«Uno de los valores que tiene la entidad es la acogida»

-¿Cuáles son los objetivos con los que trabaja la Fundación Rondilla?

-Fundamentalmente, realizar acciones que prevengan la exclusión social. Trabajamos con todo tipo de colectivos, personas inmigrantes, mujeres, infancia en riesgo de exclusión, personas privadas de libertad, desempleados y personas adultas que no tienen cualificación.

-¿En qué programas se trabaja?

-Tenemos cuatro programas. Uno de ellos es el de aprendizaje a lo largo de la vida, que fue el inicio de la entidad y que es un programa de educación de personas adultas porque en el barrio había mucha gente con analfabetismo y con necesidad de tener una titulación mínima, que en su día era el Graduado Escolar. Tenemos también el programa de intervención socioeducativa con menores y actividades con jóvenes, el programa de integración de personas inmigrantes, con asesoría social y jurídica, e inserción laboral, en el que somos parte del programa 'Incorpor', trabajamos con personas privadas de libertad con el programa 'Reincorpora' y tenemos itinerarios de inserción sociolaboral para personas que cobran la Renta Garantizada de Ciudadanía. En 2017, se lograron 208 inserciones.

-¿Qué se busca con estas actividades?

-En el programa de aprendizaje a lo largo de la vida hacemos actividades formativas para adquirir competencias básicas y para continuar la formación y que las personas puedan participar plenamente en la actividad social y cultural de la ciudad. Tenemos cursos de alfabetización, de formación básica, inglés e informática. También hacemos talleres de arte, de historia, tertulia literaria, talleres de memoria para las personas más mayores, actividades socioculturales y actividades fuera del aula. Queremos que adquieran más cultura, más formación y que puedan participar plenamente en todo. En el programa de intervención socioeducativa con menores hay diferentes actividades para prevenir el fracaso escolar y mejorar su proceso de socialización. Son menores que se encuentran en situación de desventaja social y educativa por distintos factores, económicos, culturales o étnicos. En las actividades juveniles tenemos un programa de educación de calle con el que intentamos prevenir conductas de riesgo en los chavales y dotarles de herramientas y de posibilidades de que ellos mismos propongan y realicen actividades, se acerquen a la entidad y seamos un lugar de encuentro para ellos.

-¿Qué supone para los usuarios contar con estos servicios y actividades?

-Saber que tienen una entidad cercana donde se les acoge. Uno de los valores que tiene la entidad es la acogida. También la cercanía, la escucha y, sobre todo, el intentar dar respuesta a las necesidades que vamos observando y que ellos nos van planteando. La Fundación ha ido ampliando su actividad en función de las necesidades que se han ido detectando. Es una entidad en movimiento para dar respuesta a las necesidades sociales, educativas, de inserción laboral y de mejora de la empleabilidad. En ella los usuarios tienen un sitio cercano, donde hay técnicos y profesionales que muestran empatía, que les escuchan y que intentan dar respuestas, sino es desde nuestra entidad, desde otras, pero les acompañamos y les atendemos igual.

-¿Qué demandaría a las administraciones?

-Estabilidad económica. Es un poco difícil trabajar cuando no sabes si los proyectos que estás realizando les vas a poder continuar o no. También reconocimiento y apoyo a la labor que estamos haciendo.