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Ríos secos, parques marchitados y cohetes contra las nubes: el mundo se seca

La alarmante sequía de este verano ya no es un fenómeno puntual, agota las grandes arterias fluviales, vacía lagos y marchita regiones del planeta, como la mitad superior del hemisferio norte, que nunca había sufrido tal ausencia de lluvias. Nunca tantos gobiernos habían recurrido a la palabra «histórica» para definir la grave sequía que ha desecado sus ríos, arrasado cultivos y marchitado los parques. Desde hace dos meses el planeta asiste a una ausencia de lluvias y un estado de alarma sin parangón, para algunos países, en los últimos noventa años. Alemania, Italia y China han visto cómo las grandes cuencas fluviales del Rin, el Po y el Yangtse se convertían en apenas unos hilos de agua. En Polonia, Países Bajos y Suiza se prodigan también secarrales sorprendentes e inéditos tan al norte del hemisferio. No es extraño. Hay lugares donde hace más de dos meses que no ha caído una gota de agua. Estados Unidos se mueve entre las inundaciones que causan estragos en algunos territorios y un calor extremo que desencadena megaincendios y la casi extinción del gran río Colorado. La reacción es de alarma. Algunos gobernantes urgen a Naciones Unidas y la Unión Europea a abordar de inmediato el cambio climático y acelerar los plazos para frenarlo, convencidos de que hasta el momento el único que tiene prisa es el calentamiento global.