Un paseo por las antiguas ciudades de muertos de Burgos

Cualquier época es buena para perderse por estos parajes burgaleses, pero estamos en el puente de Todos los Santos y nos referimos a un plan entre tumbas. Encaja a la perfección.

El Alto Arlanza es un paraje de la provincia de Burgos que basa su belleza en extensos pinares salpicados de robles y situado entre los Picos de Urbión y la sierra de Neila y Cebollera. Aquí, entre los pinos, separadas unas de otras por algunos kilómetros, encontramos la mayor concentración de necrópolis altomedievales de la península Ibérica datadas entre los siglos IX y XII.

Las tumbas están excavadas en la roca y, en su momento, tuvieron una losa que las tapaba. Seguramente, estas losas, al desmantelarse la necrópolis, fueron empleadas para construcciones. Las necrópolis se encontraban cerca de las pequeñas aldeas que poblaban este territorio y allí se enterraban a los muertos del poblado. Estos enterramientos, ubicados en lo más profundo del bosque, realzan el carácter misterioso de estos lugares.

Unas 20 necrópolis se encuentran ubicadas en estas tierras bañadas por el curso alto del río Arlanza. Llegar hasta ellas puede ser un buen plan de senderismo ligero para algún día festivo de este puente de Los Santos.

En Palacios de la Sierra, en la antigua casa del médico, se encuentra el Centro de Visitantes de las Necrópolis del Alto Arlanza. Puede ser un buen punto de inicio de nuestra ruta entre tumbas. Allí encontraremos la historia, explicación, curiosidades y datos de aquel tiempo remoto.

Estas necrópolis son los vestigios mejor conservados de aquellas aldeas que se asentaron en estas tierras. Pequeños grupos humanos que, según sus creencias, confiaban en que la resurrección de los muertos se producía en la mañana siguiente. Así, cedieron a sus muertos uno de los mejores lugares del territorio. Tumbas excavadas en las rocas.

Reservaron las rocas para los muertos porque este suelo conservaba en mejor estado los cuerpos que los suelos más blandos. Los enterramientos se realizaban de forma poco ordenada, pero no llegaban a ser caóticos. Eso sí, todas las tumbas miraban hacia la salida del sol, porque esperaban ese revivir al sonido de la séptima trompeta que sonara al amanecer, según aparece en el Apocalipsis de San Juan.

La necrópolis de Cuyacabras

En el término municipal de Quintanar de la Sierra se encuentra este enterramiento con unas 185 sepulturas que datan de los siglos IX y la primera mitad del XI. Estas sepulturas están excavadas en la roca con formas antropomorfas, rectangulares y nichos. La necrópolis se encontraba presidida por una iglesia semirrupestre de la que solo se conserva el perímetro grabado en la roca y una escalera de acceso.

La mortalidad infantil era habitual en esta época, nos lo indica que el número de tumbas para niños era superior al de adultos en este enterramiento.

Y cerca de esta necrópolis se encuentra otro punto curioso, bello, inmerso entre pinos y robles, de calma, se trata del eremitorio de Cueva Andrés.

Necrópolis de Revenga

Esta necrópolis tiene un alto valor patrimonial, ya que, además, se están estudiando y excavando los vestigios del poblado que existió a su alrededor. Su excelente estado de conservación la permite ser testimonio de las prácticas culturales, funerarias y residenciales del campesinado medieval en el ámbito rural de Burgos. Se encuentra en el Comunero de Revenga, terreno mancomunal de Regumiel, Canicosa y Quintanar.

La necrópolis rupestre, situada en una pequeña afloración rocosa, tiene una superficie estimada de 2.000 metros cuadrados, y en ella se han documentado unas 140 sepulturas de diferentes tamaños. El tipo más habitual de enterramiento es el de tumba antropomorfa supuestamente para los hombres y, en menor medida, el de bañera y amigdaloide, que parecen estar destinadas a enterramientos infantiles o femeninos.

Necrópolis de El Castillo

Este conjunto arqueológico se ubica en Palacios de la Sierra y está integrado por los restos de una fortificación, una ermita, y una necrópolis, situada al sur de ésta. De la fortificación quedan unos muros que definen una planta cuadrada de ocho metros de lado. En este espacio intermedio también se emplazan los retos de un posible poblado aún por descubrir.

En lo más alto del cerro existen restos de la cimentación de dos iglesias superpuestas, románica una y gótica la posterior.

La necrópolis, de 6.840 metros cuadrados y 566 enterramientos es la mayor de España. Su cronología abarca desde el siglo XI (tumbas de lajas con orejeras) hasta mediados del XIII (por la estela con cruz procesional). Son tumbas bien trabajadas, de gran tamaño, individuales, sin agrupación familiar y orientadas de oeste a este. Tan valiosas como los enterramientos son las 112 estelas funerarias encontradas, aunque tan sólo doce las halladas in situ. En algunas se aprecia una cazoletilla en su cara superior a modo de recipiente para líquidos, tal vez agua bendita. Muchas llevan el signo de la cruz y otras presentan letreros e inscripciones.

También han aparecido 59 esqueletos más o menos completos además de infinidad de estos sueltos tanto dentro como fuera de las tumbas que pueden corresponder a 148 personas.

Necrópolis de Regumiel de la Sierra

Y ahora ya en pleno pueblo nos topamos con la recuperada y puesta en valor necrópolis de Regumiel de la Sierra. En este caso, el pueblo ha seguido alrededor de estos enterramientos y la iglesia se sitúa en la parte más alta de la misma. Hace unos años que se recuperó y se ha puesto en valor. Para llegar hasta la iglesia se pasa por estas tumbas en la que también llegó a aparecer algún esqueleto.

Actualmente se han recuperado 132 de estas tumbas antropomorfas excavadas en la roca, de distintos tamaños, tanto con la cabeza en forma de herradura como en forma de bañera. Tienen diferente orientación por lo que es probable que se hicieran siguiendo la salida o la puesta del Sol en distintas épocas del año.