La asociación de mujeres rurales Aura Fademur busca establecer un centro homologado de formación en la comarca del Arlanza

La asociación de mujeres rurales Aura Fademur está en conversaciones con algunos ayuntamientos de la comarca burgalesa del Arlanza para lograr dotar a esta zona de un centro homologado en el que se puedan impartir cursos de formación. Con esta iniciativa la asociación busca dotar a los vecinos del medio rural de la formación adecuada y demandada en los pueblos para lograr que estos, mediante la posibilidad de trabajo, se mantengan en las áreas rurales.

Julia Quintana, presidenta de Aura Fademur, explica que la idea de ponerse a trabajar en lograr un centro homologado surgió por la doble necesidad que existe en la comarca del Arlanza. Por un lado, el envejecimiento de la población provoca que las personas mayores recurran más a la asistencia a domicilio. Esto conlleva a que se precisen trabajadores con esta formación. «El problema del mundo rural es que no hay las suficientes personas preparadas para cubrir la demanda de servicios sociales. Hay una carencia total. La ley marca que se tiene que poseer un título homologado de ayuda a domicilio», señala Quintana.

La presidenta de Aura Fademur remarca que, para obtener este título homologado, «hay que acudir hasta las ciudades» o, en su defecto hasta los pueblos cabecera de comarca que son los que cuentan con salas homologadas pero «no hay en todas las cabeceras de comarca. En Arlanza no hay, hay en Merindades, Salas y Ribera, por ejemplo», explica Quintana.

La carencia de estas salas homologadas en zonas rurales obliga a los vecinos que desean recibir formación a desplazarse hasta las ciudades y muchos no pueden permitírselo por motivos laborales, económicos o familiares.

Aura Fademur, como reconoce Quintana, está trabajando en la comarca del Arlanza para conseguir un centro homologado. La presidenta de la asociación apunta que la ley exige un local de 60 metros cuadrados para impartir clases a 15 personas y otra sala de 30 metros cuadrados para el profesor.

«De momento estamos en conversaciones con algún ayuntamiento, conseguiremos las salas y luego empezaremos con los trámites de homologación que, igual, nos llevan un año», señala Quintana. Uno de los objetivos de esta asociación es la formación de mujeres y hombres en el mundo rural, algo clave para frenar la despoblación.

El plan es que el ayuntamiento implicado sea el que aporte la sala. Desde Aura Fademur no se piensa en una cesión del espacio porque «esto conllevaría más tiempo y papeleo. El ayuntamiento se encargaría de la homologación pero con toda nuestra ayuda, colaboración e implicación. Luego se impartirían en ese centro los cursos», señala Quintana, quien reconoce que esperan que para el año que viene el centro homologado donde impartir la formación esté listo.

Además de la homologación del centro, Aura Fademur necesita recurrir a subvenciones de formación para llevar estos cursos al medio rural. «Los cursos son caros y de unas 250 horas», apunta Quintana.

Contar con una titulación acorde a las demandas del medio rural generaría muchas oportunidades laborales y poblacionales. Quintana señala que «sobre todo pensamos en las mujeres, son las que más hay en el sector de la ayuda a domicilio y muchas ahora no pueden desempeñar este trabajo por la falta de una titulación». Pero también se ha tenido en cuenta a los jóvenes.

En realidad esto forma parte de una cadena con la que se quiere frenar la despoblación. «Las personas mayores no se quieren marchar de su pueblo a una residencia. Si tienes a gente formada en el medio rural pueden trabajar, que es lo que une a un lugar, y alargas el tiempo que una persona mayor se mantiene en el pueblo».

La presidenta de Aura Fademur destaca que no solo se piensa en un centro homologado para impartir formación en asistencia a domicilio o servicios sociales. Este se emplearía para otras formaciones con demanda. «Tenemos también un curso de vinicultura, para aprender todo el proceso de la viña y la vendimia. Sería muy bueno para esos jóvenes que quieren quedarse en el campo. Estamos en la zona de la DO Arlanza, hay que formar a los jóvenes en tareas que puedan desempeñar en el pueblo para que se queden aquí».