Ciberdelitos: qué es el phishing y cómo evitarlo
España se encuentra en el top 10 de los países con más ataques de phishing
España está en el top 10 de los países con más ataques de phishing y dentro de ellos los más habituales son los casos de phishing financiero. Un correo electrónico aparentemente legítimo y amable pide, a quien lo recibe, descargar un adjunto, actualizar, validar o confirmar información, de una determinada cuenta, a través de un enlace. Tras clicar en él, se le redirige a una página web falsa, en la que se procede al robo de los datos. Los ciberdelincuentes esperan que no nos fijemos, ya que estos correos electrónicos parecen legítimos: replican los logos, el diseño y el tono de los emails reales
La mejor arma para evitar ser víctima de un intento de phishing es la prevención, así lo explican desde Cajaviva: «Ni Cajaviva, ni ninguna otra entidad financiera, va a enviar jamás un email, un sms o cualquier otro canal poco seguro, como una llamada telefónica en los que se pidan las claves o datos personales, ni tampoco que se actualicen».
En este sentido, recomiendan mantener actualizadas las aplicaciones de seguridad de los equipos informáticos, incluyendo el navegador y el sistema operativo, «y que desconfíen de correos electrónicos que dicen ser de su entidad bancaria y soliciten información confidencial» ya que, insisten, «desde Cajaviva Rural nunca solicitaremos claves secretas o datos de productos, como el número de la tarjeta«.
Correos electrónicos falsos
Los expertos de Cajaviva indican que «no se debe responder nunca a un correo electrónico sospechoso. Lo recomendable en este caso es enviarlo a nuestra entidad financiera a través de algún formulario en su web comercial o del gestor digital que corresponda o podemos acercarnos a una oficina y enseñarlo. Sobre todo es importante no descargar archivos adjuntos ni pinchar sobre enlaces de aquellos correos de los que no estemos completamente seguros«.
Evitar el phishing pasa, también, por utilizar contraseñas seguras y no revelárselas a nadie; comprobar la url de la página web y el dominio y utilizar herramientas antivirus y antiphishing y evitar proporcionar información confidencial por email o teléfono. «Hay que sospechar si recibimos una llamada de un servicio conocido que no esperamos. Y, sobre todo, de aquellas comunicaciones que soliciten realizar una acción de manera urgente, como facilitar información sensible», indican desde Cajaviva.
Debemos verificar la identidad de la persona que se ha puesto en contacto con nosotros. Si el remitente proporciona un número de devolución de llamada, puede ser parte de la estafa, así que es mejor no usarlo. En el momento en que sospechemos que se trata de una llamada telefónica fraudulenta, simplemente hay que colgar y bloquear el número.
Qué pasos seguir si hemos sido víctimas de una estafa
Ante la duda, debemos ponernos en contacto con nuestro banco para verificar la información. Si, a pesar de todas las precauciones, caemos en la trampa por encima de cualquier otra consideración, es esencial actuar con rapidez, pese al disgusto y los nervios del momento.
«Lo primero que debemos hacer, muy rápido, es llamar a nuestro banco y solicitar que nos bloqueen la tarjeta cuyos números han acabado en manos de los estafadores«, enumeran desde Cajaviva. «Hay que evitar que puedan realizar compras o gastar el dinero que tengamos en la cuenta en los siguientes minutos. Así, a partir de esa llamada, quedará registrada la incidencia y, por lo tanto, los seguros podrán hacerse cargo de cualquier inconveniente que pudiera afectarnos».
A continuación, debemos presentar una denunciar ante las autoridades, en comisaría o telemáticamente, de lo ocurrido y dejar constancia de cada paso que hemos seguido hasta caer en este fraude: pruebas del mail que ha servido de anzuelo para picar en la trampa, webs y datos concretos que se hayamos podido dar durante el incidente. Este requisito es esencial para tener registrado el intento de robo de nuestro dinero y que podamos ir a gestionar con el banco cualquier papeleo que sea necesario.
«Todas las entidades financieras trabajamos mucho en el desarrollo de tecnología para evitar este tipo de fraude, y disponemos de productos que pueden atenuar los daños, como tarjetas virtuales que se pueden cargar al instante y otros que nos permiten arriesgar lo mínimo», concluyen.
