Borrar
Coronavirus en Burgos: «Hay gente que entiende que si la situación no cambia lo mejor es confinarse hasta que esto pase»

«Hay quienes creen que lo mejor es confinarse si la situación no cambia»

El psicólogo burgalés Luis Ángel Romero asegura que las reacciones ante la pandemia son medidas «adaptativas del ser humano» perfectamente normales

Ruth Rodero

Burgos

Martes, 24 de noviembre 2020, 08:33

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Sentir que algo malo va a pasar, que la ansiedad te acompaña en el día a día o que tener problemas para dormir se ha convertido en la realidad de muchas personas desde que la pandemia provocada por el coronavirus llegase a nuestras vidas. Sin embargo, estas sensaciones no son para nada algo raro, como explica Luis Ángel Romero, coordinador del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León.

-¿La situación sostenida en el tiempo provocada por la covid-19 está afectando a la población?

-A medida que la situación persiste en el tiempo y se toman medidas como los confinamientos, los problemas de origen psicológico y emocional van aflorando más. Todo lo que está relacionado con la ansiedad y con el miedo se codifica en un momento y explota un poco después, eclosiona cuando te toca de manera cercana, cuando un familiar se ha puesto malo, el padre que se ha quedado sin trabajo o tu ciudad ha sido confinada. Entonces es cuando repuntan o explotan esos miedos a enfermar o morir. Es cuando aparecen los ataques de ansiedad, los trastornos obsesivos compulsivos, esos trastornos donde te da por pensar sistemáticamente que algo malo te va a pasar a ti o a un ser querido y eso hace que se genera la ansiedad. Está apareciendo el incremento de los ataques de ansiedad, temas depresivos, irritabilidad o insomnio. Y me temo que todavía no ha terminado de explotar del todo.

-¿Es normal este tipo de reacciones, que nuestra mente responda de esta manera?

-Claro que es normal. Es una alerta del organismo que anticipa que algo potencialmente peligroso se puede dar. Puede ser mi muerte o la de mi padre lo que haga que el cuerpo responda con una ansiedad, con una activación, para que yo pueda tomar decisiones cuanto antes y evitar ese mal que pudiera estar ocurriendo. En este caso, ese peligro potencial no sabemos en qué medida puede aparecer o no y, aunque aparezca, no es algo que esté en nuestras manos. Entonces es cuando deja de ser adaptativo, cuando empieza a reaccionar con manifestaciones psicológicas y emocionales ante una situación que todavía no se ha producido y que tampoco sabemos si se va a producir. Seguramente sea más anormal una pandemia mundial, con todos sus efectos colaterales en vidas humanas, puestos de trabajo, economía y en todo lo que está suponiendo, que la propia reacción adaptativa del ser humano.

-¿Se puede trabajar en estas reacciones o son incontrolables?

-Las emociones se puede ayudar a manejarlas. Hay que racionalizarlas muchas veces, hay que saber desplazarlas y, por tanto, identificarlas y comprenderlas para poder regularlas. No siempre es fácil, porque a veces te sobreviene un ataque de ansiedad y no sabes muy bien cómo controlarlo porque no tienes claro por qué ha aparecido en esta ocasión. Pero cuando se trabaja con la ayuda de un profesional te va a ayudar a identificarlo, a poder anticiparlo y a poder regularlo desde el principio.

-Este querer tenerlo todo bajo control en cuanto a la higiene, el echarnos gel en cuanto tocamos algo, lavarnos las manos de manera constante, ¿puede derivar en este tipo de trastornos que comenta? ¿Van a pasar solos cuando el virus deje de ser el tema central de nuestra vida o realmente vamos a tener que trabajar con especialistas para que nos ayuden a superarlo?

-Habrá personas que este afán por limpiarse constantemente, por no tocar nada que no debas, con el tiempo lo irá normalizando a medida que la situación de riesgo vaya reduciéndose. Pero también es cierto que que hay personas a las que les puede costar más. Personas que sean altamente controladoras o que tienen un miedo excesivamente intenso que, a priori, se ha ido potenciando. Quizás eso que se ha reforzado tantas veces, porque es sano, cuando deje de ser una necesidad habrá personas que con ese refuerzo social tan importante les cueste un poquito más desengancharse y habrá un porcentaje de la población que va a necesitar la ayuda de un especialista.

-Hace unos meses hablábamos de que con el paso del tiempo aparecerían casos de estrés postraumático derivados de duelos no resueltos, ¿está ocurriendo así?

-Los trastornos por estrés postraumático no son los más frecuentes y muchos de ellos tienen que ver con una comunicación difícil, por ejemplo en la muerte de un familiar, o de un gran impacto de esta situación emocional en él. Y muchas veces la aparición puede ocurrir incluso tres meses después del incidente crítico. Por lo que estamos hablando de que la aparición del estrés postraumático no es lo que más repunta ahora mismo. No obstante, es mucho más frecuente los problemas de ansiedad, los problemas depresivos, los problemas de insomnio, la irritabilidad y todas esas esas manifestaciones de querer adaptarnos a una situación que es poco normal.

-¿Cuáles son las consultas más repetidas? ¿Ansiedad, depresión...?

-Ansiedad es un concepto general. Dentro de ansiedad podemos ver ataques de pánico, de ansiedad y todos los miedos a salir solo, a comprar, a ir al hospital si me doy un golpe y el brazo me cuelga y tengo miedo a ir al hospital porque hay mucho coronavirus. Los problemas relacionados con la ansiedad, en su amplio espectro, son mucho más frecuentes. Y luego, las depresiones. Sobre todo en aquellas personas que ven que es una situación que se mantiene en el tiempo, que no podemos estar con los amigos, que no somos libres para seguir haciendo cosas. En el mundo adulto hay mucha gente, por ejemplo en el sector de la hostelería, que han perdido los trabajos, que el ERTE se está acabando, la incertidumbre sobre el futuro, que se ve negro, porque cada vez nos dicen que esto va a durar un poquito más. Y como nadie sabe cuándo va a finalizar, esto es lo que genera esta visión de túnel, esta visión negativa del futuro y esta depresión.

-Hay personas que verbalizan su deseo de volver a estar confinadas ante el temor al coronavirus, ¿es una reacción normal? ¿Dejaremos de tener ese miedo a la libertad?

-Sí, son medidas adaptativas distintas en función de las personas y los momentos por los que hayan pasado. Hay gente, como las personas mayores, que han sido muy precavidas, muy conscientes de lo que pasa, que habitualmente cumplen con las normas de distancia e higiene, y les ves con ese miedo a enfermar porque son una población de alto riesgo. ¿Qué ocurre? Que estamos viendo en las noticias que la gente joven va de botellón, que hay fiestas clandestinas, entonces hay gente que entienden que si esto no cambia, y no depende de ellos, lo mejor es confinarse hasta que esto pase. Es una medida por tanto también adaptativa, en función de la necesidad que tiene esa persona concreta de sentirse protegido cuando no depende de él y cuando los demás no están siendo responsables.

-¿Esta pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la salud mental, de acudir a un psicólogo como vamos a otro especialista cuando lo necesitamos o seguimos siendo reacios a ello?

-A la necesidad de ir al psicólogo se le va dando cada vez más importancia. No cabe duda que cada vez que hay una situación que genera malestar emocional a nivel poblacional se es más consciente de la importancia de acudir a un profesional cuando se necesita. Otra cosa es que luego, en función de tu capacidad económica o no, te puedas permitir o no acudir a un profesional. Hablo del profesional autónomo, independiente... ¿Por qué? Porque es otra de las medidas que debemos tener en cuenta, quizás necesitaríamos un plan nacional de incorporación del psicólogo en atención primaria. La cantidad de visitas al especialista, la cantidad de medicamentos que no tendríamos que tomar, se podría evitar teniendo un psicólogo en atención primaria, por ejemplo. O estableciendo un plan de salud mental en la infancia, que son cosas que están por hacer. Creo que la gente es más consciente de a quién acudir, pero no lo hacen todos los que lo necesitan.

-¿Hay algún tipo de consejo o recomendación para estar tranquilos en una situación como la que estamos viviendo?

-Sabemos lo que hay, no tenemos por qué recordarlo todos los días. Sigamos las normas: lavarnos las manos, la mascarilla, la distancia social y, a partir de ahí, sigamos el día a día con normalidad. Normalicemos y centrémonos en vivir el aquí y ahora. Si yo tengo que trabajar voy a trabajar y trabajo lo mejor posible. Si tengo que estudiar, voy a estudiar y lo hago lo mejor posible. Me relaciono por teléfono o por videconferencia con los amigos y de esa vivencia, del objetivo a corto plazo del aquí y el ahora, vamos a normalizar mucho más la situación. No tenemos que controlarlo todo, simplemente tenemos que vivir la protección de forma global siguiendo unas normas sin creer que por seguirlas al 100% vamos a poder controlarlo todo. Lo normal. ¿El coche provoca accidentes? Pues hay accidentes de coche, pero no por ello dejamos de montar en ellos, simplemente conducimos con precaución, pues la vida ahora es un poquito eso, tomar las medidas higiénicas en serio, protegernos y seguir el día a día en el presente, sin anticipar el futuro, sin anticipar calamidades y tratar de mejorar el día a día que es lo que todos tenemos que hacer.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios