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El castillo de Lezana de Mena ya tiene nuevos propietarios. Y no son precisamente del entorno. Una pareja de norteamericanos -neoyorquinos para más señas- compraron meses atrás el castillo de los Velasco, una espectacular torre fortificada que se erige como vigía de un tiempo pasado y que llevaba algo más de una década en venta.
Fue su antiguo propietario, el ahora fallecido Eduardo Gil Lang, quien la puso en el mercado a principios de la década pasada. Él la recibió en herencia a principios de los años 90' y la reformó de manera integral para establecer allí su domicilio. Sin embargo, tras varios años disfrutando del castillo, el bilbaíno, con antepasados británicos y austrohúngaros, optó por ponerlo a la venta.
Y lo cierto es que durante muchos años recibió el interés de particulares y fondos de inversión. En su día, de hecho, el propio Gil Lang reconocía -sin dar nombres- haber mantenido contactos con miembros de la alta nobleza europea. Unos contactos que, en todo caso, no fructificaron.
Hasta ahora. Gil Lang falleció tiempo atrás, pero el castillo, cuyo perfil es perfectamente visible desde muchos puntos del entorno del valle de Mena, permaneció a la venta hasta que meses atrás consiguió al fin encontrar compradores.
Según confirma el alcalde de Valle de Mena, José Ranero, se trata de una pareja de neoyorquinos ya retirados que llevaban tiempo buscando una propiedad de este tipo en Europa. Se trata de un médico jubilado que además poseía rebaños de ovejas en Estados Unidos y de su mujer, una artista. En principio, «ninguno de los dos tenía relación previa con España», pero al parecer el castillo y el entorno en el que se enclava acabó por convencerlos.
Ambos ya están disfrutando de su nueva casa, aunque por el momento no se han establecido de manera permanente. «Están viviendo aquí por temporadas», explica Ranero. Eso sí, este pasado fin de semana estaban por allí, colaborando en la entrega de premios de la Vuelta a Burgos de Féminas.
A LA ÚLTIMA
Se desconocen las cifras de la operación, pero la última tasación de la propiedad anunciada en portales especializados ascendía a casi 1,6 millones de euros. Bastante menos de lo que se pedía años atrás, pero sin duda una suma de cierta relevancia.
Una suma que, en todo caso, está justificada por las condiciones en las que se encuentra el castillo. «Está extraordinariamente bien conservado, tanto por dentro como por fuera», explica Ranero, quien celebra que al fin haya nuevos propietarios. No en vano, el castillo de Lezana es un elemento singular del Valle de Mena, como lo demuestra su catalogación como Bien de Interés Cultural, y la llegada de la pareja norteamericana permitirá seguir conservándolo.
Los orígenes de la torre se remontan a finales del siglo XIV, cuando presumiblemente fue levantada por la familia Angulo. Posteriormente pasó a manos de los Velasco, una de las sagas más importantes de la historia de Castilla. Y a partir de ahí, de mano en mano, llegó a manos de Gil Lang, que dedicó parte de su vida a recuperar y conservar el castillo.
Se trata de una torre fortificada de unos 20 metros de altura, rodeada por un muro de mampostería rematado con pequeñas torres y cubos en sus esquinas. Una torre que, tras la intensa reforma realizada a finales del siglo XX, cuenta también con todo lo necesario para servir de vivienda, incluida una piscina climatizada y un ascensor.
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