El stock de vivienda disponible en Burgos se desploma un 63% desde máximos históricos
El limitado ritmo de construcción de vivienda nueva, las ventajosas condiciones de acceso al crédito y el aumento de la población derivan en un escenario complejo, con mucha menos oferta y precios más altos
El escenario que se viene cocinando en el mercado inmobiliario español en los últimos años es, cuanto menos, complejo. Y es que, el actual ritmo de construcción de nueva vivienda no da, ni mucho menos, para cubrir las necesidades a medio y largo plazo de una población en crecimiento y con facilidades de acceso al crédito como la española hoy en día.
Así lo vienen advirtiendo desde hace tiempo muchos expertos del sector y así lo llevan viviendo en sus propias carnes miles de personas que están a la búsqueda de un nuevo hogar. Una búsqueda que hoy es más difícil que hace unos años. Mucho más difícil.
La situación es generalizada en el conjunto del territorio nacional y Burgos no escapa de ella. De hecho, la provincia, y más en concreto la capital, se enfrenta hoy en día a una oferta de vivienda disponible muy limitada.
De acuerdo a los datos aportados por el portal inmobiliario Idealista en su último informe, el stock de vivienda disponible en la provincia ha caído un 48% desde que alcanzó máximos en diciembre de 2019. Esto es, hace cinco años había el doble de pisos a la venta en la provincia que hoy en día.
El caso de la capital es aún más complejo. No en vano, el desplome del stock de vivienda a orillas del Arlanzón ha caído un 63% desde máximos históricos, alcanzados en este caso en diciembre de 2017. Desde entonces han desaparecido del mercado seis de cada diez viviendas a la venta.
Una simple búsqueda en Idealista permite comprobar estos extremos. Ahora mismo, el portal inmobiliario cuenta con poco más de 850 viviendas a la venta en Burgos capital. Hace no mucho, esa cifra, que siempre hay que analizar con cierta distancia, se acercaba a los dos millares.
Pero, ¿cuál es el origen de esta situación? Meses atrás, el presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Burgos, Óscar Ortega Delgado, la resumía en BURGOSconecta: «ahora mismo hay mucha más demanda que oferta» debido a varios factores.
Del lado de la demanda, la buena situación económica de las familias, con ahorros en máximos históricos, sumada a las favorables condiciones de acceso al crédito y a la demanda retenida durante años de crisis, invitan a lanzarse a la compra de vivienda. Las estadísticas de compraventa así lo reflejan.
Por el lado de la oferta, sin embargo, todavía se están viviendo los efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria, que paralizó durante mucho tiempo la construcción de nueva vivienda. Así, y a pesar de que el ritmo de promoción se ha recuperado en parte en los últimos ejercicios, aún no ha alcanzado el nivel suficiente como para cubrir ese impás vivido en el sector durante más de una década.
A todo ello se le añaden otros factores, como el paulatino incremento de la población, impulsado por la llegada de inmigrantes necesitados de vivienda, la existencia reconocida de una buena bolsa de vivienda vacía, pero no a la venta, y la entrada en el mercado de un nuevo actor como son los fondos buitre, sobre todo en las grandes capitales.
Resultado: vivienda cada vez más cara
Todos estos factores han ido cocinándose a fuego lento durante varios años y el resultado se está manifestando ahora mismo, con un stock por los suelos. Una situación que, a su vez, está provocando dos consecuencias. Por un lado, los 'pisos buenos' vuelan; por el otro, el mercado en general está aumentando precios de manera imparable.
Eso sí, la situación de Burgos no es exclusiva. Ni siquiera es de las capitales más afectadas por el problema de la vivienda. Ahí andan Valencia, donde el stock de vivienda disponible se ha desplomado un 78% desde máximos históricos, La Coruña (-77%) o Segovia (-77%). En el lado contrario se encuentran ciudades como Jaén (-29%), Cáceres (33%) o Granada (-41%). Eso sí, en ningún caso se han visto incrementos en los últimos años.