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Tropas alemanas desmontan la barrera de un paso fronterizo con Polonia en 1939. Hans Sönnke
La factura polaca a Alemania por reparaciones de guerra, unos 46.000 millones de euros

La factura polaca a Alemania por reparaciones de guerra, unos 46.000 millones de euros

Las tropas nazis dejaron un rastro de seis millones de muertos y varias ciudades arrasadas, entre ellas Varovia, destruida en un 80%

Nacho Temiño (EFE)

Varsovia

Lunes, 3 de septiembre 2018, 16:52

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Las heridas causadas por la II Guerra Mundial siguen abiertas en Polonia, donde la comisión parlamentaria encargada de cuantificar los daños sufridos por el país durante el conflicto cree que tiene derecho a exigir a Alemania hasta 46.600 millones de euros como compensación por los daños sufridos por la invasión nazi.

La agresión alemana comenzó en septiembre de 1939, hace ahora 79 años, con un ataque basado en la rapidez y movilidad de los blindados germanos que pasó a conocerse como «guerra relámpago» y que acabó en pocas semanas con las débiles defensas polacas.

Las tropas nazis permanecieron en Polonia hasta 1945, y dejaron tras su marcha un rastro de destrucción y cerca de seis millones de muertos, entre ellos tres millones de judíos polacos, algo que el actual Gobierno de Polonia considera que nunca ha sido debidamente compensado por Alemania.

El responsable del comité parlamentario encargado de valorar el importe de esas compensaciones, Arkadiusz Mularczyk, acaba de reconocer que, aunque la cantidad es alta (más de 46.000 millones de euros), «responde a los crímenes de guerra sufridos, las ciudades destruidas y el potencial demográfico perdido» por Polonia.

Esta cantidad es sólo una primera estimación, explicó Mularczyk, ya que la comisión todavía trabaja en determinar la cuantía final de los daños causados por la guerra, pérdida de infraestructuras, destrucción de edificios (sólo Varsovia fue destruida en más de un 80 %), factorías, cosechas o patrimonio natural.

Se estima que a finales de año esta comisión parlamentaria presentará su informe, incluyendo la cantidad que el Gobierno polaco podría exigir a las autoridades germanas en concepto de reparaciones de guerra.

El líder del partido gubernamental Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, considerado el hombre fuerte de Polonia, aseguraba meses atrás que el Gobierno polaco «se está preparando para una histórica contraofensiva», en relación a esa exigencia.

Kaczynski, presidente del nacionalista PiS, cree que la factura de los daños de guerra «nunca se ha saldado» y que, por lo tanto, «sigue estando vigente», algo que Alemania ha rechazado en varias ocasiones.

Renuncia en 1953

Las autoridades germanas recuerdan que Polonia renunció en 1953 a solicitar más reparaciones por la Segunda Guerra Mundial, aunque el PiS sostiene que esa renuncia no fue un acto soberano, ya que fue realizada bajo la presión de la Unión Soviética.

De hecho, las potencias vencedoras acordaron en 1953 eximir a una agotada Alemania de las reparaciones por el conflicto, aunque ese acuerdo se alcanzó sin contar formalmente con la aquiescencia de Polonia, representada como el resto de países del bloque comunista por Moscú.

«Nuestra renuncia a las reparaciones nunca fue registrada por las Naciones Unidas», argumenta Kaczynski, quien no cree que se trate solo de dinero, sino de que «de una vez por todas Alemania asuma su responsabilidad por la II Guerra Mundial y los daños causados».

Aunque pueda parecer que las heridas de la guerra son cosa del pasado, lo cierto es que la cuestión es usada habitualmente por los políticos del PiS para azuzar el orgullo nacional y captar el voto de quienes todavía consideran que Polonia no ha sido debidamente compensada por el sufrimiento padecido durante el conflicto.

Un 63 % de polacos creen que Alemania debería abonar nuevas reparaciones por la II Guerra Mundial, según una encuesta del pasado año, mientras que sólo un 31 % de los ciudadanos consultados consideraban que es mejor olvidar definitivamente la cuestión.

Para quienes critican esta reivindicación, el hecho de que ahora Ley y Justicia haya revivido la vieja demanda por la guerra busca realmente servir de cortina de humo ante las fuertes críticas de la Unión Europea y Alemania por la reforma judicial polaca, considerada por Bruselas y Berlín una amenaza para la democracia en el país.

Además, la oposición liberal polaca cree que esta reivindicación es puramente electoralista, ya que en la práctica es muy difícil exigir a Alemania compensaciones a estas alturas por aquella contienda.

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