Daniel de la Rosa, el chico de Gamonal que cumplió su sueño de ser alcalde de Burgos
El candidato a la Alcadía por el PSOE aspira a revalidar su liderazgo municipal. Burgalés de pro, municipalista convencido y blanquinegro de corazón, De la Rosa es un regidor cercano, que da la cara y admite sus errores, pero sin quitarse medallas ni dudar en sacar el bastón de mando a pasear
Daniel de la Rosa (Burgos, 1980) lleva enrolado en la política toda su vida adulta. Desde muy joven, primero en los movimientos estudiantiles de la universidad y luego en las Juventudes Socialistas (que dirigió como secretario general entre 2005 y 2008), De la Rosa ha ejercicido una política cercana, apegada a su querido Burgos, con el sueño latente de convertirse en alcalde de la ciudad. Es un orgulloso burgalés, un orgulloso hijo de Gamonal, y un municipalista convencido.
Entró en la política en 2007, formando parte de la candidatura del PSOE al Ayuntamiento, y ejerciendo como concejal hasta 2011. Sin embargo, el gran salto en su carrera política lo dio en 2015 cuando encabezó por pimera vez la lista municipal. El PSOE se quedó en la oposición pero fruto de su trabajo, «responsable», en palabras de De la Rosa, la formación se convirtió en la más votada en 2019 y el chico de Gamonal cumplió el sueño de ser alcalde de su ciudad.
En estos cuatro años de gobierno municipal, marcado por la pandemia de la covid-19, Daniel de la Rosa ha demostrado ser un alcalde cercano. No duda en bajar al barro, reunirse con asociaciones de barrio, colectivos vecinales y sociales en su propio terreno; en acudir a encuentros de los que sabe que saldrá trasquilado, en los que le pondrán la cara colorada con críticas, reproches e incluso le llegaran a acorralar, como ocurrió en Fuentecillas con la polémica de las barracas.
Al actual alcalde de Burgos no le duelen prendas en reconocer sus errores, en ceder protagonismo como ha hecho con Vicente Marañón, en admitir meteduras de pata. Eso sí, no se resta méritos tampoco, presume de los que considera sus éxitos políticos y saca a pasar el bastón de mando cuando lo estima oportuno. En el Salón de Plenos se le acusa de ser un tanto prepotente y dictatorial, de ejercer la Presidencia con mano firme incluso ante los suyos.
Daniel de la Rosa es un animal político, domina el lenguaje, los tiempos, las formas… La política lo ha endurecido y ya no se sonroja al prometer lo ya comprometido, al jugar el juego de los políticos, pues lleva veinte años practicando. Su labia le viene también de su carrera profesional fuera de la política. Estudió Gestión Pública y Políticas, pero ha trabajado como administrativo, contable, en el sector de seguros y la consultoría, de donde le viene la labia con la que también se desenvuelve.
Y todo ello ejerciendo de burgalés hasta en los deportes. Apoya a todos los clubes de Burgos, empezando por el deporte base, pero su corazón es blanquinegro. Es seguidor del Burgos CF desde siempre (y antes, cuando era niño, del Real Burgos). Se le nota lo mismo que se le nota ser de Gamonal; por ambos pierde la cabeza. Intenta no faltar a ningún encuentro y disfruta de ver jugar a su equipo más en su asiento de socio que en Tribuna, donde le toca guardar las composturas.
Ahora busca la reelección, busca seguir viviendo su sueño de ser alcalde de Burgos.
