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Los informes técnicos han tumbado la lucha de la plataforma 'Burgos sin incineradora'. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha aprobado la modificación sustancial para que el centro de tratamiento de residuos de Cortes se remodele e incluya una incineradora.
Así lo señalaba el anuncio publicado en el BOCyL del jueves 24 de abril, donde se detallaba la concesión «para las plantas de pretratamiento y clasificación, de compostaje y biometanización del Ecoparque de Cortes», que se encargará del tratamiento e incineración de «residuos domésticos» de la ciudad de Burgos.
Antes de que esta autorización ambiental fuera concedida a la planta propiedad del Ayuntamiento de Burgos pero gestionada por Somacyl, los vecinos del barrio de Cortes ya iniciaron una campaña de recogida de firmas en contra de su instalación. Al respecto, el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, respondía entonces que el Ecoparque sólo quemaría restos orgánicos.
Ahora, la Junta de Castilla y León continúa la senda iniciada por el Consistorio de Burgos el 20 de octubre de 2022. Por tanto, era en la anterior legislatura cuando comenzaban los trámites para remodelar el centro de tratamiento de residuos de Cortes y añadir la incineradora.
El Ecoparque de Cortes constaría, según el anuncio del BOCyL, de 61.552 metros cuadrados dedicados al centro de tratamiento de residuos urbanos, que estarían acompañados de otros 6.140 de zonas comunes. De las nuevas instalaciones a construir, como el horno oxidador térmico, este contaría con una chimenea de 18 metros por 0,78 metros de diámetro que trabajaría 8.700 horas al año (362,5 días).
18 metros
Medirá la chimenea de la incineradora
124.909 toneladas al año
Residuos que acogerá el Ecoparque de Cortes
Asimismo, el Ecoparque de Cortes acogería cada año 124.909 toneladas de residuos. Entre estos habría: envases mezclados, rechazos de las líneas de tratamiento de envases, materia orgánica, residuos biodegradables de cocinas y restaurantes, plásticos, mezclas de residuos municipales, de mercados y de limpieza viaria.
Por otro lado, se estima que el centro de tratamiento de residuos de Burgos consumiría 2.195 megavatios por hora al año, que serían producidos por autoconsumo. Asimismo, se prevé un gasto de 161.108 litros de gasóleo al año y de 11.765 metros cúbicos de agua al año.
Ante la negativa de los vecinos de Cortes y los ayuntamientos de Cardeñajimeno y Cardeñadijo a la instalación de la incineradora, sumados a algunos de Burgos, se presentaron en total 485 alegaciones contra la remodelación del Ecoparque. Al respecto se han emitido informes por parte del Ayuntamiento de Burgos, del Servicio de Evaluación Ambiental, del Servicio de Residuos y Suelos Contaminados y del Servicio de Prevención Ambiental y Cambio Climático.
Por ejemplo, en cuanto a la alegación de que se había «ocultado maliciosamente el objeto de la modificación sustancial», se responde con los plazos de publicación en el BOCyL. Lo mismo ocurre con la alegación sobre el «incumplimiento de la jerarquía legal de residuos» y el «fraudulento examen de alternativas», refiriéndose a las normativas vigentes.
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Otro de los miedos que presentaban los vecinos respecto a la instalación de la incineradora en Cortes era el peligro en las aguas subterráneas y residuales. Ante ello, se alega que «la actividad proyectada se llevará a cabo en el interior de una instalación existente y [...] no producirá afección al subsuelo ni a las aguas subterráneas».
En cuanto a la cercanía a los núcleos de población, la Junta de Castilla y León zanja este aspecto con que el Ecoparque no necesita «la ocupación de nuevos terrenos, sino que se efectuará una renovación de las instalaciones existentes».
Desde que se ha publicado la aprobación de la modificación sustancial de la instalación de tratamiento de residuos domésticos de Cortes, el Ayuntamiento de Burgos dispone de cinco años para remodelar la planta e incluir la incineradora.
Sin embargo, desde el Consistorio burgalés sostienen que se abrirá próximamente el plazo para licitar el proyecto y después se adjudicará a una de las empresas ofertantes. Se prevé que las obras comiencen acto seguido, «a final de verano» de este 2025.
Llegados a este punto, la vía administrativa en cuanto a la instalación de la incineradora de Burgos se termina con este documento. Ahora, la única opción para impedir su construcción es «interponer recurso potestativo de reposición según lo dispuesto en el artículo 123 de la Ley 39/2015», según el BOCyL. Aunque también queda la denuncia admitida al respecto por el Procurador del Común.
De acuerdo con el anuncio del Boletín de Castilla y León, las fuentes o focos principales de emisiones a la atmósfera y ruido desde el Ecoparque de Cortes vendrán de tres fuentes: el horno oxidador térmico, el secadero y ciclón del proceso de afino de compost.
Tanto el secadero como el ciclón emiten partículas. Por su parte, el horno puede emitir: «partículas, compuestos orgánicos volátiles, cloruro de hidrógeno, fluoruro de hidrógeno, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, metales, dioxinas, furanos y policlorobifenilos». Sin embargo, tal y como se estipula en el BOCyL, estas partículas se observarán mediante un captador de aire y el control externo.
Por otra parte, y una de las cuestiones principales de preocupación de los vecinos de Cortes, los pueblos cercanos y habitantes de Burgos, era los perjuicios a la salud que la instalación de una incineradora podría producir. Al respecto, el Servicio Territorial de Sanidad de Burgos ha emitido un informe en el que señala que, teniendo en cuenta las emisiones, los valores límites y las prescripciones, «no se prevén impactos sobre la salud de las personas».
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