El gran mural en una iglesia de Miranda de Ebro que sorprende a vecinos y visitantes
La obra de arte urbano moderniza la imagen de Santa Casilda e incorpora símbolos de la ciudad burgalesa como el Mirandés, los puentes y la Virgen de Altamira
Uno de los rincones más visibles de Miranda de Ebro luce ahora un enorme mural que está dando que hablar a vecinos y visitantes. La pared lateral de la iglesia de Santa Casilda, antes cubierta de grafitis y suciedad, se ha convertido en una obra de arte urbano de gran formato que reinterpreta la figura de la santa en clave contemporánea, incorporando símbolos de la identidad mirandesa.
La imagen principal del mural representa a Santa Casilda como una joven del siglo XXI: moderna, cercana, pero con una profunda carga espiritual. En la escena, la santa aparece rezando a la Virgen de Altamira, rodeada de pétalos de rosa que remiten al milagro más popular de su leyenda: cuando su padre descubrió que llevaba comida a escondidas para los prisioneros, los panes que portaba se transformaron en rosas.
Además de esta representación central, la obra incorpora otros elementos icónicos de Miranda de Ebro, como el puente de Carlos III, el puente de los Leones y el escudo del Club Deportivo Mirandés. El conjunto busca conectar con la población local y rendir homenaje a los referentes culturales, religiosos y deportivos que forman parte del día a día de la ciudad.
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La iniciativa partió del párroco de Santa Casilda, Fernando, sacerdote natural de Burgos, destinado en Miranda desde hace cuatro años. Fue él quien, al llegar, se sorprendió al ver el estado de una de las paredes más visibles del templo, por la que transitan miles de personas cada semana. La idea de transformarla comenzó entonces a tomar forma.
Con la ayuda de jóvenes de la parroquia, se organizaron pequeñas acciones para recaudar fondos, como la venta de gominolas después de misa. Sin embargo, el impulso definitivo llegó cuando una feligresa, devota de Santa Casilda, se ofreció a financiar la totalidad del proyecto como parte del cumplimiento de una promesa personal. «Si ustedes me ayudan a cumplirla, yo les financio el mural», le dijo a Fernando tras una misa de verano.
El diseño corrió a cargo del artista Esteban, del colectivo Tinte Rosa, con quien se buscó desde el inicio que el mural tuviera un enfoque moderno pero respetuoso. «Queríamos que Santa Casilda no fuera una imagen antigua y sin alma, sino una chica real, de hoy, que conecte con la gente», explican desde la parroquia.
El mural se ha convertido en poco tiempo en tema de conversación en Miranda. Muchos se detienen a fotografiarlo; otros simplemente agradecen que una pared antes deteriorada se haya transformado en un símbolo de identidad y fe.