El comité de empresa de Expal pide la mediación del Serla tras varios despidos en los últimos meses

El comité de empresa de Expal, factoría dedicada a la fabricación de explosivos radicada en el Páramo de Masa, ha solicitado la mediación del Servicio Regional de Relaciones Laborales (Serla) para intentar frenar la política de despidos iniciada por la empresa meses atrás.

Una política que, según explican fuentes sindicales, ya ha derivado en una decena de salidas. El pasado verano fueron cuatro los trabajadores que recibieron la carta de despido (uno ha sido readmitido) y en las últimas semanas se les han unido otros siete, todos ellos englobados en áreas de apoyo a la producción (administración, mantenimiento, I+D+i, etc) y con contratos indefinidos. Algunos, incluso «llevaban treinta años en la empresa», explican las mismas fuentes, y han sido despedidos en edades «complicadas» para volver al mercado laboral.

En este sentido, desde el comité de empresa critican la falta de información a respecto de los expedientes, justificados en todo momento por la empresa en la drástica caída de las ventas de los últimos meses. Una caída derivada directamente de la inestabilidad política y falta de Gobierno en Madrid. Y es que, el de los explosivos es un mercado muy controlado y es el Ejecutivo el que aprueba las exportaciones. Básicamente, sin Gobierno, no hay pedidos.

De hecho, ajustes similares se están registrando en numerosas fábricas del Grupo Maxam, matriz de Expal, y la plantilla de la factoría del Páramo de Masa teme que los despidos no hayan acabado.

Por eso, y tras algunos encuentros informales con los responasbles de la empresa en los que no se han dado las explicaciones esperadas ni se ha readmitido a los trabajadores despedidos, el comité ha solicitado el arbitraje del Serla con preaviso de huelga. La reunión se llevará a cabo este viernes, y en función de las respuestas que ofrezca la dirección a las inquietudes laborales, el comité actuará en consecuencia. Y no se descarta, en ningún sentido, convocar una huelga. El objetivo, insisten, es que si hay que hacer ajustes, «sean pactados» y no «traumáticos».