Por qué no se puede mezclar el agua y el aceite
La composición específica de las grasas mantiene características diferenciales con otros líquidos
¿Se pueden hacer magdalenas grasas para que coman los pájaros? Sí. ¿Se puede mezclar el agua con el aceite? No. En el capítulo de ciencia para todos de esta semana, la directora de Espiciencia, Bárbara de Aymerich, relata algunas de las características específicas de las grasas, que nos permiten experimentar y, a la vez, aprender mucho sobre su composición.
Y es que, las grasas, como cualquier sustancia, se puede presentar en diferentes versiones en función de la temperatura ambiente o de los elementos con los que se trabaje. Así, por ejemplo, se puede calentar manteca y verterla en moldes para que, una vez solidificada a temperatura ambiente, se convierta en una suerte de magdalena. A priori no parece precisamente un manjar, pero a los pájaros les encanta, sobre todo si se mezcla con otros alimentos, como semillas o alpiste.
Lo que no se puede hacer es conseguir que se mezclen el agua o el alcohol con el aceite. Por mucho que se intente, lo único que se puede conseguir es reducir el tamaño de las micelas de aceite que flotan en el agua.
La razón se encuentra en la propia composición de ambos fluidos. Mientras el agua -y el alcohol y otros líquidos- tienen polaridad en su composición, los aceites son apolares, por lo que no tienen carga. Esto es, semejante disuelve a semejante, nunca al revés.