Dalmau mete al Villa de Aranda en la final por el ascenso a Asobal

El Tubos Aranda Villa de Aranda no podía ser menos que su vecino. Era casi obligatorio celebrar por todo lo alto la gran fiesta del balonmano burgalés con un derbi provincial en la gran final por el ascenso a la Asobal. Para ello fue necesario dominar la ansiedad y hacer hincar la rodilla a un ID Energy Caserío de Ciudad Real que en todo momento quiso hacer pesar su cartel de presunto favorito pese a jugar lejos de La Mancha.

No fue fácil para la escuadra arandina, era imposible que lo fuese. De hecho, hubo que acudir a la última página del libro para contemplar un golazo de Dalmau y una acción defensiva en la que 2.000 gargantas espolearon a siete héroes dispuestos a proteger el fortín del asedio del cuadro ciudadrealeño.

El Villa de Aranda quiso saltar al parqué elevando sus pulsaciones en un inicio marcado por los nervios y por el buen arranque en defensa de los hombres dirigidos por Santi Urdiales. Un arranque que arregló Enebral con un latigazo desde los nueve metros para devolver a la pelea a su equipo (3-2, min. 10).

En todo caso, las dudas siguieron revoloteando con estruendo sobre el banquillo del conjunto amarillo pese a la excelente actuación de Guitart. El guardameta de Sarrià de Ter volvió a demostrar que, cuando está inspirado, es uno de los jugadores más decisivos de la categoría. Tampoco Giovagnola se quedó a la zaga amargando la noche a los extremos de un Tubos Aranda demasiado precipitado en todas sus acciones. Y es que en ningún momento encontró acierto ni lanzamientos cómodos el ataque dispuesto por Javi Márquez hasta que entró en cancha la segunda unidad de El Caserío. Fue ese el punto de inflexión sobre el que se cimentó un parcial de 0-4 en el que tuvo especial protagonismo Rogonovs (6-8, min. 23).

A partir de ahí la escuadra arandina tomó un leve colchón con el que alcanzó el descanso y enfiló las primeras acciones de una segunda parte que se antojó llena de suspense y turbulencias. Más aún cuando Enebral se retiró ayudado por sus compañeros tras lesionarse en una acción defensiva que impidió el empate del cuadro manchego.

Fue Santano desde la esquina quien devolvió las tablas al tanteador en una acción que sonó a cristales rotos para el equipo de Márquez, un ciudadrealeño con alma arandina. No era para menos después de amasar el Villa de Aranda una ventaja que se fue diluyendo como arena entre los dedos. Con todo por decidir se llegó a los últimos diez minutos con Palacios dispuesto a guiar a sus compañeros a la final. Ni siquiera la actuación de Guitart sirvió para frenar al especialista ofensivo cubano (18-18, min. 52).

Compases decisivos que se dibujaron con el mismo pincel que el resto del encuentro en cuanto al dominio de las defensas sobre los ataques. Dos goles para cada lado y una última ocasión en la que Dalmau demostró puntería y valentía a partes iguales con un tiro a la escuadra que puede valer un ascenso y, por lo pronto, sirve para presenciar un derbi burgalés con destellos de oro en el horizonte.

La amplia presencia de aficionados arandinos explotaron de alegría tras el pitido final y celebraron junto a los suyos el pase a la final para pelear por una plaza en Asobal.

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