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Imagen del estado del monumento Hispania Nostra
San Félix de Oca entra en la lista roja de Hispania Nostra

San Félix de Oca entra en la lista roja de Hispania Nostra

El número de bienes de la provincia se eleva a 24 después de dos años en leve descenso

César Ceinos

Burgos

Domingo, 27 de mayo 2018, 09:46

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El arte de Burgos vuelve a estar en alerta. La iglesia de San Félix de Oca, ubicada en la localidad de Villafranca Montes de Oca, entró el pasado 14 de mayo en la lista roja de la asociación Hispania Nostra, la relación de bienes culturales y naturales que muestra las vergüenzas del patrimonio español por su mal estado. Con esta incorporación se eleva a 24 el número de elementos burgaleses señalados, de los cuales, nueve son iglesias, capillas y ermitas; seis, torres y castillos; cinco, conventos; dos, puentes, y un palacio.

La provincia no había salido mal parada en los últimos años, puesto que el penúltimo bien en acceder a esta indeseable selección fue la Torre de Castrobarto de Losa el 7 de febrero de 2015. Además, durante este tiempo, dos monumentos, la iglesia de San Cosme y San Damián de Encío en 2016 y el Monasterio de San Antón de Castrojeriz en 2017, pasaron de la lista roja a la verde, lo que provocó un leve descenso en el cómputo global, de 25 a 23. En ambos casos, Hispania Nostra reconoció el esfuerzo de instituciones, vecinos y asociaciones para mantener y cuidar el patrimonio.

De hecho, el objetivo del listado, que por desgracia crece de manera continuada desde que se crease en diciembre de 2007, es mostrar los bienes que se encuentran en situación de abandono y riesgo grave para prevenir el expolio y hacer de altavoz para que pequeñas entidades puedan defender el monumento de su comarca o localidad. Cualquier persona tiene la posibilidad de enviar información a Hispania Nostra para que el Comité Científico decida, basándose en unos criterios fijados previamente y publicados en la web de la institución, incluir o no la ficha.

El peor año para el patrimonio burgalés fue 2008, cuando entraron ocho inmuebles: los monasterios de Santa María en Rioseco, de Santa María la Imperial en la localidad de Obarenes y de Nuestra Señora de los Valles en Villasandino, la iglesias de San Pedro Apóstol en Albacastro, de Santa María en Padilla de Arriba, de San Martín de Tours en Villahizán de Treviño, la Torre de Bonifaz en Lomana y la ermita de Castrorrubio en Sandoval de la Reina.

No fue mucho mejor 2014, ya que en ese año se admitieron seis monumentos: el convento capitalino de San Francisco, las iglesias de San Sebastián en Quintana del Pino y de San Miguel Arcángel en el despoblado de Tabanera (Castrojeriz), los puentes medievales y el arco de San Miguel de Mazarreros en Sasamón, y la portada y los restos de la iglesia de Nuestra Señora de la Llana de Cerezo de Río Tirón que se instalaron en el parque de la Isla de Burgos en 1933.

Recuperaciones

Pero en algunos casos la historia ha tenido un final feliz. Además de la iglesia de Encío y el antiguo cenobio de Castrojeriz, otros tres bienes culturales, el templo de Quintana del Pino, la ermita de Sandoval de la Reina y la iglesia de Albacastro, pasaron a formar parte de la lista verde, lo que hace que el número de monumentos de Burgos que han dejado de estar señalados son cinco, el 17,24% de los bienes que alguna vez han formado parte de la lista roja. El que menos estuvo, apenas semanas (entró el 11 de febrero y salió el 3 de marzo de 2014), fue la iglesia de Quintana del Pino. Por el contrario, monasterio de San Antón -hoy albergue de peregrinos- permaneció señalado casi diez años, del 3 de diciembre de 2007 al 18 de octubre de 2017.

Por último, Hispania Nostra ha creado una tercera lista, llamada negra, en la que se incluirán todos los bienes patrimoniales destruidos por completo. De Burgos aún no hay ninguno. El más cercano es el monasterio hospital de Santa María de las Tiendas en Ledigos (Palencia), aunque, casi con toda seguridad, el más conocido será el entorno de las Murallas de Ávila, que pasó la línea roja, a juicio de la entidad organizadora, por la construcción del Centro Municipal de Exposiciones y Congresos entre el lienzo norte del muro que rodea el casco histórico abulense y la ribera del Adaja.

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