile todo lo que nos llegue y que nos sirva como base de trabajo y como base de cohesión del territorio», explica Jiménez.
«Lo que vamos a hacer es generar un gran registro para poderlo poner en valor. No solo para recuperar variedades y razas, si se crea en la zona un museo etnográfico se puede usar para ello», añade el presidente de Agrolara. Con la recuperación de variedades y especies viene también el conocimiento, la recuperación de usos, costumbres y tradiciones. Pero la preocupación de Agrolara no es tanto la recuperación del folclore, porque es algo en lo que se ha trabajado más, sino la recuperación de otra parte de la cultura del día a día, la de las especies y variedades que nos acompañaron, «el fomento de las prácticas agroambientales desde parámetros sostenibles», explica Jiménez.
El objetivo de la asociación es ese, recuperar legumbres, hortalizas, cultivos, razas de animales autóctonas cuya explotación era sostenibles medioambientalmente. Con estas fotos y registros que solicitan a la población buscan encontrar y aprender cómo trabajaban un cultivo, cómo se secaba un alimento, por ejemplo. Todo ello puede añadir mucha información desde el punto de vista etnográfico y social. «Es un aspecto bastante desatendido en la parte etnográfica porque se ha atendido más al folclore, el arte, la arquitectura», explica Jiménez.
Cómo participar
Envía por WhatsApp o correo electrónico tus fotografías. 666977254 y asociacion.agrolara@gmail.com
Especifica al menos el lugar y la fecha aproximada donde la fotografía fue tomada.
AGROLARA SE COMPROMETE A
Organizar, describir, catalogar y conservar las fotografías
Darlas a conocer mediante exposiciones o publicaciones
Citar siempre su procedencia
Proporcionar a los donantes el archivo digital de las fotografías
Variedades recuperadas
Actualmente, Agrolara está elaborando un estudio de variedades antiguas para su recuperación. La aplicación puede ser grande y han hecho avances en esta materia.
Agrolara ya ha recuperado el garbanzo lareño. «Hemos generado unos recursos ciclogenéticos y ya lo plantamos 16 pequeños horticultores. Ahora vamos a hacer una plantación grande. Pero, además de recuperarla agronómicamente, desde el punto de vista de la tradición hay muchos dichos y frases que nos hablan de la agricultura y las especies, lo que también forma parte del patrimonio. La recuperación que hemos hecho del garbanzo lareño da unidad a la planta y a toda la tradición que arrastra, lo que también es un trabajo muy bonito», apunta el presidente de Agrolara.
16 pequeños agricultores ya planta y trabajan la variedad del garbanzo lareño, que se había dejado de cultivar. Es uno de los proyectos que se han llevado a cabo en los dos últimos años de la asociación Agrolara «y con bastante éxito», añade Jiménez. Se ha recuperado una variedad y cada vez la cultiva más gente para autoconsumo, pero esperan poderla lanzar en masa.
Trabajan también por la recuperación de más variedades. Han recuperado ya seis variedades de legumbres y una de lechugas que se plantaban hace más de 30 años. «Estaban abocadas a la desaparición por la muerte de las personas que las trabajaban, por el cambio a semillas más productivas o por el cambio de cultivos», explica Jiménez.
La identidad como comarca
«Tenemos una trayectoria pequeña, pero la idea es que lo mejor que le puede pasar a una raza o a una variedad es que se la cultive y se la consuma, porque eso significa que está muy presente», apunta el presidente de Agrolara.
Es un patrimonio nuestro, cualquier esfuerzo que se haga desde cualquier nodo de la sociedad será útil. «Con la recuperación de la memoria gráfica y con la recuperación de las variedades antiguas también se genera una cohesión social, se pone en contacto gente, revaloriza algo que la gente ha devaluado», añade Jiménez. La identidad como comarca.
Razas autóctonas
Otro ejemplo son las razas de animales autóctonas. Puede ser la vaca serrana, una especie en peligro de extinción, con pocos reductos en la comarca. Pero a través del rastreo de la memoria gráfica se puede conocer cuál fue su distribución pasada, sus características, usos y costumbres e intentar ponerla en valor de alguna forma.
La gallina negra castellana es otra especie en peligro de extinción, en este caso más a nivel de Castilla y León y Castilla-La Mancha. «Tenemos una fotografía muy curiosa de la abadía de San Quirce de principios del siglo XX de una señora mayor con sus gallinas y aparece una negra castellana. Eso nos da datos sobre la distribución y sus de esta raza. Al otro lado de la Sierra tenemos la gallina campera. Se está haciendo un esfuerzo por su recuperación y selección y se está intentando que llegue su declaración como especie en peligro de extinción», resalta Jiménez.
