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El folclorista italiano William Cara (i) y el etnógrafo Alfonso Díez posan con un traje de Reina de la corte de los Sampedros de Burgos. Sara Sendino

Radiografía del folclore de Burgos: los expertos reivindican un museo de la indumentaria

El etnógrafo Alfonso Díez y el folclorista italiano William Cara analizan los retos a los que se exponen las tradiciones en la provincia y cómo se cambia la esencia por la comodidad a la hora de vestir

Sara Sendino

Burgos

Domingo, 16 de febrero 2025, 09:40

Burgos es una ciudad amante de su historia y preocupada por conservar sus tradiciones. Lo mismo ocurre con su provincia, un territorio muy extenso y con mucho folclore. Sin embargo, en cuanto a la vestimenta, esta se enfrenta a varios retos, como el respeto por la tradición y la necesidad de contar con un museo de indumentaria.

Alfonso Díez lleva estudiando el folclore de la provincia de Burgos desde que tenía 16 años. «Empecé en los grupos de danzas y desde muy temprana edad me di cuenta de que, en el caso de la indumentaria que usábamos, de los trajes regionales, no eran todo lo ortodoxos que se supone que tenían que ser», explica el etnógrafo, que trabaja como técnico de patrimonio inmaterial en la Diputación, además de llevar la tienda Orbace & Manflor junto a William Cara, folclorista italiano.

Díez comenzó a investigar la indumentaria tradicional de la provincia de Burgos desde bien pronto, y eso le ha servido para convertirlo en su «modo de vida». Por su parte, Cara comenzó bailando en grupos folclóricos de Cerdeña, su lugar de nacimiento, y de ahí nacieron sus ganas de investigar las tradiciones italianas y «hacer un trabajo más técnico».

Se desvirtúa la tradición a la hora de vestirse

«Burgos conserva el conjunto más importante de ecosistemas de Europa, y estos ecosistemas son los que dan esas formas de vida y engloban cosas como los trabajos, las formas de hablar, de cantar, de bailar, cómo son las casas y cómo son los trajes», así define Díez la riqueza del folclore y las tradiciones de la provincia.

Señala que hay una «variedad extensísima» que conlleva más de una veintena de trajes tradicionales. Eso sumado a que, en muchas ocasiones, cada pequeño pueblo de Burgos cuenta con detalles propios. Díez habla de los alfoces de Burgos, Las Merindades con comarcas como los cuatro ríos pasiegos, los Valles de Mena, Losa, Tobalina, Valdivielso, Valdebezana... También menciona la Sierra de la Demanda, el Condado de Treviño, las tierras de Amaya, el Valle de Sedano, el del Esgueva y el del Arlanza. Todos ellos sumados a la extensa Ribera del Duero.

Trajes tradicionales de Buniel, en Burgos, recuperado por Leoncio Pérez Merino y José María González Marrón. Ayuntamiento de Buniel

Sin embargo, a la hora de enfundarse el traje tradicional de las distintas zonas de Burgos, que tiene su origen en el siglo XIX, no siempre se realiza de la forma correcta. «Yo creo que hay desconocimiento», explica William Cara. Por su parte, Díez detalla de dónde puede venir esta ignorancia: «Ahora todo vale, y con ese todo vale al final la gente es muy osada».

El etnógrafo de Burgos señala que seguir los gustos personales y basarse «poco en la tradición» logran que se «desvirtúe» la indumentaria. Díez también comenta que, en ocasiones, cuando una persona acude a su tienda para confeccionarse un traje, viene con una idea preconcebida como, por ejemplo, unos «colores impensables». En esos casos, tanto William como Alfonso tratan de explicarle «que eso no entraría dentro de la tradición».

A la espera de un museo de indumentaria

En sus casi 40 años de estudio e investigación de las tradiciones de la provincia de Burgos, Alfonso Díez ha atesorado cientos y cientos de prendas y complementos. Lleva, desde hace años, coleccionando estas piezas «únicas», por eso su mayor reivindicación es «un museo de indumentaria».

«Yo tengo una gran colección que he hecho desde que era muy joven», explica el burgalés. «Esta colección está guardada, pero yo la he hecho para el disfrute de la gente», así infunde su petición, señalando que, antes de crear la exposición, deberían asegurarse unas «condiciones determinadas» de conservación.

Además, Díez señala que la galería se convertiría un atractivo turístico, ya que atraería a «miles de personas», y podría acoger posibles exposiciones temporales sobre la indumentaria folclórica de otras provincias o países. En cuanto a su posible localización, Cara plantea que en Burgos se podría aprovechar de la presencia«de muchos edificios vacíos», explica, señalando que sería «un beneficio para todos y toda la ciudad».

Dónde informarse antes de confeccionar un traje tradicional de Burgos

Decidir crear un traje regional puede suponer un gasto y un quebradero de cabeza. Para inspirarse, Díez y Cara recomiendan los trabajos que José María González Marrón realizó hace años. Además, el etnógrafo de Burgos afirma que está trabajando «en unas publicaciones» para aglutinar la «riqueza inconmesurable de indumentaria» que posee la provincia de Burgos.

Elementos de indumentaria tradicional de Burgos. Sara Sendino
Imagen principal - Elementos de indumentaria tradicional de Burgos.
Imagen secundaria 1 - Elementos de indumentaria tradicional de Burgos.
Imagen secundaria 2 - Elementos de indumentaria tradicional de Burgos.

Además, Díez explica que siempre que realiza exposiciones o conferencias trata de asesorar o «redirigir» a las personas hacia una visión más respetuosa con la indumentaria tradicional de Burgos. Sin embargo, reconoce que lo más práctico a la hora de distinguir los distintos estilos de trajes de la provincia lo más simple es verlos dibujados. «Si no, claro que sí, venir a la tienda y que nosotros le asesoremos», añade.

El acceso al folclore, algo en manos de asociaciones

Tanto Cara como Díez empezaron en el mundo del folclore (italiano y burgalés) cuando eran jóvenes. Sin embargo, el de Burgos destaca que, en la ciudad, «si no perteneces a un grupo de danzas al uso no te puedes acercar al folclore, cosa que no pasa en otras provincias».

Señala, por tanto, que en Burgos sería necesario una escuela municipal de folclore en la que las personas interesadas podrían acudir «a coserte tu traje, a aprender dulzaina o a saber tocar la pandereta o bailar. Y así creo que llegaría (el folclore) a más gente». Díez reconoce que Burgos es una ciudad en la que el folclore y las tradiciones mueven «a mucha gente», pero opina que, si se fomentara la educación desde el Ayuntamiento, «movería a mucha más». Toda una reflexión sobre las tradiciones de Burgos, el trato que se les da y cómo se pueden conservar para no perderlas.

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