Los calcetines con alma de Burgos que han conquistado a un equipo de Primera División

¿Quién iba a imaginar que Burgos y el Athletic Club acabarían unidos por un par de calcetines? Lo que parecía un producto común, casi invisible, se ha convertido en el nexo entre una pequeña empresa de Burgos y uno de los clubes más emblemáticos del fútbol español.

En tan solo dos años, Cagüen Socks, empresa fundada por el burgalés Rafa Rodríguez del Val, ha pasado de producir calcetines con diseños atrevidos en Pradoluengo a vestir los pies de la afición del Athletic Club de Bilbao.

Este burgalés se lanzó a la aventura de emprender con algo aparentemente tan cotidiano como los calcetines, una enfermedad le dejó en stand-by durante un tiempo, momento en el que vío de este producto textil una inversión que podía funcionar. Gran variedad de equipos, festivales, asociaciones, empresas y hasta peñas han contado con los calcetines de Rafa.

Hoy, su empresa, Cagüen Socks, ha dado un salto que no pensaba ni el propio dueño conseguir. Pero, ¿cómo logra una pequeña marca burgalesa entrar en el corazón de uno de los clubes con más historia y tradición de España?

Todo comenzó con una intuición, casi una corazonada. Este empresario se plantó en Bilbao sin saber que estaba en marcha la búsqueda de un nuevo proveedor para el merchandising textil del club. «Coincidió que justo acababan de terminar el contrato anterior de calcetines. Pedí una reunión y, por casualidad, me atendieron ese mismo día», recuerda con emoción.

Sin saber que competía en un concurso frente a otras marcas, Rafa presentó su propuesta con ilusión y entusiasmo. Destacó su producción 100 % nacional, un diseño diferencial y una logística ágil, gracias a que fabrica en Pradoluengo, un pequeño pueblo burgalés considerado la cuna del textil en la provincia de Burgos.

El propietario se muestra sincero y explica que, si bien los materiales como los hilos y el algodón proceden de Italia, todo el proceso de fabricación, etiquetado y montaje se realiza íntegramente en Burgos. «Cagüen Socks apuesta por una producción de proximidad, cuidada y sostenible», subraya Rafa.

¿El secreto? «La ilusión. Cuando tú vas con ganas de hacerlo bien, eso se nota», declara Rafa. Sin embargo, esto no es lo único que destaca el burgalés, a eso se suma la singularidad de su producto: diseños coloridos, con personalidad, alejados del calcetín tradicional, «nos salimos un poco de la norma», explica.

Además, Cagüen Socks según el empresario fue la única de las propuestas que se presentaron que fabrica íntegramente en España. Un punto fuerte que pesó en la decisión del Athletic Club.

Tras llegar a un acuerdo, el Athletic Club de Bilbao y la empresa burgalesa firmarón el contrato, con una duración inicial de tres años. Durante ese tiempo, Cagüen Socks prevé producir hasta 20.000 pares anuales, una cifra ambiciosa, pero alcanzable si se mantiene el tirón entre la afición.

Los diseños que actualmente forman parte del catálogo del club vasco no serán los únicos durante las tres próximas temporadas. La colección se irá renovando cada año con nuevos modelos, e incluso con ediciones especiales si el equipo alcanza finales o logra hitos deportivos. La clasificación para la Champions League es uno de los escenarios que ya se contemplan para inspirar un diseño exclusivo.

Los «calcetines imperdibles», como los han bautizado, quieren llegar a todo el mundo. Desde niños hasta adultos que buscan un estilo más sobrio. Hay modelos más atrevidos, otros más neutros y algunos pensados para combinar con cualquier atuendo sin renunciar al espíritu rojiblanco.

Y aunque representen los colores del Athletic, Rafa tiene un mensaje para su tierra, «no está reñido ser del Burgos y tener simpatía por otro equipo. Al final, te puede cuadrar llevar unos calcetines que te gusten, independientemente del escudo».

Más allá de vender calcetines, Rafa busca transmitir una filosofía basada en la alegría, el color y la autenticidad. En definitiva, se trata de vivir la vida con los pies en la tierra, pero sin perder la chispa. De ahí su lema: «Vive la vida a lo Cagüen Socks».

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