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Benzema y Hazard celebran el gol que le dio la victoria al Real Madrid. EP
Hazard y Benzema afinan el violín
Amistoso

Hazard y Benzema afinan el violín

La sociedad entre el belga y el francés desarbola al Salzburgo e ilumina a un Madrid algo más entonado que experimentó con tres centrales

Óscar Bellot

Madrid

Miércoles, 7 de agosto 2019, 21:00

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Con semejantes virtuosos, era cuestión de tiempo que el Real Madrid comenzase a afinar su melodía. Eden Hazard y Karim Benzema desenfundaron el violín y compusieron una sinfonía convincente ante el Red Bull Salzburgo para aliviar a un madridismo inquieto con la pobre pretemporada de los blancos.

Selló el cuadro de Zinedine Zidane su segunda victoria tras las vacaciones aferrado a la magia del belga y el francés, goleador el primero y asistente el segundo en lo que supuso el retorno del conjunto de Concha Espina a tierras austríacas once años después para validar el ensayo del marsellés, que recuperó la defensa de tres centrales con la que experimentó en cierto tramo de la campaña 2016-2017 y contuvo la sangría de un equipo que venía de encajar 16 goles en sus cinco duelos anteriores, aunque con mucho sufrimiento en la segunda parte, cuando el orden dio paso a un correcalles, ya sin el factor corrector de Casemiro en lo que no fue sino otra muestra de lo imprescindible que es el brasileño.

Con el comienzo de la Liga a diez días vista y tajantes decisiones en una lista que Zidane aprovechó para enseñar por enésima vez la puerta de salida a Bale, James y Mariano, el técnico empleó el penúltimo test de pretemporada para variar el esquema, plantando de partida un 3-5-2 a fin de fortalecer el centro del campo en fase ofensiva, cauterizar la herida en defensa y despojar a Hazard de labores subalternas para liberar su talento.

Red Bull Salzburgo

Stankovic (Köhn, min. 46), Kristensen (Farkas, min. 59), Ramalho (Vallci, min. 46; Van der Weerf, min. 75), Onguene (Mensah, min. 46), Ulmer (Okugawa, min. 46), Minamino (Mwepu, min. 46), Bernede (Junuzovic, min. 46), Samassekou (Ashimeru, min. 46), Szoboszlai (Diarra, min. 46; Camara, min. 76), Koita (Hwang Hee-Chan, min. 46) y Haaland (Daka, min. 46).

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Real Madrid

Courtois, Varane, Sergio Ramos, Militao (Nacho, min. 46), Carvajal (Odriozola, min. 76), Kroos, Isco (Lucas Vázquez, min, 76), Casemiro (Valverde, min. 46), Marcelo, Hazard (Jovic, min. 62) y Benzema (Vinicius, min. 76).

  • Gol: 0-1: min. 19, Hazard.

  • Árbitro: Robert Schörgenhofer (Austria). Amonestó a Varane, Carvajal, Farkas, Valverde y Nacho.

  • Incidencias: Partido amistoso disputado en el Red Bull Arena.

La mutación del sistema facultó los primeros minutos de Militao, último de los fichajes en debutar tras proclamarse campeón de la Copa América con Brasil, que se ubicó a la izquierda de la retaguardia, con Varane a la derecha y Sergio Ramos como eje. Al ex del Oporto se le vieron ganas pero precisa de mayor compenetración con sus compañeros.

De más a menos

Aguardando aún un viraje de última hora que le permita situar a Paul Pogba como piedra angular del proyecto, Zidane, que dejó a Modric en Madrid por una sobrecarga muscular y mandó a Rodrygo y Kubo a jugar con el Castilla de Raúl, disputa su particular partida de ajedrez con las piezas que tiene en busca de la consistencia, dinamismo y ambición perdidas. Con el Celta, primer rival de una temporada en la que el marsellés arriesga el crédito amasado con el trienio de 'orejonas' consecutivas, en el horizonte más inmediato, el amistoso ante el Red Bull Salzburgo apuntó a ensayo general con el once de gala a excepción de la entrada de Isco por Modric. Traje de etiqueta que incluye a Courtois, recuperado de su lesión de tobillo, en detrimento de Keylor Navas.

Ante un Red Bull Salzburgo más rodado, con dos victorias en otros tantos partidos de la Bundesliga austríaca, el Madrid se vio exigido de inicio por la pujante presión del equipo centroeuropeo. Una pérdida de Casemiro habilitó la primera aproximación venenosa del conjunto de la bebida energética. Le salió desviado el golpeo a Minamino, pero sirvió de aviso. Replicó el Madrid con una exquisitez de Marcelo que permitió a Hazard ponerle una bola de gol a Benzema, pero Stankovic abortó el tanto del francés.

Atemperada la nervuda puesta en escena del Salzburgo, el Madrid se adueñó balón y amenazó a partir de la sociedad tejida por Hazard y Benzema. De una jugada trenzada entre el francés y el belga nacería el estreno goleador del llamado a ser bandera del nuevo proyecto de Zidane. Sirvió el '9' y ajustició el '50' tras perfilarse con esa diestra que tantos estragos ha hecho en la Premier.

Hazard dispara con la diestra para batir a Stankovic.
Hazard dispara con la diestra para batir a Stankovic. Leonhard Foeger (Reuters)

Inapelable el latigazo de un futbolista genial que se quitó de un plumazo el precoz manto de dudas que arrojaron sus primeros pasos como madridista y que tuvo el segundo, de nuevo a pase de Benzema, aunque Stankovic le ganó el mano a mano tras un fantástico quiebro del 'Duque'.

Comenzaba mandando por primera vez el Madrid desde que volvió de vacaciones, aunque pudo durarle poco la alegría de no marrar Minamino una gran triangulación que dejó al japonés sólo ante Courtois. Pese a que el mayor número de efectivos dotó de más empaque a la medular, subsistían las grietas defensivas, con errores en la salida que comprometían la ventaja visitante. La presencia de Casemiro liberaba a Kroos e Isco, más participativos que en duelos precedentes, si bien era la conexión Benzema-Hazard la que desarbolaba una y otra vez a la defensa del Salzburgo.

Retiró Zidane a Militao y Casemiro tras el descanso mientras el Salzburgo revolucionaba su once. La mayor frescura de piernas elevó la intensidad del conjunto austríaco, que puso en muchos apuros al Madrid en la segunda parte. Tuvo el empate Daka, pero la vaselina del zambiano se fue alta cuando Courtois avizoraba ya el gol.

Fueron minutos de zozobra para el equipo de Zidane, que alistó a Jovic para conceder oxígeno a Harzard tras una hora notable del crack. Volvía el serbio tras la lesión que sufrió frente al Atlético con el objetivo de sacudirse la mala suerte que le persigue desde que llegó. Dejó un zurdazo que pudo poner la puntilla de no mediar la intervención de un sobrio Köhn. El balcánico desenfunda como los mejores pistoleros del Oeste, todo lo contrario que Vinicius, al que se le siguen apagando las luces a la hora de rematar.

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