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Dolmen del Moreco. JCR
Burgos misteriosa

Los secretos mejor guardados de la muerte en las piedras de la Lora

El noroeste de la provincia reúne una concentración de monumentos funerarios importantes. Quizá no superen a la mítica formación de Stonehenge pero tienen todos juntos tanta fuerza como el megalito inglés

Sábado, 28 de junio 2025, 09:08

La provincia de Burgos reúne en 570 kilómetros cuadrados una de las mayores agrupaciones de megalitos, ya no solo de Europa, sino quizás del planeta. La manifestación de la religiosidad unida a la muerte es una de las constantes de la civilización humana y de la monumentalidad y la importancia que nuestros antepasados le dieron a la muerte, al tránsito de esta vida a otra dimensión.

Desde el Neolítico, nuestros antepasados levantaron sepulcros monumentales construidos con piedras de grandes dimensiones conocidos como dólmenes. Dolmen es una palabra de origen bretón que significa mesa. Los dólmenes son sepulturas colectivas. Son auténticas casas de muertos o criptas en cuyo interior reposan los huesos de muchísimas personas.

Si los egipcios usaban las pirámides como monumento funerario, en este trozo del planeta, las casas de los muertos eran montículos de piedras y tierra de volumen cónico, a estilo piramidal

El antiguo Egipto como civilización existió durante aproximadamente 3.000 años, desde alrededor del 3100 antes de Cristo hasta el 31. Los enterramientos del tipo de dolmen pudieron ser sus precursores. Precisamente el Neolítico fue un término acuñado por Lubbock en 1865 para referirse a la etapa cultural que se desarrolló desde hace unos 12.000 años hasta el 5.000 antes de Cristo. Y pudo engarzar en ese tipo de culto a los muertos.

Stonehenge

De una época similar a los dólmenes de Castilla es Stonehenge. Dice la historia que hace 4.500 años, una civilización sin herramientas metálicas, caballos ni ruedas erigió en la llanura de Salisbury, en Inglaterra, una estructura de enormes piedras alineadas con patrones solares. Muchos de los misterios sobre cómo y por qué se construyó la estructura megalítica de Stonehenge siguen sin respuesta.

Los dólmenes de Burgos siguen también patrones solares como veremos. Un dolmen tiene tres partes, por un lado, una cámara o espacio central poligonal en ocasiones circular, delimitado por grandes losas, también llamadas ortostatos, el túmulo o cámara de doble intención y el acceso o pasillo entre la cámara y la periferia del túmulo. Pero que les llevaba a nuestros antepasados a construir semejantes moles.

Para la construcción de los mayores monumentos megalíticos se requería un gran esfuerzo por parte de las personas. Los investigadores Miguel Moreno, Germán Delibes, Rodrigo Villalobos, Javier Basconcillos y Angélica Santa Cruz explican en 'Territorio megalítico' que para el traslado de estos ortostatos se necesitaba una gran fuerza por encima de las 10.000 horas de trabajo y por persona, lo que demuestra el gran respeto que le infundían al hombre del neolítico la sepulturas.

En esta parte de Castilla, más concretamente, en el noroeste de la provincia de Burgos, en estas zonas bañadas por el Rudrón y el Ebro, los dólmenes se construyeron en los bordes de los altiplanos, donde resultaban más visibles. Los sepulcros megalíticos cayeron en desuso poco antes del 3.000 antes de Cristo, probablemente, por otra cultura funeraria distinta, o por una crisis de religiosidad.

El Moreco

Uno de los más espectaculares se encuentra en Gredilla de Sedano en el cruce del camino que conduce a Huidobro, hoya del Ebro, también se le conoce como el Moreco o Fuenteblanquilla, por el manantial que se encuentra cerca de él. Es el más importante y mejor conservado emn Burgos. Aunque también es cierto que ha sido objeto de constantes expolios.

El Moreco tiene nada más y nada menos que 27 metros de diámetro y se eleva dos metros sobre el terreno. Lo más destacable es que conserva la única pintura documentada en los dólmenes en el ortostato central de la cámara. Se trata de una representación esquemática «de al menos un individuo con los brazos y las piernas extendidos». Y otras figuras antropomorfas, podrían también formar parte de la escena conserva un corredor de 10,5 metros de largo.

Así lo explica Delibes en el texto 'Dólmenes de la Lora' editado por la Junta de Castilla y León. Las dataciones realizadas sobre los huesos de los individuos enterrados en este lugar, revelan que la tumba se utilizó en la primera mitad del cuarto milenio, así que se puede afirmar que el dolmen del Moreco albergo varias generaciones de individuos.

Los autores del texto territorio megalítico determinaron que en esta zona existen hasta 14 túmulos. Se trata el Moreco; Cista de la Nava Alta, La Cotorrita, La cabaña, Arroyo, de Las Vegas, La Horquilla, El Virgazal, San Quirce, Las Arnillas, La Nava Negra, Fuentepecina, Las Puertas, La Mina y Ciella.

Una experiencia mística

La experiencia de entrar por uno de los pasillos de acceso a la cámara central de un megalito de estas características es realmente impresionante. Son monumentos funerarios, ubicados en territorios privilegiados, llenos de significación en los que el sol juega un gran espectáculo casi como en Stonehenge.

Los solsticios de invierno -y también de verano- son los momentos en los que los dólmenes alcanzan su significado. Así, el dolmen de La Cabaña, en Sargentes de la Lora, hace que los primeros rayos del sol impactan en los ortostatos del fondo iluminando el interior de la cámara, un fenómeno luminoso extraordinario y perfectamente medido por quienes lo crearon.

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