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Reabren las exposiciones en el Arco de Santa María con estrictas medidas de seguridad
Se trata de la primera muestra en abrir sus puertas desde que se decretase el estado de alarma en Burgos
La primera sala de exposiciones en reanudar su actividad en la capital ha sido la del Arco de Santa María que, con estrictas medidas higiénico-sanitarias, ha abierto sus puertas al público este miércoles. Con un aforo máximo de 15 personas y la obligatoriedad de mantener la distancia de seguridad y de utilizar mascarilla, los amantes del arte y de la cultura pueden disfrutar de esta muestra pictórica que permanecerá expuesta hasta el próximo 21 de junio.
Quienes se acerquen a visitar la obra del famoso artista Enrique Seco San Esteban, comprobarán que hay numerosos detalles en la sala que marcan la diferencia respecto a la «antigua normalidad». Un gran número de carteles advierten que la mascarilla es obligatoria y que es necesario dejar dos metros de separación respecto al resto de personas que coincidan en este espacio. En la puerta hay un dispensador de gel hidroalcohólico y no está permitido subir por la escalera si hay alguien más bajando por ella. Todo es poco para garantizar la seguridad en esta vuelta a la rutina en la que museos y salas de exposiciones deben adaptarse también a la nueva normativa sanitaria.
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La obra del conocido pintor Seco San Esteban, que se muestra en este espacio expositivo, se compone de una serie de lienzos cuyo hilo conductor es «el idilio con el bucólico y las églogas de Garcilaso». Una descripción que da nombre a esta colección que se puede visitar de martes a sábado de 11 a 14 horas por la mañana y de 17 a 21 horas durante la tarde, y de 11 a 14 también los domingos.
Acerca de la obra
La muestra de Seco San Esteban es la encargada de inaugurar la nueva normalidad en el Arco de Santa María, tras más de dos meses en los que todas las salas de exposiciones han estado cerradas al público. Este pintor zamorano, que fue Premio Castilla y León de las Artes en 2010, ofrece a los burgaleses la oportunidad de contemplar su colorida pintura de lo cotidiano y lo real con cerca de cien cuadros que componen, sobre todo, bodegones.