El hombre que se quemó a lo bonzo en Burgos acaba en un albergue tras salir del hospital
Investigado por un delito de violencia de género, Tiwari N., tras siete meses en la Unidad de Quemados, entró el sábado en el albergue municipal de Valladolid pero tuvo que volver a ser hospitalizado
El hombre que se quemó a lo bonzo en pleno centro de Burgos, ante decenas de testigos, ha terminado en un albergue de Valladolid tras salir del hospital y pasar una gélida noche en la calle. A continuación, ha tenido que ser ingresado de nuevo.
Más de medio año en la Unidad de Quemados del Hospital Río Hortega de Valladolid. Es el tiempo que ha permanecido ingresado Tiwari N., un hombre de origen nepalí de unos 40 años, después de que el pasado 6 de mayo se quemara a lo bonzo delante de su expareja en la avenida del Cid de Burgos. A pesar de la rápida actuación de los allí presentes, así como de los sanitarios, el hombre se quemó el 80% de su cuerpo en una escena de extrema dureza.
Tras ser tratado de urgencia en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU), el nepalí fue derivado al Río Hortega para empezar una larga recuperación que le dejó durante varias semanas con un pronóstico reservado. Pocos días después de ocurrir el suceso, fuentes cercanas al caso advertían de que el nepalí saldría adelante, pero que la recuperación llevaría meses.
Y así ha sido. Aunque no se ha tratado de un periplo sencillo para Tawari, pues en este tiempo de recuperación ha tenido varios episodios autolíticos «con intención finalista», según informa El Norte de Castilla.
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Aun así, el hombre nepalí recibió el alta hospitalaria la semana pasada para enfrentarse en Valladolid a un mar de interrogantes y sin un destino claro al que acudir, si bien apuntó en el complejo hospitalario que tenía intenciones de volver a Burgos, donde se encuentra su expareja.
Pero todo cambió ostensiblemente en la mañana de este sábado, cuando agentes de la Policía Nacional de Valladolid le encontraron en las primeras horas del día en plena calle y tras pasar una gélida noche a la intemperie. Eso propició que esa patrulla que se topó con él activara el protocolo de las personas sin hogar que se enfrentan a las heladas cuando la noche cae. Se le trasladó al albergue municipal, pero su estancia duró escasos minutos.
Allí, sin conocer su pasado, se le inició una entrevista que no pudo concluir, pues Tiwari empezó a encontrarse mal (mareos) y fue derivado a un complejo hospitalario de la ciudad, donde se presupone que aún permanece. Tiempo suficiente en el que el personal del albergue se percató de que no estaba cumpliendo con la medicación prescrita por los sanitarios.
Porque hasta las dependencias municipales no llegó al completo la historia de Tiwari, en el radar de la Policía Nacional de Burgos después de que se quemara a lo bonzo con la intención, según apunta la investigación, de hacer daño a su expareja. De hecho, el investigado por un delito de violencia de género, antes de los hechos, se trasladó desde Francia hasta la capital burgalesa para acabar en las inmediaciones de la vivienda de la mujer, a la altura del número 84 de la avenida del Cid, y de esta forma prenderse fuego delante de ella.
Una vez allí, ambos, al parecer, discutieron y, en un momento dado, el hombre se roció con un líquido inflamable y se prendió fuego en plena calle, a la vista de numerosos transeúntes, para abrazarse a la mujer. Varios de ellos se afanaron en sofocar las llamas con su propia ropa. Sin embargo, fue la rápida actuación del trabajador de un establecimiento cercano el que consiguió apagar el fuego con la ayuda de un extintor de otro local anexo.
Después de los hechos de este fin de semana, las alarmas están encendidas por si Tiwari decidiera volver a Burgos. Cuando sí tendrá que trasladarse hasta la capital será el próximo 25 de abril para declarar en un juzgado por un presunto delito de violencia de género. Todo ello en calidad de investigado no detenido.
