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Burgaleses en Italia ante la alarma del coronavirus.

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Burgaleses en Italia ante la alarma del coronavirus. BC

Burgaleses ante la alarma por el coronavirus en Italia

Cuatro burgaleses residentes en las zonas amenazadas por el virus relatan a BURGOSconecta en qué situación se encuentra la población

Álvaro Muñoz, Gloria Díez y Ruth Rodero

Valladolid | Burgos

Lunes, 24 de febrero 2020, 19:43

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La alarma por la extensión del coronavirus ha llegado durante el fin de semana hasta Italia y la preocupación se eleva cada vez más a medida que se confirman nuevos casos. Los burgaleses que residen en Italia viven con menos tensión la situación de lo que podría parecer desde la distancia y BURGOSconecta ha contactado con algunos de ellos para saber cómo se encuentran y conocer de primera mano la situación que atraviesan.

«Se está generando mucha alarma en comparación con lo que se vive»

Cada minuto que pasa en Milán, a Raquel Soto, profesora de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Burgos, se le acaban las opciones de hacer turismo. Lleva en Italia desde el sábado y durante este tiempo ha pasado por las diferentes fases que ha vivido el país con la crisis sanitaria del coronavirus. Su trabajo le ha dado un respiro para visitar la ciudad de la moda y confía en que el próximo miércoles pueda regresar a España sin ninguna noticia desagradable.

Aterrizó en Bergamo y allí mismo le fue tomada la temperatura, pero desde ese día hasta este lunes no ha tenido mayores incidentes por el coronavirus, pudiendo visitar los grandes recursos turísticos de Milán. La mayor parte de los museos de la ciudad italiana los disfrutó el pasado domingo, pero hoy estos ya estaban cerrados al público, al igual que colegios y universidades. «Se está generando mucha alarma en comparación con lo que se vive», recalca Soto por vía telefónica.

Precisamente esa declaración fue antes del cierre de bares y restaurantes del centro, que vivió pocos minutos después de atender a BURGOSconecta. «Hay carteles en las farmacias que avisan que se han acabado las mascarillas y los geles desinfectantes. Aun así uno de cada cien lleva mascarilla por la calle», manifiesta la profesora de moda burgalesa, que muestra más inquietud para el día de la vuelta. «Volamos desde Bérgamo, donde ya se han confirmado dos muertes. Tenemos algo de incertidumbre», concluye.

«Las zonas de productos perecederos de los supermercados están vacías»

Rodrigo Movilla estudia estadística y está de Erasmus en Milán. Este joven, natural de Poza de la Sal, está viviendo en primera persona la alerta por el coronavirus. Sin embargo, el burgalés asegura que la vida continúa tranquila y que «el revuelo empezó el sábado por la noche, que es cuando la gente empezó a asustarse». Las mascarillas están agotadas y en los supermercados «las zonas de productos perecederos están vacías», explica Movilla.

A pesar de ello, Rodrigo cree que «la vida sigue siendo normal» en la ciudad, aunque las clases en la universidad están suspendidas esta semana y a algunos compañeros que trabajan «le han dicho que esta semana no vayan a trabajar».

«Están tomando precauciones para que no se expanda el coronavirus, pero no es realmente alarmante. El domingo estuve en el centro de Milán y, si bien es cierto que no había tanta gente como un domingo normal, estaba al 70%. Si me asomo a la ventana cuento 50 personas ahora mismo» continúa Rodrigo en su relato.

Desde las instituciones italianas han ofrecido una serie de recomendaciones a los ciudadanos para evitar la propagación del virus: «Nos han pedido que nos lavemos las manos cuando lleguemos a casa, que intentemos evitar las zonas muy concurridas, aunque no pasa nada por salir de casa, y tampoco nos han dicho en ningún momento que nos pongamos mascarillas, aunque mucha gente en el metro sí las llevan puestas».

A pesar de que tiene compatriotas que han cogido un vuelo para volver a España, Rodrigo asegura que no están asustados: «Influye mucho la familia de cada uno. Mis padres me han dicho que esté tranquilo y no tengo miedo. Pero hay familias en las que el abuelo está todo el rato viendo las noticias, o la madre es un poco hipocondriaca y se asusta y les dice 'vente para aquí, que vais a morir'. Hay mucho miedo que se ha infundido en España, ayer viendo las noticias españolas parecía que estamos en cuarentena todo Milán, cuando en Milán solo ha habido dos casos»

A pesar de la tranquilidad, sí se notan cambios en cuestiones tan cotidianas como ir a urgencias. «Cuando llamas a urgencias vienen ellos a ti para que no vayas y puedas infectar al resto. La ambulancia va a tu casa y los médicos llevan el traje protocolario para el coronavirus. También han habilitado un número de teléfono especial para la gente que cree que pueda estar contagiado», finaliza Rodrigo.

«Estamos zona roja y se han suspendido las clases»

David Pardo es de Burgos, estudia Ingeniería Mecánica y se encuentra en Cosenza con una beca Erasmus. Al inicio de la conversación, la alarma aún no había llegado a esta zona del Sur de Italia en la que los centros de trabajo, los comercios, los colegios y las universidades, permancían abiertos. Sin embargo, al cabo de una hora de contactar con David, el gobierno de Calabria, región a la que se adscribe Cosenza, ha sido decretada «zona roja» y se han suspendido las clases de la universidad, al menos, durante esta semana.

En esta región del país, por el momento, no hay casos de coronavirus y, por este motivo, las medidas aplicadas son de caracter preventivo. «En la biblioteca sí que nos han estado preguntando que de dónde veníamos y los bibliotecarios llevan guantes, pero es que es una universidad muy grande y hay gente de todas partes, pero seguimos haciendo vida normal«. Sí reconoce que las autoridades han difundido teléfonos de contacto para aquellas personas que noten cualquier síntoma. «Es por prevención», insiste David. La última noticia que relata este burgalés es que han cancelado algunos exámenes esta misma semana en algunas facultades de su universidad, la de Calabria. «En el Sur no hay casos todavía pero pueden venir estudiantes de otras zonas como Milán y podría ser un problema», declara.

«Hay que ser muy prudentes pero tener sentido común»

«Sentido común» es a lo que apelan muchos españoles residentes en Italia. Aunque el coronavirus se ha localizado en la zona norte, la preocupación también ha llegado a la capital, Roma donde reside la periodista burgalesa Rocío Lancho. «Por ahora la situación en Roma es tranquila, aunque inevitablemente la gente está un poco asustada«, reconoce. En una ciudad con un volumen de turismo tan alto «hay que ser muy prudentes pero tener sentido común», explica Rocío que ha observado cómo las mascarillas y geles limpiadores ya se están agotando. Según relata, en sentido estricto, «medidas serias todavía no se han tomando». La prevención llega a los centros de salud de Roma y para ello «algunos pediatras están avisando que no hay que llevar a los niños a los centros médicos o ambulatorios a no ser que sea estrictamente necesario». Rocío no se siente especialmente preocupada y comprueba estos días que el ritmo de vida, de por sí frenético en esta ciudad, continúa siéndolo en la capital italiana.

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