El aliento de la afición tampoco sirve para frenar la caída del Villa de Aranda
Los hombres de Alberto Suárez fueron inferiores al Puerto Sagunto, rival directo por la permanencia
Andrés Martín (ADG)
Aranda
Miércoles, 17 de marzo 2021, 22:38
El Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda dejó escapar una de sus últimas oportunidades para mantener viva la esperanza de lograr la salvación. Pese al aliento de un público que volvió a disfrutar del balonmano muchos meses después, los hombres de Alberto Suárez fueron inferiores a un Fertiberia Puerto Sagunto que, aun siendo un rival directísimo por la permanencia, demostró estar un peldaño por encima de la entidad arandina.
Villa de Aranda
Luis de Vega, Julen Elustondo (1), Nico López (3, 1p), Enrique Calvo, Víctor Megías (3), Miguel Llorens, Matheus de Novais (5, 2p) -siete inicial-, Ricardo Castro (p.s.), Julián Souto (1), Guilherme Da Silva, Brian Negrete (4), Sukic, Juan de Dios Linares (2), Javi García (3), Cunha y Samuel del Pozo.
22
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27
Puerto Sagunto
Pau Guitart (1), Ignacio Mirallave (3), Leo Querin (1), Gonzalo Carou (1), Antonio Alegre (3), Pozzer (2), Chen Pomeranz (2) -siete inicial-. Roney Franzini (p.s.) Miguel Miralles, Alejandro Gil, Óscar Bergantiño, Guillermo Corzo (2, 1p), Lucas Aizén (5), Diógenes Cruz (2), Óscar García y Kozina (5).
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PArciales: 0-1, 2-4, 5-5, 6-8, 9-11, 10-12 (descanso) 13-14, 14-16, 15-18, 17-21, 19-25 y 22-27 (final).
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Árbitros: Yagüe Moros y Peñaranda Ortega (Comité aragonés). Descalificó en el Villa de Arand a Matheus de Novais (min. 51). Excluyeron dos minutos a los jugadores locales Enrique Calvo, Julián Souto, Víctor Megías y Miguel Llorens y a los visitantes Chen Pomeranz, Pozzer, Diógenes Cruz, Lucas Aizén, Gonzalo Carou y Leo Querín. Amonestaron a los locales Julen Elustondo y Guilherme Leonel y al visitante Gonzalo Carou.
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Incidencias: Polideportivo Príncipe de Asturias. 500 espectadores.
El inicio del encuentro fue una lucha constante por imponerse sobre el ritmo de juego. Del lado visitante, los años, kilos y centímetros, propusieron una velocidad pausada, al límite del pasivo, frente a un siete local dispuesto a descoser el encuentro al contragolpe. Sin embargo, el arranque, lleno de dudas e imprecisiones, por parte del Villa de Aranda, permitió las primeras ventajas para el cuadro saguntino (1-4, min. 8)
Se recompuso la escuadra dirigida por Alberto Suárez endosando un parcial 4-0 apoyada en una defensa 6:0 muy intensa que permitió a Matheus de Novais y Víctor Megías soltar el látigo sobre la meta rival. Vicent Nogués mandó parar el cronómetro con el objetivo de reordenar las ideas de sus jugadores y volver al esquema inicial que tan buenos resultados posibilitó. La pausa sentó especialmente bien a la primera línea rojiblanca, con Kozina y Pomeranz desatados ante la fragilidad en la portería local (7-10, min. 22)
La primera media hora de juego fue una montaña rusa constante para dos equipos en los que la ansiedad multiplicaba el nivel de sus enemigos deportivos. Sin embargo, la sensación para el Villa de Aranda siempre fue ir a remolque, unido a los problemas en dos lanzamientos de penalti que habrían significado firmar las tablas al paso por vestuarios.
En la reanudación, Alberto Suárez siguió con su propuesta de caos frente a la veteranía de un Puerto Sagunto que manejó el duelo con puño de hierro pese a verse empatado en el luminoso gracias a un gol de Julen Elustondo (14-14, min. 35).
Dos buenas paradas consecutivas de Pau Guitart volvieron a lanzar a un equipo que siempre buscó su conexión con el pivote superando la oposición de Matheus de Novais como adelantado en la defensa 5:1 del bando anfitrión. Fue el primer amago de romper el choque para una plantilla que demostró que la experiencia es un grado. Un gol de Mirallave a falta de quince minutos guió a la máxima diferencia (15-19) favorable a una formación que no perdonó los constantes errores en la circulación del Villa de Aranda.
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Y como a perro flaco todo son pulgas, la pareja arbitral anticipó la sentencia local con la descalificación de su máximo goleador por lanzar un siete metros directamente al rostro de Pau Guitart. Desde el vestuario, Matheus de Novais sintió la agonía de un equipo que se desangró frente al buen hacer del Puerto Sagunto. La escuadra rojiblanca, liderada desde la portería, dio una lección de eficacia y control del juego para dejar muy tocados a los jugadores dirigidos por Alberto Suárez.