Emprendedoras serranas crean un espacio común de apoyo para superar obstáculos unidas
Más de 40 mujeres de las comarcas burgalesas de Pinares y Arlanza se han unido en la Red de Autónomas Serranas (RAS), un grupo sin jerarquía en el que compartir experiencias y conocimientos para el beneficio común
Hoy, 19 de noviembre, se celebra el Día Internacional de las Mujeres Emprendedoras en más de 144 países. El objetivo de esta fecha promovida por la ONU es poner de relevancia la necesidad de visibilizar a las mujeres emprendedoras de todo el mundo.
Las cifras de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) reflejan que solo una de cada tres autónomos son mujeres. Además, la brecha de género en el trabajo autónomo es superior a la existente en el empleo asalariado según se denuncia desde la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (UATAE).
En una sociedad donde los obstáculos empresariales y financieros afectan más a las mujeres unas 45 féminas de las comarcas burgalesas de Pinares y Arlanza se han unido en la Red de Autónomas Serranas (RAS). Un espacio de apoyo sin jerarquías, sin cuotas y sin vinculación legal en el que la base es compartir conocimientos y experiencias que sirvan para el resto de compañeras. Actualmente forman esta red 41 autónomas, otras dos están en proceso de emprender y otras dos más trabajan en telecentros, una en el de Quintanar de la Sierra y otra en el de Canicosa de la Sierra. Estas dos últimas, por ejemplo, facilitan información sobre formación al resto.
RAS surgió hace relativamente poco tiempo, la primera reunión se celebró en Quintanar en el mes de octubre, pero en este periodo han logrado grandes avances. No se trata de una asociación ni tienen objetivo de conformarse como tal, esto es un espacio de apoyo, trabajo e intercambio de experiencias, señala una de las componentes de esta red. «Lo que buscamos es conectar intereses, colaborar, ayudarnos e impulsar ideas comunes», añaden.
Se reúnen una vez por semana en Quintanar, pero la asistencia a estos encuentros no es obligatoria, lo que sí es más interesante es quien acude tiene que intentar aportar, ya que este es uno de sus principales objetivos. «Nos reunimos y presentamos nuestros problemas o dudas y el resto intentan responder mediante la información con la que cuentan o con las experiencias propias. Si nos enteramos de algo que pueda ser interesante para el grupo y para las autónomas también lo aportamos», explica una de sus componentes.
La RAS es un espacio de confianza y apoyo que puede ser replicable en otras comarcas y que beneficia a un eslabón muy importante de la sociedad rural burgalesa, las emprendedoras, las autónomas, esas mujeres que generan empleo y riqueza en su territorio
Formación
La formación también es un pilar importante para estas autónomas y emprendedoras. Lo que buscan es acercar la formación a la comarca de Pinares. El problema que encuentran ahora es que «como muy cerca tenemos que ir a Salas a recibir formación y lo más habitual es que tengamos que desplazarnos a Burgos. Ahora, unidas somos más y así, con un grupo más grande, es más fácil que nos concedan cursos». Por el momento, ya han logrado que se imparta en Quintanar un taller de oratoria y están organizando otro de transformación digital para negocios. El primero de ellos lo financia la Diputación y el segundo lo ha propuesto el grupo de acción local Asopiva.
Formar parte de esta red también garantiza a estas mujeres emprendedoras y autónomas que contarán con más contactos, beneficiándose unas de los contactos de otras. Por el momento, mediante el contacto con Asopiva han conseguido información sobre subvenciones y ayuda para otras dudas. «Es más fácil así, de esta forma no tenemos que dirigirnos una por una al grupo de acción local. Acude una y luego lo comparte», explican.
Las cargas femeninas
Por el momento en esta red de apoyo solo participan mujeres, aunque algunas de ellos tienen socios masculinos que se benefician igualmente de los conocimientos e información que aquí se facilitan.
Una de las razones que llevan a esta red a ser exclusivamente femenina es la idiosincrasia particular de las emprendedoras rurales. No se puede obviar que las cargas son mayores para ellas, por regla general las mujeres, aunque trabajen fuera del hogar, también tienen que encargarse de las labores domésticas. El cuidado del hogar y los miembros de la familia suele recaer sobre ellas. «Esto también nos aísla más. Al salir de trabajar, muchas no se pueden ir a relacionar a un bar, por ejemplo, porque tienen que ocuparse de las tareas domésticas», explican.
Compartir estrategias
En esa labor de compartir experiencias, la edad juega un papel fundamental. Las más jóvenes, por ejemplo, enseñan a las más mayores estrategias para digitalizar sus negocios o llevarlos a las redes sociales y las más mayores aportan su experiencia y consejos.
En el poco tiempo que lleva conformada esta red de autónomas serranas ya han conseguido recopilar una gran cantidad de información que han organizado en una biblioteca digital para compartir fácilmente y añadir contenido entre todas las componentes del grupo. Cuatro categorías componen ya esta biblioteca de recursos: formación, subvenciones, estrategias y recursos. Aquí encontrarán contactos, información sobre subvenciones, donde pedirlas o cómo reclamar, pero también guías para crear, por ejemplo, una lista de difusión en WhatsApp o un perfil corporativo en una red social.
Emprender
Otro de los objetivos es ayudar a aquellas mujeres dispuestas a emprender a través de toda esta cantidad de información e intercambio de conocimientos. «Tenemos personas en proceso de emprender en la red y antes veían su objetivo como algo lejano y ahora ya es más real y cercano», comentan con orgullo.
La RAS es un espacio de confianza y apoyo que puede ser replicable en otras comarcas y que beneficia a un eslabón muy importante de la sociedad rural burgalesa, las emprendedoras, las autónomas, esas mujeres que generan empleo y riqueza en su territorio.