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Amador Martínez, en su despacho del Instituto de Medicina Legal de Burgos. Gloria Díez

«Se han reducido las autopsias, pero se ha mantenido la respuesta de seguridad científica y jurídica»

El director del Instituto de Medicina Legal de Burgos, Amador Martínez, reconoce que no ha habido menos trabajo por la pandemia y los confinamientos

Sábado, 30 de enero 2021

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Sí. La vida también ha cambiado para los empleados del Instituto de Medicina Legal de Burgos. Principalmente porque su trabajo, el de los médicos-forenses, se centra, aunque suene un tanto raro, en los vivos. «Nuestras labores se dividen en un 70% con los vivos y un 30% con fallecidos», apunta el director, Amador Martínez, quien lleva más de 30 años al frente del instituto. Y estos hábitos se han modificado por la pandemia. La presencialidad ante los hechos se ha reducido para evitar riesgos, pero los trabajadores (diez médicos-forenses, dos psicólogos, dos trabajadores sociales, dos auxiliares de autopsias y cuatro administrativos) han encontrado fórmulas para que sus servicios, necesarios para la ciencia y la justicia, no se frenaran en seco. Hasta han ayudado al servicio de Salud Pública para encontrar soluciones en la crisis sanitaria por la pandemia.

-¿Se ha reducido el trabajo en este año de pandemia?

-No ha habido menos trabajado. Hemos experimentado un cambio en la manera de abordar el trabajo ordinario, principalmente, por las medidas de seguridad por la pandemia. El Ministerio dictó una serie de normas en el estado de alarma y otra el 18 de septiembre, que permitía realizar informes periciales en base a información escrita, siempre que fuera posible, aunque en otras es imprescindible hacer el reconocimiento presencial. Porque no solo hacemos levantamientos de cadáveres y autopsias, también hacemos reconocimientos psiquiátricos, de lesionados, tanto por agresión como de accidente de tráfico o laboral, y reconocimientos de víctimas de agresión sexual. Hacemos muchas cosas... Algunas han tenido que ser presenciales, como los levantamientos de cadáveres, autopsias, reconocimientos de detenidos, internamientos psiquiátricos no voluntarios... En otras, hemos reducido riesgos para nosotros y para los pacientes examinados con informes, por ejemplo, de psiquiatría.

-Eso les habrá obligado a reestructurar las tareas...

-Hemos reorganizado los efectivos para favorecer el teletrabajo. También hemos realizado una reorganización de nuestros efectivos para favorecer el teletrabajo. Para todo lo que no era presencial, los médicos-forenses se acogieron a ese plan. Ahora estamos en una situación mixta al recuperarse los reconocimientos de una manera normal. Otro cambio que hemos experimentado es que en vez de ir al juzgado para que citaran a los usuarios a reconocimiento, lo hemos hecho a través de los abogados. Ellos tienen un contacto directo y sobre todo es más rápido. Si nosotros lo solicitamos por escrito al juzgado, este lo repartía, tenía que ir el agente judicial... se podría demorar hasta en 15 días. Y los juicios telemáticos, que ya se venían desarrollando por videoconferencia o la sala virtual, también lo ha facilitado. Vamos a una media de 600 o 700 juicios al año entre todos los médicos-forenses en Burgos.

-Habla más del trabajo con los vivos que con los muertos. La sociedad piensa que su trabajo se centra principalmente en levantamiento de cadáveres y autopsias...

-El 70% de nuestro trabajo es con vivos. En una guardia, por ejemplo, hay levantamientos de cadáveres, autopsias, pero también un internamiento psiquiátrico no voluntario, una agresión sexual, varios detenidos, una víctima o autor de violencia de género...

-¿Esas intervenciones delictivas se han relajado durante la pandemia?

-No tengo datos definitivos. Es peligroso hablar de eso. Puede ser que haya habido violencia de género y que no se haya denunciado por diferentes circunstancias. Se empezará a ver cuando se normalice tras la pandemia. La situación que seguimos viviendo, contiene un factor de estrés muy notable y que se mantiene por la incertidumbre. Eso no facilita las relaciones y no propicia una situación fácil para nadie. Por eso, sacar conclusiones no es adecuado. Habrá que hacer estudios. Tampoco sé muy bien, por ejemplo, si en el juzgado de Violencia de Género de Burgos, que es exclusivo, y los demás de la provincia (no son exclusivos), se han reducido la denuncias. Además, no todas las denuncias requieren de un reconocimiento médico. El juez lo ordena porque lo ha pedido el fiscal o la parte. Si no lo solicitan, no entramos de oficio, pero siempre estamos disponibles.

No ha habido una reducción de trabajo, aunque en algunos aspectos ha habido menos actividad. Por ejemplo, hemos tenido menos accidentes de tráfico y menos pericias. ¿Agresiones? Se han podido aumentar las familiares, pero en vía pública, seguramente, se hayan reducido al no haber interacción. ¿Incapacitaciones? Un porcentaje notable de las incapacitaciones civiles han sido siempre con personas con demencia y en personas mayores. Las residencias han estado cerradas... En otros ámbitos de la psiquiatría forense, como imputabilidades, se han mantenido igual.

«La impresión que tengo sobre los suicidios, sin tener datos estadísticos, es que se mantiene una tendencia similar a la registrada años atrás»

-¿Y los suicidios?

-Tampoco tenemos datos definitivos. La impresión es que, sin tener datos estadísticos, se mantiene una tendencia similar a la registrada años atrás. A veces se dice que en momentos de crisis económica hay más. Y a veces no es así. En momentos de exaltación económica, por decirlo de alguna manera, hay más, por hacer una reflexión que para nada es científica. En la anterior crisis económica no hubo más suicidios que en tiempos de bonanza. Entre las cuatro provincias (Segovia, Soria y Ávila dependen del instituto de Burgos) llevamos unas cifras muy similares. Y siempre son dramáticas, no podemos decir que es una situación moderada.

¿Cómo actúa un médico-forense en un levantamiento de un cadáver?

El Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional halló el 15 de enero el cadáver de Ana, la mujer de 46 años desaparecida dos días antes en la ribera del río Duero, a tres kilómetros del barrio de Santa Catalina de Aranda. En ese operativo también hubo un médico forense del Instituto de Medicina Legal de Burgos.

«Se encuentra un cadáver que ya se estaba buscando en el río, por lo tanto es una muerte violenta, que pudo ser accidental, suicida u homicida. El forense de guardia de esa zona fue al levantamiento y reconoció el cadáver en el mismo lugar para ver si había lesiones evidentes o significativas, además de obtener los datos de la policía. Y por último, se trae el cadáver a Burgos para hacer el reconocimiento. Como llevaba dos día desaparecida, la probabilidad de contagio covid era menor. Supongo que se hiciera PCR y se tomaran las muestras para los casos de sumersión, que es más complejo que las normales. Seguramente se estén haciendo estudios complementarios y hasta ahí. Y en ese caso ya sabíamos quién era. Por desgracia no a todo el mundo se le está buscando por ahí como a las personas sin hogar, gente que se ha ido a suicidar o que no lleven la documentación. Normalmente siempre hay algo que indica de dónde viene la gente», detalla el director del Instituto de Medicina Legal de Burgos, Amador Martínez.

-Una de las novedades de la pandemia es que han tenido que echar una mano a Sanidad...

-El Ministerio de Justicia ofreció a Sanidad de las comunidades autónomas para que los servicios de Medicina Legal analizáramos todos los certificados de defunción que se estaban produciendo. Eran momentos en los que había dudas sobre los datos reales y el sistema estaba desbordado. Desde abril estamos analizando todos los certificados de defunción en Burgos y en las provincias de Ávila, Segovia y Soria. Recopilaba la información y a diario enviaba los datos al servicio de Salud Pública de Castilla y León. Hasta si era preciso, entrábamos en el programa Medora...

-De hecho hasta que no entró Medicina Legal no se supo el número real de fallecidos...

-Es que llegaban los datos por vías distintas y con un decalaje de tiempo considerable. Ahora seguimos colaborando. Por ejemplo, también medimos, y eso que la gente prácticamente no lo sabe, las muertes con intervención judicial, que son las muertes violentas por accidente, suicidios, homicidios o las sospechosas de criminalidad. En estas últimas entran las muertes súbitas o imprevistas y que sorprenden a la persona en un estado aparentemente de buena salud. En estas, nosotros introducimos los datos en una web para el Instituto Nacional de Estadística.

-Por ejemplo, la mujer que apareció en el río en Aranda recientemente...

Por ejemplo. Se ha visto a raíz de la pandemia, independientemente de las muertes con intervención judicial, la importancia de contar con estadísticas de mortalidad fiables. No solo por la pandemia, ya que de unas buenas estadísticas de mortalidad dependen políticas de salud pública como la prevención de la muerte súbita de los deportistas.

«Dejamos que sea Sanidad la que decida cuándo nos tenemos que vacunar»

-¿Se han practicado en Burgos autopsias covid o a enfermos que han padecido la enfermedad?

-Por un lado hay que diferenciar las autopsias clínicas, que requieren un certificado de defunción previo con la causa establecida y que la familia autoriza, de las autopsias judiciales, en las que por ejemplo no está establecida la causa de la muerte y lo ordena un juez, aunque la familia se oponga. En el caso de los pacientes covid que fallecen en los hospitales por el virus no sé si en el HUBU se ha hecho alguna autopsia clínica. Tengo serias dudas porque requiere unas condiciones de sala de autopsias que probablemente el HUBU no tenga. Nosotros tampoco la tenemos. Hay muy pocos sitios en España que tengan esas salas para evitar la contaminación de todos los que intervienen. El interés que tiene la autopsia del paciente covid es ver la afectación microscópica a todos los niveles: órganos, tejidos, células... Se han hecho muy pocas autopsias covid y se han practicado en sitios muy concretos. Probablemente se estén haciendo ahora más para tener unos datos para saber cómo afecta el virus. Llevamos un año con este virus. Para llegar a las conclusiones que ya hemos sacado, tardábamos décadas. Por ejemplo, lo de la vacuna es el gran exitazo.

Otro aspecto que ha cambiado es que todas las autopsias que hemos realizado han sido con PCR negativa en el cadáver. Obtenemos la muestra y la llevamos al servicio de microbiología del HUBU, que siempre ha colaborado con nosotros de una manera generosa y rápida, y en tres o cuatro horas lo sabemos. Aun siendo negativa, andamos con cautela. Los casos de covid positivo que sea imprescindible hacer autopsia son, por ejemplo, los homicidios o suicidios que no sean por una precipitación porque en esa situación se ven lesiones evidentes. Aun así, intentamos manipular lo menos posible los pulmones.

«A raíz de la pandemia se ha visto la importancia de contar con estadísticas de mortalidad fiables»

-¿Ha descendido el número de autopsias?

-Alrededor del 55% de los levantamientos de cadáveres son muertes naturales no certificadas porque o no hay antecedentes, es un enfermo de fuera y fallece aquí o que el médico no lo vea claro porque no ha ido antes al médico... De todas esas hacemos autopsias. En este caso, al tener acceso a Medora, tenemos mucha información del paciente. Disponiendo de esos datos, también se reconoce el cadáver para ver que no hay lesiones, por lo que se certifica de manera directa o previa obtención de muestras para el estudio toxicológico, por ejemplo. En ese sentido se han reducido significativamente las autopsias, pero hemos seguido dando respuesta de seguridad científica y jurídica.

-De momento los médicos forenses, al depender de Justicia, no han entrado en el plan de vacunación inicial...

-Nosotros nos dirigimos a Salud Pública de Castilla y León para preguntarles dónde nos incorporaban para la vacunación, considerando que los levantamientos o las autopsias son una situación de riesgo por los aerosoles. La primera línea son médicos, enfermeras, celadores... que trabajan en la UCI, pero nosotros (médicos forenses y auxiliares de autopsias) sí que estaríamos en el nivel 2. Nosotros dejamos que sea el servicio de Salud el que decida todo esto. Hemos remitido la información de los trabajadores que querían ser vacunados y hasta ahora estamos esperando. Ellos tienen muchas cosas que hacer y nos meterán cuando puedan. Conocemos la situación y estoy convencido que nos incorporarán dentro del grupo que corresponda.

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