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Quintanar de la Sierra conserva una de las tradiciones forestales con más arraigo de toda España. BC
Apuestan por convertir la suerte de pinos en un proyecto de selvicultura ante el riesgo de desaparición

Apuestan por convertir la suerte de pinos en un proyecto de selvicultura ante el riesgo de desaparición

La caída en el precio de la madera noble, unido a los elevados impuestos que gravan la venta, han hecho que la suerte de pinos deje de ser rentable | El desarrollo de cooperativas o sociedades vecinales de reinversión del dinero podría ser la solución ante el riesgo de desaparición

Miércoles, 9 de septiembre 2020, 08:06

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La suerte de pinos está en riesgo de desaparición en la zona de Pinares. Las subastas de madera de los últimos años no se han acabado de vender, así que la tradición de la suerte de pinos se ha paralizado en municipios como Quintanar de la Sierra. Y la razón no es otra que la escasa rentabilidad de la venta de madera noble, que entre el bajo precio y los altos impuestos ha dejado de ser atractiva para los vecinos.

Medio siglo atrás, sin ir más lejos, la venta de madera equivalía a tres o cuatro meses de trabajo. Los vecinos de la zona de Pinares vivían de la corta de la madera, la ganadería, el trabajo en las fábricas, la huerta u otro tipo de labores forestales. Todo ello, combinado, les permitía sacar sus jornales para vivir. Ahora, sin embargo, se saca muy poco beneficio de la suerte de pinos, insuficiente para el trabajo que exige y los quebraderos de cabeza que genera.

«El problema es que no da dinero», explica Antonio Martín Chicote, de la Cabaña Real de Carreteros, quien alerta del riesgo de perder esta tradición. «No existe PAC para la madera noble, que ha llegado a depreciarse hasta el extremo de que un pino de 150 años con mil kilos de peso no llega a valer ni 40 euros en el monte», insiste. La explotación comunal ha dejado de ser rentable y, sin venta, se abandonará definitivamente la suerte de pinos.

Por ese motivo, Martín Chicote apuesta por «darle una vuelta» a esta tradición, que si existe no es para dar un beneficio en forma de renta a los vecinos, sino como técnica de conservación y mejora de los bosques. La suerte de pinos forma parte de la selvicultura, «el vecino recibe un aprovechamiento forestal porque es un beneficio para el bosque», al que se ayuda a renovarse, insiste Martín Chicote.

En los últimos 50 años, en el Monte la Dehesa de Quintanar de la Sierra (del que Martín Chicote es agente forestal emérito) se han cortado más de medio millón de metros cúbicos de madera «sin ninguna merma de sus existencias iniciales, que han aumentado casi un 20%», afirma Martín Chicote, lo que es «un notable ejemplo de desarrollo sostenible, basado además en el empleo de la población».

El huerto escuela ha atraído a muchos voluntarios y compradores en busca de productos de la tierra y naturales.
El huerto escuela ha atraído a muchos voluntarios y compradores en busca de productos de la tierra y naturales. BC

La propuesta de la Cabaña Real de Carreteros pasa por transformar la suerte de pinos en un proyecto de selvicultura o una cooperativa social. Darle un toque empresarial, para que no se trate únicamente de convertir la venta de madera en dinero sino de que ese dinero pueda reinvertirse y crear una sociedad vecinal que apueste por el suministro de madera, las energías económicas, la horticultura o incluso servicios como centros asistenciales o turísticos.

La idea requiere de mucho trabajo, de una gestión empresarial, de una revisión jurídica pero sobre todo de voluntad. Si el dinero que se extrae de la venta de la madera es insuficiente para cada uno de los beneficiarios de la suerte de pinos, sumando todos los pagos se puede generar un fondo económico con el que sustentar otro tipo de inversión que genere mayores beneficios (tanto económicos como sociales). Así se garantiza que los vecinos sigan controlado la gestión de sus bosques y que la misma reporte beneficios para su municipio.

La Cabaña Real de Carreteros va a aprovechar las V Jornadas de Agroselvicultura de Montaña, que se celebran este septiembre en Quintanar de la Sierra, para dar a conocer la iniciativa y promover un movimiento ciudadano en favor de la suerte de pinos. Mientras, a través de Juntos x los Bosques, quieren impulsar la creación de un Estatuto de la Propiedad Comunal, que permitiría amparar este tipo de iniciativas y evitar que la riqueza de los bosques se grave en exceso al ser tratada como explotación con fines lucrativos.

V Jornadas de Agroselvicultura de Montaña

Quintanar de la Sierra acoge durante este mes de septiembre las V Jornadas de Agroselvicultura de Montaña con diferentes actividades, entre las que se destaca la Suelta del Prado La Guía, el 26 de septiembre.

A diario, a las 18:00, se puede vistar el Huerto Escuela, en una cita que incluirá explicación del proyecto y recolección voluntaria de cultivo. Además, durante los fines de semana, la hostelería contará con productos cedidos gratuitamente por el Huerto Escuela con el que elaborar tapas y platos especiales para la degustación de vecinos y visitantes.

El 9 de septiembre está prevista la grabación de Cocina al Punto, de TVE, que se centrará en la vaca serrana negra y abordará la preparación de un ajo carretero. Y ya el 26 de septiembre tendrá lugar la Suelta del prado La Guía. A las 10:00 habrá visita al Huerto Escuela. A las 12:00 se realizará la romería a la ermita, con acarreo y ofrenda de la cosecha. Y a las 13:00, en la Plaza Mayor de Quintanar, muestra de verduras y hortalizadas con degustación.

Antonio Martín Chicote asegura que interés hay, pues el huerto escuela que se ha creado ha contado con muchos clientes, que han acudido este verano a comprar la producción directamente al huerto y han pagado por las verduras convencidos de su valor. Ahora que se van los 'forasteros', se va a poner a disposición de los hosteleros de Quintanar toda la producción, de manera gratuita, para que ofrezcan tapas y menús en sus establecimientos.

El huerto escuela es una iniciativa que funciona bien, insiste Martín Chicote, así que se va a mantener y ampliar. Entre los proyectos a corto plazo están la realización de un invernadero de madera, una compostera y una balsa de riego. «Tenemos 500 hectáreas de pastizal, así que hay espacio de ampliación», apunta con humor el presidente de la Cabaña Real de Carreteros, aunque evidentemente no se convertirán todas ellas en huerto porque «sino, abasteceríamos a todo Burgos».

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