Fermín González recibe este lunes el premio Alter Christus por su servicio a los pobres
Es, a sus 68 años, voluntario de la cárcel tras ser su capellán; consiliario de la Pastoral Gitana de Burgos, un cura de las periferias con olor a oveja, como le gusta decir al Papa Francisco. Durante 40 años ha recuperado parte del patrimonio de la Iglesia con la recuperación de tejados de los templos
A Fermín González no le van mucho los reconocimientos públicos. Es un hombre humilde y generoso que prefiere más tomar un Ribera o un Arlanza con sus amigos y pasar un rato con los presos de la cárcel y con los gitanos, que vestir de gala para recibir un premio. Pero no minusvalora que una organización como Alter Christus reconozca su entrega y su trabajo por hacer una sociedad mejor, en definitiva, seguir los pasos de Jesús de Nazaret.
Este lunes va a recibir el galardón Alter Christus de Pastoral Social por su vida entregada a los empobrecidos y a la Iglesia, por «su dedicación a la restauración y rehabilitación de templos y su trabajo pastoral en la cárcel de Burgos». Destacan sus cuarenta años de servicio como «cura rural», durante los que ha «retechado» mas de 600 iglesias en la provincia, construyendo cerca de 1.700 estructuras de tejados, como indica 'archiburgos.org'.
Extrarodinario dibujante y artista, todas su creaciones son hechas a mano; poniendo a disposición de los demás su fuerza del trabajo, su conocimiento e intuición y sobre todo, siempre, con una enorme dosis de servicio. Sin preguntar, sin juzgar y poniendo todo, hasta dinero, para que los pueblos y su gente puedan mantener su tradición y su fe. Y con una fe ciega en Jesús, su proyecto el trabajo en equipo.
Fermín González acude a Madrid a recibir el premio con su indumentaria de trabajo (con gitanos y presos ahora, a pesar de estar jubilado), con tres o cuatro botones de su camisa abiertos; las mangas enrolladas más arriba de los codos y con un evangelio en el corazón que es donde los curas de la calle, los de las periferias con olor a oveja, llevan a Jesús.
Fermín González nació el 9 de julio de 1955 (68 años) en Espinosa de los Monteros; su trayectoria pastoral ha pasado fundamentalmente por la comarca del Arlanza, en su arciprestazgo, donde ha vivido con la gente del medio rural toda su vida. Desde hace 40 años trabaja en la Pastoral Gitana, de la que es consiliario.
Durante su vida pastoral en los pueblos del Arlanza impulsó la recuperación de las cubiertas de las iglesias de la zona que luego se extendió por toda la provincia. También impulsó en los años 90 la creación de una comunidad terapéutica con personas afectadas por las drogas en Opio, en el Valle de Mena; fue fundador del colectivo El Trigarral y de la revista del mismo nombre. Es cofundador, con laicos y sacerdotes, del Foro Iglesia Viva.
En la última etapa antes de la jubilación -de los pocos curas que se jubilan a la edad reglamentaria-, fue consiliario de la Pastoral Penitenciaria y capellán del cárcel de Burgos, donde sigue ejerciendo como voluntario y como persona de acogida. En los últimos meses ha establecido su residencia en uno de los pueblos de los que fue párroco, en Puentedura.
Archiburgos.org informa de que «junto a González, el Regnum Christi también reconoce el trabajo de otros sacerdotes: Jacinto González , por su atención al clero y a la vida consagrada; Javier García, en la categoría de Nueva Evangelización; y los tres sacerdotes que atienden la localidad de Moncada, Javier Grande, Lucas Blanes y Juan Huguet, por su trayectoria y actual dedicación a la pastoral familiar. Este año, además, se concede un galardón especial al cardenal Carlos Osoro , por su amplia trayectoria pastoral».
