Los ocho muladares de Burgos recogen más de 218 toneladas de restos animales al año
En toda la provincia hay 40 explotaciones ganaderas autorizadas para utilizar estos espacios, destinados a alimentar aves necrófagas
Burgos acoge varias especies de aves necrófagas; es decir, que se alimentan de cadáveres de ganado. La provincia cuenta con ocho espacios preparados para depositar los restos de animales domésticos, los muladares, y hasta ellos han llegado unas 218,5 toneladas de animales fallecidos procedentes de 40 explotaciones ganaderas de la provincia en un año.
Los muladares son espacios vallados y controlados para que en ellos sólo puedan entrar las aves o los ganaderos, que depositan los cadáveres en zonas delimitadas. Los restos que allí se dejan sirven para especies como el buitre leonado, el buitre negro, alimoche, quebrantahuesos, águilas o milanos.
Asimismo, y según la normativa europea y el decreto 17/2013 de la Junta de Castilla y León, los muladares deben estar alejados de núcleos de población, carreteras, aeropuertos, tendidos eléctricos, aerogeneradores, puntos de alimentación suplementaria de ganado e instalaciones pecuarias. Tampoco pueden situarse cerca de ríos, arroyos o aguas subterráneas, con el fin de evitar posibles contaminaciones.
Por otro lado, esta normativa también establece que los cadáveres que se pueden depositar en muladares no deben ser de animales fallecidos por enfermedades transmisibles a humanos u otros animales, especifica la Junta, para evitar nuevos contagios. Además, desde la autoridad regional también se controla la cantidad de cadáveres depositados en muladares para adecuarse a las necesidades de las aves necrófagas de la zona.
Dónde están los muladares de Burgos
La mayor parte de la provincia de Burgos se encuentra enclavada en las ZPAEN: zonas de protección para alimentación de especies necrófagas. En estas áreas se permite la alimentación de especies necrófagas fuera de los muladares, siempre y cuando las explotaciones ganaderas cumplan los requisitos y tengan un permiso para depositar los cadáveres.
Asimismo, en la provincia de Burgos existen ocho muladares controlados por distintos organismos en el que los ganaderos autorizados pueden depositar restos de animales. Estos son denominados subproductos animales no destinados a consumo humano (SANDACH). Estos son los muladares de Burgos:
Como se aprecia en el mapa, el grueso de los muladares de Burgos se ubican en la mitad sur de la provincia. En el norte se situaría uno, el de Leciñana de Mena (Valle de Mena), y en el oeste el de Humada.
218,5 toneladas de restos en un año
En la provincia de Burgos se depositaron 218.466 kilogramos de restos de animales en muladares durante 2022. Sin embargo, no se repartieron en todas las explotaciones por igual, ya que a cada una accede un número diferente de productores ganaderos y precisan más o menos cantidad de subproductos.
En total, en Burgos hay 40 explotaciones ganaderas autorizadas a utilizar estos espacios. Sin embargo, mientras que algunos muladares pueden recibir restos de una explotación, como es el caso de Fuenteodra, otros reciben hasta de 15, como el de Huerta de Rey. En esta tabla se resume:
Tal y como se aprecia en la tabla, los ocho muladares de Burgos llevan construidos, al menos, cinco años. Los cinco primeros se habilitaron en 2007, seguidos de otro en 2009, uno más en 2014 y el último, el de Huerta de Arriba, instalado en 2019.
Quién gestiona los muladares de Burgos
Los ocho muladares de Burgos son espacios controlados donde los ganaderos autorizados pueden depositar los subproductos animales no destinados a consumo humano. Sin embargo, las entidades encargadas de gestionarlos varían dependiendo del muladar.
A LA ÚLTIMA
Por ejemplo, en el caso de Mecerreyes es una asociación de ganaderos quien lo controla. También lo controla un ganadero en cada muladar en los de Nebreda, y Caleruega. En cambio, en Arauzo de Miel y Huerta de Rey los gestionan los ayuntamientos.
Por otro lado, es el servicio territorial de Medio Ambiente quien gestiona los muladares burgaleses de Fuenteodra (Humada) y Leciñana de Mena (Valle de Mena). Por último, el de Huerta de Arriba está controlado por la ONG GREFA, encargada de la rehabilitación de la fauna autóctona.