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Los toros de Victoriano del Río hacen su entrada en el callejón de la Plaza de Pamplona. Foto: Efe | Vídeo: Atlas

Los Victoriano del Río dejan mucha emoción pero un solo trasladado al hospital

La velocidad de los toros madrileños apenas a permitido a los mozos acercarse a las astas

Pablo Ojer

Pamplona

Jueves, 12 de julio 2018, 07:52

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Los toros madrileños de Victoriano del Río acudían con la fama de hacer unos encierros rápidos y limpios como venían demostrando en años precedentes. Y este año han protagonizado un encierro muy rápido, 2 minutos y 20 segundos, y muy limpio, un solo trasladado al Complejo Hospitalario de Navarra.

Sin embargo, lo que se ha visto en las calles de Pamplona ha dado una impresión distinta de lo que han reflejado los datos ya que se han visto numerosas caídas, las astas rozando el cuerpo de los corredores y numerosas situaciones de peligro.

El encierro ha comenzado muy normal, todos los astados, cabestros incluidos, hermanados, a buena velocidad y sin provocar grandes situaciones de peligro. Tan sólo el toro castaño se ha retrasado algún metro pero sin fijarse en los corredores.

La cosa ha cambiado en la curva de la Estafeta. Los toros se han arrimado a la izquierda de la calle y más de un mozo se ha visto en apuros para tratar de no ser alcanzado por las astas. Y enseguida, un toro primero, luego dos y finalmente tres, han metido el como Usain Bolt en sus mejores carreras y han avanzado a toda velocidad desentendiéndose del resto. Han provocado muchas caídas porque los mozos apenas podían seguirles el ritmo. Incluso se han dado numerosos empujones entre los corredores, unos tratando de acercarse a las astas y otros intentando salir de ellas ante la imposibilidad de seguir el ritmo.

Ni tan siquiera los más veteranos han conseguido seguirles en velocidad y más de uno se ha visto en serios apuros. Uno de ellos ha sido el veterano corredor Jokin Zuasti, un habitual del final de la Estafeta y Telefónica desde hace décadas, que ha resultado empujado por un toro y, arrollado por otros corredores. Ha sido el único trasladado al Hospital de Navarra. Se trata de un veterano navarro de 60 años, vecino de la localidad de Zuasti y que presenta un traumatismo craneoencefálico con una herida en la nuca que se ha producido al caer al suelo. No obstante, ha permanecido consciente en todo momento y su pronóstico es leve. También otro mozo ha sido trasladado al ambulatorio del doctor San Martín para realizarle alguna cura pero, a no ser que requiera una atención más especializada, podrá irse a su casa.

Después del accidente del herido, en la Bajada al Callejón se ha vivido el momento más dramático del encierro, cuando dos toros se han arrimado peligrosamente al vallado de la derecha y uno de los toros ha propinado un golpe con el cuerno en la nuca a un mozo que se había quedado bloqueado por otros corredores. Aunque inicialmente parecía que podía tener una herida, el mozo ni tan siquiera ha requerido atención sanitaria.

Los tres toros que corrían con retraso respecto a sus hermanos tampoco han hecho ningún amago de embestida a pesar de que se han encontrado con numerosos mozos caídos por el paso de los tres primeros astados.

Finalmente, una vez en la plaza, los seis toros, en grupos de tres, han recorrido los 50 metros finales sin interesarse por los corredores y han entrado en toriles a los 2 minutos y 20 segundos de haber salido de los corrales de Santo Domingo.

Este sexto encierro, además de caracterizarse por su velocidad, ha sido el segundo más rápido de estos Sanfermines, ha resultado de una limpieza que pocas veces se ve en Pamplona.

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